Saltar al contenido
MOTOSAN | MOTOGP, MOTOCICLISMO Y COMPETICIÓN. "Life is Racing"

Los 5 rivales más duros de Valentino Rossi

16 Feb. 19 | 11:00
Foto: MotoGP

En el día del 40º cumpleaños de Valentino Rossi, echamos la vista atrás y repasamos a los rivales que más han marcado las cuatro décadas de vida del piloto de Tavullia.

Valentino Rossi cumple hoy 40 años. Una cifra mágica que ha estado acompañada, en más del 50% de su tiempo, por la trayectoria del legendario piloto italiano en el Mundial de motociclismo, donde ya suma, contando la que comienza en tres semanas, 24 temporadas. Un tiempo en el que ha batallado con algunos de los mejores pilotos de la historia y que repasamos en la lista de los cinco rivales más fuertes que ha tenido Valentino Rossi:

Max Biaggi: Italia en juego

El Corsario fue el primer gran rival de la carrera de Valentino Rossi. Pongamos en contexto la situación: Italia, el país más dominador de la historia del motociclismo, llevaba desde 1982 sin tener un campeón en la categoría reina. Estaban desesperados por encontrar a un nuevo rey. Y en la década de los 90, un romano llamado Max Biaggi ganó cuatro Mundiales de 250cc de forma consecutiva. Parecía el elegido. Y además, fue subcampeón de 500cc en 1998, su año de debut.

Pero lo cierto es que, por detrás, llegó otro trasalpino, mucho más carismático que Max, que se llamaba Valentino Rossi. Ya en los últimos meses de Rossi en 250cc, Italia se dividía entre seguidores de Biaggi y de Valentino. Era una batalla anunciada. Eran los dos pilotos que, con la retirada de Mick Doohan, debían tomar el testigo. Y tras un primer año de Rossi en 500cc, en 2000, en el que ganó Roberts el título, ambos se enfrentaron definitivamente en 2001.

Rossi y Biaggi, durante la famosa carrera de Suzuka’2001. Foto: MotoGP

Fue un año tenso desde la primera carrera, con aquella famosa acción en Suzuka en la que Biaggi echa de la pista a Rossi y el italiano le devuelve una peineta instantes después. Tras una dura pugna durante todo el curso, incluyendo un incidente en la antesala del podio de Montmeló, cuando casi llegan a las manos, Rossi se proclama campeón de la categoría reina por primera vez y Biaggi acaba segundo, resultado que se repite en 2002, aunque con una victoria mucho más clara para Valentino.

En estos dos primeros años de éxitos para Rossi, Biaggi intentó desacreditar los títulos de su enemigo, pues consideraba que la Honda de Rossi era mejor que su Yamaha. Estaba en lo cierto: Honda era superior a Yamaha. Así que, en 2003, decidió fichar por Honda. No en el equipo Repsol Honda, pero sí en la estructura de Sito Pons, con material oficial. Por tanto, partía en igualdad de condiciones con Valentino. Pero tampoco hubo color: Rossi arrasó aquel año, con nueve victorias, y Biaggi, que sólo ganó dos, no tuvo opciones de título.

Rossi, por delante de Biaggi en 2004. Foto: MotoGP

Pero la mayor humillación para Biaggi llegó cuando Rossi decidió fichar por Yamaha en 2004, aquella moto de la que Biaggi había huido porque no podía competir con Honda. Dos años después de asegurar que Rossi ganaba por la Honda, ahora él estaba en la marca del ala dorada y Rossi en la ‘perdedora’ Yamaha. Y ocurrió lo que Biaggi se temía: en la primera carrera, Rossi le ganó en un final memorable en Sudáfrica. Max mantuvo opciones de título hasta el verano, pero finalmente fue Gibernau el que puso en apuros a Il Dottore. Fue un fracaso para Biaggi, cuyo crédito en Honda se tambaleaba.

