No era el favorito al comenzar la temporada 2006 de MotoGP, y tampoco lo fue en la última carrera, la que decidiría el campeonato en Valencia. Pero Nicky Hayden confió ciegamente en sí mismo para destronar a un invencible Valentino Rossi.
Cuando a partir de la temporada 2002 las motos de 500cc con motores de dos tiempos dejaron paso a la nueva categoría de MotoGP en el Campeonato del Mundo, con mecánicas de cuatro tiempos y 990 cc, cambió la tecnología, el tipo de moto y el característico sonido de las carreras, pero lo que no cambió fue el nombre del campeón, Valentino Rossi. Desde la temporada 2001 el genio italiano se había mantenido en lo más alto, y en la última temporada de las 990 cc en 2006, no parecía que el desenlace del campeonato fuera a ser muy distinto al de los cinco años anteriores. Tras la salida de Max Biaggi como primer piloto en el equipo oficial de Honda todo indicaba que Nicky Hayden volvería a ocupar un perfil bajo en 2006, ante la llegada de la emergente estrella española Dani Pedrosa. Al mismo tiempo, Honda trabajaba a fondo en la RC212V, su nueva montura para la categoría MotoGP 800 que se estrenaría en 2007, por lo que el fabricante japonés no tenía grandes expectativas de ganar el título en torno a un joven norteamericano, tímido, bien parecido y criado en una buena familia de Owensboro -Kentucky-, que siempre había permanecido unida por un fuerte vínculo con la escena estadounidense del dirt track.
Después de un exitoso paso por el campeonato AMA norteamericano de velocidad, el siguiente paso de Hayden estaba en MotoGP. En 2005 lograría su primera victoria en la categoría reina, precisamente en su carrera local en Laguna Seca, en lo que sería la vuelta del Campeonato del Mundo a la pista californiana desde su última visita en 1994. Sin embargo, para Hayden sería la temporada 2006 la que le reservaría los mejores momentos de una vida en las carreras que se vio trágicamente interrumpida el 22 de mayo de 2017, cuando falleció en los días posteriores a un accidente de tráfico en Italia, sobrevenido cuando practicaba ciclismo en carretera.
«El principio de temporada en 2006 fue bastante bueno», recordaba el propio Nicky cuando tuve la suerte de entrevistarle en el hospitality del equipo Ducati cuando comenzaba la temporada 2012: «En la primera carrera en Jerez tuve suerte porque no había sido muy rápido en las sesiones de entrenamientos de viernes y sábado, pero en el warm up conseguimos que todo funcionara en sintonía y salimos de allí con un podio. Aquello era empezar con buen pie y durante las primeras carreras, aunque no ganaba, las cosas siguieron yendo bien y terminé regularmente en el podio».
Subir al podio en las cuatro primeras carreras hizo a Hayden líder de la clasificación, al tiempo que el campeón en título Valentino Rossi había sido derribado en Jerez por Toni Elías en la primera curva de carrera y, aunque el italiano ganó la segunda carrera en Qatar, su Yamaha también sufrió problemas mecánicos en China y pasaría el resto de la temporada a remolque de Hayden, un líder cuya principal virtud estaba en su demoledora regularidad.
La primera victoria de Hayden no llegó hasta la octava carrera en Holanda, a la que seguiría una segunda y en Laguna Seca: «A esas alturas de la temporada necesitaba conseguir una victoria», continúa Hayden. «Valentino se había caído en los entrenamientos en Holanda y se había hecho daño, y eso me daba una oportunidad que terminó llegando con la victoria sobre Colin Edwards. A partir de entonces Rossi empezó a recortarme ventaja, y en Alemania le tenía muy cerca en clasificación. Llegar a Laguna Seca supuso una gran presión, mayor de lo normal incluso porque yo ya había ganado allí el año anterior, pero era la carrera de mi país y tenía que defender mi territorio».
La tendencia del campeonato cambiaría a partir de entonces, cuando Rossi comenzó a recortar desventaja de forma implacable en cada carrera con el norteamericano fuera del podio: «Naturalmente, la situación no me gustaba porque estaba perdiendo muchos puntos, lo que muchos quisieron interpretar como un exceso de presión sobre mí. No era el caso, pero todo te afecta y sabía que si cometía un solo error la lucha por el título habría terminado».
Ese inesperado error, por cuenta de su propio compañero de equipo, llegó en la penúltima carrera, cuando durante las primeras vueltas del Gran Premio de Portugal -una memorable carrera que terminó venciendo Toni Elías-, Dani Pedrosa se fue al suelo y arrastró a Hayden: «Estábamos en la parte final del campeonato y no quería ser demasiado conservador. De hecho, si no hubiera sido por lo que pasó en Portugal, habría llegado a la última carrera con ventaja. Lo que pasó en Estoril fue un trago muy duro porque creía que podía incluso ganar. Tenía una gran moto, había sido rápido durante los entrenamientos y estaba en primera línea de parrilla. Pero cuando me fui al suelo con Pedrosa, sabía que era algo que puede ocurrir porque no puedes tener todo bajo control. Fue muy desafortunado porque echaba a perder todo el trabajo y probablemente las opciones en el campeonato. Cuando me levanté, vi cómo Rossi se iba en cabeza de carrera, sabía que me había hecho daño y era como tener que empezar desde cero otra vez. Definitivamente, ése ha sido el momento más duro de toda mi vida».
