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Las 5 motos campeonas del mundo de Valentino Rossi

26 Dic. 21 | 13:00
Foto motogp.com

Nueve títulos Mundiales, muchas victorias, podios y momentos inolvidables, pero si hay algo especial en todos estos éxitos son las motos de Valentino. Vamos a recordar las cinco con las que ha logrado ser campeón del mundo.

“La moto es como una mujer, no hay que enfadarla. No es un trozo de hierro, tiene alma porque una cosa tan bella no puede carecer de alma” llegó a decir Valentino Rossi un día, queriendo transmitir lo especial que sentía su relación con su moto. El ritual con ella antes de cada carrera es algo necesario para él, como agacharse a su lado antes de salir a pista o concentrarse en parrilla agachado sobre ella, susurrándole cosas.

Valentino Rossi ha sido campeón con todas las motos con las que ha participado en el Mundial, excepto una, la Ducati de MotoGP. Las otras cinco han sido dos Aprilia, dos Honda y con la que finalmente encontró su amor verdadero, la Yamaha M1.

Aprilia RS 125cc

Foto motogp.com

En 1997 Valentino Rossi se metió a toda la afición en el bolsillo y no sólo por su pilotaje, sino también por su forma de ser. Su compañera fue la Aprilia RS 125cc. En su segunda temporada nadie se esperaba que un chaval de 18 años pudiera dominar de esa manera una categoría tan igualada, con los entonces habituales “japonenes kamikazes” nutriendo la parrilla. Su brillante debut en 1996 le valió para que Aprilia lo contratase como piloto oficial y no decepcionó.

Sobre ella en el Gran Premio de Italia, tras ganar ante su público, montó una muñeca hinchable en la vuelta de honor con el nombre de Claudia en la espalda, para declarar ante los medios: Esto fue por Max Biaggi. Él andaba diciendo que salía con Noemi Campbell, pues yo escogí a la Schiffer“. Empezaba a calentarse su rivalidad que llevaría al punto álgido años después con los dos en 500cc.

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Aprilia con él recuperaba el cetro en la categoría pequeña que desde 1994 no lograba con Sakata. La moto con Valentino se mostró fortísima, siendo la más veloz y a vez fiable, consiguiendo la friolera de 11 victorias en 15 carreras. Tenía un motor de válvula rotativa con el escape saliendo directamente hacia atrás.

Aprilia RSV 250cc

Foto motogp.com

En la primera temporada de Valentino Rossi en la categoría del cuarto de litro tuvo los rivales en casa, con Harada y Capirossi en el equipo oficial. Tras el polémico final de 1998, “Capirex” fue despedido y recaló en el Honda Gresini, mientras que Harada daba el salto a la 500cc V2, quedando el camino limpio para que Valentino reinase a sus anchas.

La marca italiana era la referencia en la categoría desde que empezase a ganar en 1994 con Max Biaggi. La RSV tenía unas particularidades muy efectivas que los japoneses decidían no imitar, sencillamente porque no apostaban por la categoría de igual forma. El motor era un bicilíndrico en V, aunque con dos cigüeñales contrarrotantes, a través de válvulas rotativas. Esto hacía que la Aprilia fuese más difícil de llevar que una Honda o una Yamaha, pero que en las manos adecuadas se pudiera aprovechar esa banda útil más estrecha pero efectiva.

Aunque el inicio de la temporada no fue bueno, (5º en Malasia por un problema eléctrico, 7º en Suzuka bajo la lluvia y abandono en Le Mans por un problema en la cadena tras haber ganado en Jerez), nada más que puso todo en su sitio, las victorias empezaron a llegar, nueve en total. Valentino tenía encandilado al público y la categoría de 500cc le esperaba con los brazos abiertos, Honda era su nuevo hogar.

Honda NSR 500cc

Foto Repsol Media

Valentino Rossi llegó justo a tiempo para ser el último campeón de 500cc, el final de una era que duró 53 años desde que la categoría se crease en 1949. Tras tener su primera toma de contacto en el 2000, siendo subcampeón, en 2001 el duelo estaba servido entre él y Max Biaggi (Yamaha) por coronarse en la mítica categoría. No habría más oportunidades ya que al año siguiente llegaría MotoGP.