En 2005 le llegó otra oportunidad a Biaggi: ser piloto del Repsol Honda, pero su temporada fue desastrosa: no ganó ninguna carrera y vio cómo Valentino se paseaba cada fin de semana. Honda tomó cartas en el asunto y decidió prescindir de Biaggi para apostar por la gran promesa del momento, Dani Pedrosa, que debutaría al año siguiente como piloto oficial de Honda. Biaggi y Rossi no volvieron a encontrarse en pista, pero la tensión entre ambos se ha mantenido hasta el punto que Biaggi, una vez retirado, decidió apoyar en muchos momentos a Jorge Lorenzo, posterior rival de Rossi.

Sete Gibernau: de la amistad al odio

Este ha sido, probablemente, el rival más inesperado de la carrera de Rossi. Nadie contemplaba, a finales de los 90 y principios de este siglo, a Sete Gibernau como un candidato al título de MotoGP. Hacía grandes actuaciones, como su victoria en Valencia’2001 con Suzuki, pero no parecían suficientes para ganar un Mundial. Hasta que llegó 2003, cuando Honda decidió apostar por el piloto catalán.

En la mejor temporada de Valentino -16 podios de 16 posibles-, Gibernau fue el único que le mantuvo el pulso por el título hasta el verano. De hecho, Sete le ganó tres duelos directos al italiano: en Sudáfrica, en Le Mans y en Sachsenring, siendo recordado el adelantamiento de Gibernau en la última curva, dándole el triunfo al pupilo de Fausto Gresini.

Rossi, batido por Gibernau en Francia’2003. Foto: MotoGP

Pese a sus encontronazos en pista, eran amigos. Muy amigos. Algo poco habitual en dos pilotos que luchan por ser el mejor piloto del mundo. Hasta que llegó 2004: Rossi se fue a Yamaha y Gibernau se quedó como la gran apuesta, junto a Biaggi, de Honda. Sete aprovechó el mejor proyecto de su equipo para tener más opciones de campeonato ante Rossi y mantuvo el Mundial abierto hasta bien entrado el otoño. Y a falta de cuatro carreras para el final, todo estalló.

En Qatar, Rossi llegaba líder con una ventaja de 39 puntos sobre Gibernau. Una distancia cómoda y que le permitía ser campeón acabando tercero en todas las carreras restantes. Pero el viernes por la noche, en la antesala de la carrera -se corría el sábado en Losail por entonces-, algunos mecánicos de Valentino decidieron ‘limpiar’ su posición de salida para evitar que el viento desértico de Qatar llenase de arena la pista. Esto fue visto por miembros del equipo de Gibernau, que se quejaron ante Dirección de Carrera. La organización decidió castigar a Rossi, que tuvo que salir último y, al día siguiente, se fue al suelo en carrera.

Jerez 2005, la acción más famosa entre Rossi y Gibernau. Foto: MotoGP

Gibernau nunca volverá a ganar una carrera“, aseguró aquel día un enfurecido Valentino, que rompió relaciones con el que hasta ese día era su amigo. Y así fue: pese a que Gibernau estaba en su plenitud como piloto, nunca más volvió a subirse a lo más alto del podio. Ni siquiera en Jerez’2005, la primera carrera del año, cuando Rossi, en una acción muy polémica, decidió echarle de la pista en la última curva para cumplir su promesa y hacer que Sete nunca más volviera a ganar.

La tensión entre ambos estuvo patente entre finales de 2004, con un título que se decidió en Australia, y principios de 2005, cuando aquella polémica jugada dejó noqueado a Gibernau, que acabó retirándose al año siguiente, en 2006, tras un proyecto fallido en Ducati.

Casey Stoner: el talento superó a la ambición

El australiano es un rival totalmente distinto a lo que fueron Biaggi y Gibernau. Si los dos primeros eran más veteranos que Rossi, Stoner pertenece a la nueva camada de pilotos que llegó en 2006, junto al otro gran talento del momento, Dani Pedrosa. En aquel momento, muchos apuntaban al pequeño Dani como el piloto que frenaría la racha victoriosa de Valentino -cinco Mundiales seguidos entre 2001 y 2005-, pero lo cierto es que fue Casey Stoner quien sometió a Rossi a algo que nunca había experimentado: a verse superado.

