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MOTOSAN | MOTOGP, MOTOCICLISMO Y COMPETICIÓN. "Life is Racing"

¿Cómo ha evolucionado el casco a lo largo de la historia?

24 Ene. 21 | 22:00
Shoei edición Daijiro Kato (Foto: Alejandro Cervilla)

Desde sus inicios hasta la actualidad, el casco de la moto ha sufrido diversos cambios, siempre buscando ser más seguro y cómodo.

Es nuestro principal elemento de seguridad a la hora de montar en moto y, aunque a día de hoy parezca increíble, en España no fue obligatorio hasta 1992. Anteriormente no era difícil ver en la ciudad gente a diario circulando sin este elemento que hoy en día es vital y lo tenemos ya asimilado como un complemento esencial.

El casco tampoco nació a la vez que la moto, sino que fue con los años cuando se fabricó el primero de la historia. Y fue en una competición donde hizo su aparición, una de las competiciones más longevas y negras de la historia: El TT de la Isla de Man. Desde entonces, su evolución ha sido más que notable y, a día de hoy, contamos con cascos fabricados en diferentes elementos, de diferentes tamaños, formas y precios.

1914: Aparece el primer casco de la historia

Aunque la primera moto se fabricó en 1867, que montaba un motor bicilíndrico a vapor, y la primera moto de combustión en 1885, no fue hasta 1914 cuando apareció el primer casco de moto. Fue el físico Eric Gardner, el que ideó el casco para cubrir la cabeza de los pilotos, debido a que cada vez había más lesiones producidas por los accidentes de motos, que con los años habían aumentado su potencia y alcanzaban velocidades más altas.

El propio físico consiguió que el mismo año de su creación el casco se convirtiera en obligatorio en la prueba de la Isla de Man. Este primer casco estaba fabricado en cuero y pieles, protegiendo la cabeza del piloto y resguardándolo del frio. Aunque sólo fue usado en carreras de velocidad, el próximo paso que se tenía que dar en este elemento era homologarlo para su uso en todos los países y todas las carreteras.

Los primeros cascos de la marca italiana (Foto: AGV)

1941: Uso obligatorio del casco en el ejército inglés

Pasaron los años y su obligatoriedad seguía pendiente. En 1935 se planteó seriamente homologarlo para el uso común. Fue a raíz de la muerte de Lawrence de Arabia, el famoso militar británico que murió a consecuencia de las lesiones cerebrales derivadas del accidente por no llevar casco protector, tal como indicó Hugh Cairns, el médico que estudió las causas de la muerte de Lawrence.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército británico obligó a sus conductores de moto, ocupados de la mensajería y del tráfico, a llevar casco. Estos cascos estaban fabricados de goma y corcho, rudimentarios pero eficaces. En 1953, el ejército Americano patentó el primer casco de calota rígida exterior e interiores acolchados, el que se puede considerar el primer casco con estructura actual.

AGV: la primera marca europea de cascos

Como hemos podido ver, los cascos eran elementos más rudimentarios. Tras la Segunda Guerra Mundial, algunas empresas empezaron a plantearse su fabricación y comercialización. La primera en Europa fue AGV, fundada en 1947 por Gino Valenza en Amisano. En 1954 lanzó su primer casco de moto de fibra, una revolución en ese momento. A día de hoy, podríamos dividir los cascos entre los que tienen calota de fibra y los que no.

En 1956, AGV lanzó el que se considera el primer casco jet, lejos de los diseños actuales. Contaba con un diseño envolvente, sin pantalla y una mentonera de cuero con ventilación. Cascos que siempre iban acompañados de las clásicas gafas, derivadas de los pilotos de avión. Otras marcas que surgieron en esta época fueron Bell en los EEUU, y Arai y Shoei en Japón.

Agostini fue el primer piloto en llevar un casco integral (Foto: Motogp)

1957: Snell Memorial fija los estándares de homologación

Viendo que la popularidad de las motos subía como la espuma, era necesario crear ciertas normas para que los cascos fueran lo más seguros posibles. Por eso, en 1957 nace Snell memorial, una organización sin ánimo de lucro que marcó los estándares de seguridad que debían cumplir los moteros en los EEUU. Tras ella, en 1966, surgió la National Safety Standard of Motorcycle Helmets, definiendo estándares de seguridad comunes para todos los cascos.

Australia fue el primer país en hacer obligatorio el uso del casco, allá por 1961. Reino Unido lo hizo en 1973 y España en 1992. Sin embargo, en los Estados Unidos a pesar de ser pioneros en las normas de seguridad, no obligan al uso del casco en todos los estados, algo que abre debate en el país debido a la alta mortalidad por los accidentes de moto.

1967: Agostini estrena casco integral

Conforme pasaban los años, las marcas iban evolucionando los diseños. No fue hasta 1967 cuando, de la mano de Agostini y AGV, apareció el primer casco integral en una prueba oficial de velocidad. Un diseño que se estandarizó unos años más tarde para estas pruebas. Bell, por su parte, empezó a comercializar su primer casco integral: El Bell Star.

Fueron años revolucionarios para el sector. Aparecieron los cascos off-road, con su famosa visera para evitar las piedras y el barro, también de la mano de Bell. Por su parte, Shoei  fabricaba el primer casco multifibra, utilizando carbono y kevlar, aumentando la resistencia de sus cascos. Se comercializó con la denominación GRV y fue un diseño usado por Rainey y Gardner a lo largo de sus carreras en 500cc.

Shark Spartan
Hoy se combina carbono y kevlar para hacer cascos resistentes (Foto: Shark)

Una industrial en constante desarrollo

A día de hoy, encontramos diversos diseños y acabados. Tenemos cascos jet, modulares e integrales. Todos ellos fabricados para cumplir el nuevo estándar de seguridad ECE 22.05 en Europa o la normativa DOT en Estados Unidos. Certificaciones que nos garantizan que los cascos han sido probados para ofrecer la máxima resistencia en caso de accidente. Los de competición, por ejemplo, deben cumplir la homologación FIM desde 2019.

Los componentes también han avanzado. Ahora nos encontramos con cascos fabricados en termoplásticos, fibra de vidrio o fibra de carbono. Los más avanzados son los fabricados en carbono y aramida, materiales muy ligeros pero que ofrecen una alta resistencia al impacto. Todos ellos desarrollados en laboratorios para analizar también la comodidad y la eficiencia aerodinámica. A menor resistencia al viento, mayor confort para el piloto.

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