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Tras un inicio igualado, todo se decantó a favor del 46 cuando Max Biaggi cayó en su circuito favorito (Brno) dejando el camino expedito. Fue el principio del fin, un golpe psicológico hacia la corona. Cuando le entrevistaron tras la carrera dijo: “Biaggi iba muy rápido y yo pensaba: a lo mejor puedo adelantarlo en la última vuelta… y cuando se cayó pensé: mierda, ahora tengo que cambiar de planes”

Al ganar en el circuito de Nelson Piquet, cita final del calendario, se llevaba la última carrera de 500cc de la historia. No dejó ni las migajas. La Honda NSR fue sin duda la mejor moto de la categoría de la historia, refrendada a base de dominio y éxitos.

Honda RC211V MotoGP

Foto Repsol Media

La categoría reina cambiaba de nombre para 2002 y pasaba de 500cc a MotoGP, permitiendo compaginar una parrilla con las antiguas 2 tiempos de hasta quinientos centímetros cúbicos, con las novedosas motos de 4 tiempos y con un cubicaje de hasta 990cc. Los aullidos salvajes fueron ahogados por los nuevos sonidos y los olores de las mezclas quedaron en la nostalgia de los aficionados.

Aunque los pilotos comenzaron con dudas, pronto se dieron cuenta que era el futuro y Valentino Rossi aquella temporada “se paseó” hasta que en las últimas cuatro carreras le dieron una moto similar al brasileño Álex Barros, lo que se llamó “el mundialito”. La apuesta de Honda fue claramente mejor que la de sus rivales con un motor de 5 cilindros en V, que demostró ser la mejor opción por encima del cuatro en línea que montó la Yamaha M1.

Valentino ganó la carrera inaugural y tras un descuido, por exceso de confianza, acabó segundo tras su compañero Ukawa en Welkom. Después empezó el dominio aplastante con siete victorias consecutivas desde Jerez hasta Sachsenring, justamente donde las motos de 500cc de dos tiempos, tuvieron su última oportunidad de vencer.

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Jacque y Barros parecían jugarse la victoria delante de Valentino en un nutrido grupo, pero el brasileño cayó y tiró al francés. Rossi se hacía con el primer título de MotoGP y se convertía en el primer piloto de la historia en tener la corona en cuatro categorías diferentes.

Yamaha M1 MotoGP

Foto motogp.com

A finales de 2003 Rossi daba un paso que parecía imposible: dejar la todopoderosa Honda para recalar en Yamaha, una fábrica con muchos títulos pero que había estado perdida desde que Wayne Rainey se lesionase en 1993. Fue amor a primera vista y como prueba de ello, su primera carrera juntos en la que Valentino señala como la mejor carrera de su vida, Welkom 2004. Allí demostró a Honda que el piloto, rodeado de un equipo humano adecuado, era más importante que la moto.

Lo refrendó con el título mundial en su primer año, igualando lo conseguido por Eddie Lawson cuando en 1989 cambió de marca y ganó de forma consecutiva con dos motos distintas. La  M1 no había ganado en todo 2003 pero Valentino logró convertirla en una moto competitiva. Yamaha se volcó en su piloto estrella. Al principio les costó creerse que viniera de verdad, así que cuando lo tuvieron en sus filas apostaron con todo.

Honda cometió el gran error de tener a sus dos mejores pilotos (Biaggi y Gibernau) en equipos satélites, teniendo en los lugares oficiales Barros y un joven Hayden aún en su segundo año. Aún recordamos los duelos entre Valentino y Sete como uno de los más intensos dentro y fuera de la pista, ya que tras el suceso de Qatar la relación entre ambos se recrudeció.

La M1 adolecía de velocidad punta, pero en agilidad y paso por curva estaba por encima. Desde 2004 mostró el carácter de la combinación “Rossi-Yamaha” que aún perdura, con un motor menos puntiagudo y una moto manejable para llevar al límite con menos riesgo de caída. Sin duda es la moto que más ha emocionado a “il dottore” que aunque la dejó para irse a Ducati, donde vivió un tormentoso romance, regresó dos años después (en 2013) para prometerle amor eterno. Pese a haber sido campeón con 5 motos distintas, la Yamaha M1 siempre será la más especial y con la que le recordaremos siempre. Aunque pasen los años, Rossi y la marca de los diapasones juntos, son leyenda.

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