Ya en 2006, Rossi perdió el título ante el sorprendente Nicky Hayden. Pero, sin restarle mérito al éxito de Hayden, aquella versión de Rossi no fue la mejor. Distraído por la F1 y sin hambre tras aburrirse de ganar. Pero en 2007, a lomos de una Ducati imparable, un joven australiano de apenas 21 años derrotó a Rossi sin parar durante todo el año, batiéndole incluso en duelos directos como en Qatar o en Montmeló. Stoner se llevó el título, pero la rivalidad se intensificó al año siguiente.

Rossi, pasando a Stoner en el Sacacorchos. Foto: MotoGP

2008 fue testigo de una batalla a tres por el título entre Rossi, Stoner y Pedrosa. El catalán llegó líder al mes de julio, pero una inoportuna lesión le apartó de la carrera por el título, dejando solos al italiano y al australiano. Y así se llegó a la famosa carrera de Laguna Seca. Stoner venía de ganar las tres carreras anteriores y había dominado todos los entrenamientos en el circuito californiano. Parecía evidente que ganaría la carrera. Así que Rossi debía ‘inventarse’ algo para frenar al joven Casey.

Lo que Rossi decidió fue no dejar en ningún momento que Stoner se pusiera por delante, pues sabía que su infernal ritmo haría que se despegase en apenas tres curvas. Realizó adelantamientos duros y respondió a cada intento de Stoner, hasta que en el Sacacorchos Valentino hizo una acción que pasó a la historia. Adelantó a Stoner por la gravilla, manteniendo milagrosamente el equilibrio. Este momento desquició a Stoner, que se fue al suelo en esa carrera y en las dos siguientes, cuando en ambas iba en cabeza. Rossi le había ganado. No en la pista, sino psicológicamente.

Stoner no fue rival para Rossi en 2009, y decidió abandonar Ducati en 2010, para unirse al proyecto de Honda en 2011. Rossi, precisamente, fue el que ocupó su lugar en la marca italiana, en un intento de demostrar que él también podía ganar con Ducati. Pero no fue así: Stoner arrasó en 2011 y Rossi apenas hizo un podio. No se encontraron en la pista, debido a la diferencia de velocidad entre ambos, salvo en una ocasión: Jerez. Llovía, lo que le daba opciones de victoria a Valentino. Con Simoncelli en cabeza, Stoner rodaba segundo, pero tenía a Rossi pegado, en tercera plaza. En la curva 1, Rossi se metió por el interior para pasar a Casey, pero la maniobra era tan arriesgada que se fue al suelo y se llevó por delante a Stoner, por entonces líder del Mundial.

Stoner aplaude con ironía a Rossi en Jerez’2011. Foto: MotoGP

Rossi fue al box de Honda a disculparse con su rival y Stoner, que aceptó con elegancia las palabras del nueve veces campeón del mundo, le dijo una frase que pasó a la historia: “Tu ambición ha superado a tu talento“. Lo cierto es que la rivalidad se quedó ahí, pues Stoner anunció por sorpresa que se retiraba a finales de 2012. Para el recuerdo quedará siempre que fue el primer piloto en ser realmente superior a Valentino Rossi.

Jorge Lorenzo: el enemigo está en casa

El caso de Jorge Lorenzo puede estar relacionado al de Stoner. Es un piloto de una generación diferente a la de Rossi, y que llega a MotoGP en un momento difícil para el italiano, tras ser batido por el australiano en 2007. Lorenzo venía de ser campeón de 250cc en 2006 y 2007 y Yamaha decidió apostar por el balear como un valor de futuro: tener a un número 1 para cuando Rossi decidiera colgar el casco.

Era la primera vez que Rossi tenía a una estrella al otro lado del box, tras compartir garaje con pilotos como Edwards, Checa o Ukawa. Y por ello, decidió poner un muro en el equipo Yamaha, para evitar que Lorenzo y su equipo técnico compartieran sus datos telemétricos. Rossi quería marcar el terreno: el número 1 del equipo era él, pues había ganado cinco títulos de MotoGP, y no iba a dar ni un metro de ventaja al jovenzuelo que tenía al lado.

La adaptación de Lorenzo a MotoGP fue muy rápida, hasta el punto de que batió a Rossi en dos de sus tres primeras carreras en la categoría, incluyendo un legendario adelantamiento en Estoril, camino de su primera victoria. Pero las lesiones, la impaciencia y la escasa madurez de Jorge le impidieron seguir la estela de Rossi en 2008. Sí lo haría en 2009, cuando saltaron chispas entre ambos en varias ocasiones: Lorenzo batió a Rossi en Japón, pero éste le devolvió la moneda con un adelantamiento de leyenda en la última curva de Barcelona, y con otro triunfo en un cara a cara de infarto en Alemania. Ambos lucharon por el título hasta la penúltima carrera y, aunque Lorenzo ganó cuatro carreras, sus errores le condenaron y Rossi se llevó la corona.

Rossi y Lorenzo, en 2009. Foto: MotoGP

El punto de inflexión en esta rivalidad se produjo en junio de 2010. Durante el Gran Premio de Italia, y con Lorenzo liderando el campeonato con nueve puntos de ventaja, Rossi sufre la peor lesión de su carrera deportiva, quedando fuera de la lucha por un título que se lleva Lorenzo, contando únicamente con la tímida oposición de Pedrosa. Rossi, que había visto que Lorenzo podía batirle con la misma moto, decidió abandonar Yamaha e irse a Ducati, donde permanecería dos años sin ganar y viendo cómo Lorenzo ganaba un segundo título en 2012.

Pero segundas partes a veces pueden ser buenas y Yamaha decidió recuperar a Valentino para el año 2013, haciendo que volviera a compartir garaje con Lorenzo, Muchas cosas habían cambiado: ahora el capo era Jorge y no había muro en el equipo. Y en aquel año, 2013, Lorenzo fue muy superior a Rossi: ocho victorias contra apenas una, y sin duelos directos en pista. Si Lorenzo fue el único que pudo evitar el título de Márquez en Valencia, Rossi sólo fue cuarto en la clasificación final. Pero en 2014, Valentino dio un paso adelante y reclamó su liderazgo en el equipo. Era un año en el que Márquez se paseó carrera tras carrera y el objetivo real era ser subcampeón. Tras una dura pugna con Lorenzo y Pedrosa, Rossi acabó siendo el mejor de los mortales.

El clímax de la rivalidad Rossi-Lorenzo llegó en 2015. En un año terrible para Márquez y Honda, los dos pilotos de Yamaha se jugaron el título hasta la última carrera. Rossi fue líder durante todo el año, mostrando una gran regularidad, pero Lorenzo, que lograba más victorias, se mantuvo siempre vivo. Fue una Guerra Fría, pues nunca tuvieron encontronazos en pista. Ni siquiera en la última carrera, en la que Rossi tuvo que salir último por la sanción de Malasia, dejando el camino libre a Lorenzo para llevarse la corona. Jorge lograba su quinto Mundial, mientras que el ansiado Décimo de Rossi debía esperar.

Rossi y Lorenzo, en Misano’2015. Foto: MotoGP

La tensión generada en 2015 estuvo palpable en 2016. Rossi renovó por Yamaha antes de la primera carrera, dejando en una situación comprometida a Lorenzo. “No creo que tenga huevos de ir a Ducati“, afirmó Valentino cuando se rumoreaba un adiós de Jorge a Yamaha. Pero así fue: Lorenzo seguía los pasos de su rival y se marchaba a la marca italiana. Fue un 2016 en el que ambos ganaron carreras pero no tuvieron la regularidad para luchar por la corona, algo que tampoco ocurrió en los dos años de Jorge en Ducati, en los que logró ganar tres carreras, algo que no hizo el propio Rossi.

Marc Márquez: el choque de titanes

Sucede en muchos deportes que, a veces, dos iconos, dos fenómenos sociales, coinciden en el tiempo. Pasa en el fútbol, con Messi y Cristiano Ronaldo, ocurre en el tenis, con Federer y Nadal, pasó en la F1, con Senna y Prost, y debía ocurrir en el motociclismo. Cuando Marc Márquez llegó a MotoGP en 2013, muchos veían en él el relevo de Valentino Rossi. No sólo en cuanto a títulos, sino también en carisma. En levantar al público de sus asientos.

Durante los dos primeros años de Márquez en MotoGP, con sendos títulos del español, la relación con Rossi fue excelente. Tuvieron enfrentamientos en pista, como el del debut de Marc, en Qatar’2013, o aquella maniobra en Laguna Seca, rememorando el adelantamiento de Rossi a Stoner. Pero Rossi aceptaba las derrotas con naturalidad. Todo parecía fluir entre el genio de la pasada década y el de la actual. Hasta que llegó 2015.

Márquez pasa a Rossi en Laguna Seca’2013. Foto: Red Bull

Para explicar la rivalidad Rossi-Márquez hay que irse a Argentina’2015. Ambos se encontraron en la última vuelta de la carrera y, en un lance de carrera sin un culpable claro, Márquez acabó por los suelos y Rossi en lo más alto del podio. Era la primera vez que Marc salía perdedor ante Rossi. Pero se volvería a reproducir dos meses más tarde, en Assen, cuando Valentino se saltó la chicane final para ganar al 93 en la Catedral. En ese momento, Márquez sí acusó a Rossi de haber jugado con otras reglas. El de Honda salió muy dolido de Holanda y la relación entre ambos ya no era la misma.

Ese año, Márquez no estaba en la lucha por el título, que era coto privado de Rossi y Lorenzo. Y en las tres últimas carreras, todo estalló. En la conferencia de prensa del Gran Premio de Malasia, Rossi acusó a Márquez de haber ayudado a Lorenzo durante la carrera de Australia. Algo que, a priori, no tiene demasiado sentido, pues el propio Márquez ganó a Lorenzo en las últimas curvas. Lo cierto es que esta acusación fue la gota que colmó el vaso de Márquez, que, enfurecido, decidió actuar. En la carrera del domingo, en Sepang, el 93 puso su punto de mira en Rossi, y decidió bloquearle, haciéndole perder tiempo valioso en su lucha con Lorenzo. Rossi, en un ataque de furia, cometió la archifamosa infracción que acaba con Márquez en el suelo y Rossi penalizado y sin Décimo título. Aquel día, en Sepang, se vivió una jornada negra en el motociclismo, pero se produjo una foto para la posteridad: el choque de los dos mayores mitos del motociclismo moderno.

Rossi y Márquez, en 2018. Foto: MotoGP

Tras esa acción, Rossi y Márquez rompieron relaciones, pero la herida cicatrizó meses después en Barcelona. Dos días después del fallecimiento de Luis Salom, Rossi y Márquez se fundieron en un abrazo tras completar ambos una genial carrera en Montmeló, con victoria de Valentino. La relación no volvió a ser como al principio, pero sí había respeto. Márquez ganó los títulos de 2016 y 2017, hasta que todo volvió a estallar en 2018. De nuevo, en Argentina.

En uno de los días más negros de la carrera de Márquez en el Mundial, el 93 se vio obligado a remontar desde atrás. Venía de cometer algunos adelantamientos al límite, como el que hizo a Aleix Espargaró, y se encontró a Rossi. Era mucho más rápido que el italiano, pero al impaciencia le pudo y se precipitó, provocando la caída de Valentino. Tras la carrera, Márquez fue a disculparse al box de Yamaha, y allí fue rechazado por el entorno de Rossi. Meses después, Márquez llegó a ofrecerle la mano a Rossi en una rueda de prensa en Misano, y el italiano la rechazó.

Según muchos, la relación entre ambos no sólo está deteriorada, sino también rota. Son personajes irreconciliables. Dos mitos que, para coexistir, debían ser enemigos. Ahora, con Márquez teniendo los récords de Valentino en el punto de mira -Rossi suma 9 títulos, por los 7 de Márquez-, las espadas están por todo lo alto.