El resultado de Estoril daba la vuelta a la clasificación y ponía a Valentino líder del campeonato por primera vez en la temporada y con ocho puntos de ventaja sobre Hayden. Puede que el piloto de Honda hubiera perdido el liderazgo en los puntos, pero cuando el campeonato llegó a Valencia para su última carrera, Hayden todavía tenía posibilidades más que reales de ser campeón. En contraste, la fiesta en el circuito Ricardo Tormo parecía preparada para la consecución de un nuevo título para Valentino Rossi.
Desde luego, visto desde las carencias del actual reglamento monogoma, llama la atención la anécdota que todavía circula por el paddock. Según ésta, Michelin ordenó producir durante la noche del sábado un neumático específico para Rossi en Clemont Ferrand en base a las muestras obtenidas en las sesiones de entrenamientos de viernes y sábado que habían llegado por avión. Hayden también era piloto de Michelin, pero una deferencia de semejante alcance terminó siendo un regalo envenenado para Valentino.
Nicky no puede ocultar cierta sorpresa cuando menciono la cuestión, pero el piloto de Owensboro siempre se caracterizó por su diplomático carácter y prefiere pasar por alto ese detalle: «Todo el fin de semana en Valencia fue difícil», continúa, «porque además arrastraba una lesión en el hombro desde Portugal de que la que me tuve que operar más tarde, pero la pista de Cheste siempre me había gustado y si hubiera podido elegir un circuito europeo para jugarme el título, habría elegido el mismo. Nuestra moto estaba a una gran altura, el equipo había hecho su trabajo y yo me sentía bastante relajado, también quizá porque la situación estaba un poco fuera de mi control. Todo lo que podía hacer era ganar la carrera y esperar que quizá Valentino cometiese un error. Pero volviendo a la carrera de Portugal, ver que otro piloto batía a Valentino me dio muchas esperanzas porque cinco puntos significaban mentalmente una gran diferencia. Después de la caída en Estoril podía haber dado todo por perdido, pero entonces Toni ganó a Valentino y 40 minutos después me estaba mentalizando para entregarme por completo y terminar el trabajo que habíamos empezado. Incluso después de toda la temporada de sacrificio y de lo que había ocurrido en Portugal, nunca dejé de creer con el corazón que ése era mi año para ganar el título».
«Entonces usábamos neumáticos de clasificación, pero en el entrenamiento cronometrado no pude hacer una vuelta realmente buena, y estaba quinto en parrilla. Durante el warm up del domingo fui segundo tras Stoner y esperaba que eso aumentase la presión para Rossi. En la salida casi nos tocamos, pero pasé a varios pilotos en las dos primeras vueltas y pude alcanzar a Troy Bayliss en cabeza».
Mientras Hayden buscaba su sitio en la pista, la salida de Valentino Rossi no resultó tan positiva, con el italiano rodando en séptima posición tras Stoner durante las cuatro primeras vueltas, y siendo incapaz de generar la temperatura suficiente al especialísimo neumático trasero que Michelin había hecho supuestamente traer desde Francia, cuyo compuesto resultó ser demasiado duro para las condiciones del día de la carrera.
Valentino se impacientaba y una vuelta después el italiano se iba al suelo al acelerar saliendo de la curva dos, aunque pudo levantar su moto sin demasiados daños y volver a pista en última posición: «Supongo que los primeros momentos de la carrera aumentaron más aún la presión sobre él y terminó cometiendo un pequeño error que le salió muy caro», continúa Hayden. «Supe por la pizarra de mi equipo que había tenido problemas. En ese momento yo me encontraba muy a gusto e incluso tenía la sensación de poder luchar por la victoria. Pero en una carrera por el título y con Rossi en la posición 20, el siguiente mensaje en mi pizarra fue muy claro: “P3 OK”.
Después me marcaron que Rossi rodaba fuera de los puntos y yo no sabía muy bien si se había caído o si simplemente había tenido una salida de pista. Estaba remontando posiciones y algún piloto podía quedar fuera por avería, así que alcancé de nuevo la rueda de Bayliss y Capirossi por lo que pudiera pasar. Bayliss estaba muy motivado para conseguir su primera victoria, la carrera avanzaba y volvieron a marcarme “P3 OK”, así que me tranquilizaba que mi equipo tuviera todo calculado incluso si todas las Yamaha dejaban paso a Rossi».
Así, cuando llegó la última vuelta Hayden entraba en meta tras Bayliss y Capirossi, a 9‘23 segundos del ganador mientras Rossi finalizaba decimotercero a más de 38”. Nicky Hayden era el nuevo Campeón del Mundo, el primero tras Valentino Rossi en la categoría reina de MotoGP. Durante la vuelta de honor se quitó el casco y estalló en unas emotivas lágrimas que descargaban toda la tensión: «Uf, es difícil explicar todo lo que sentí cuando salí de la última curva y vi la bandera a cuadros con todo mi equipo subido al muro del pit lane. En ese momento supe que todo aquello era por lo que yo había conseguido y no me importó mostrar toda aquella explosión de felicidad».
Con su victoria en el campeonato, Hayden no sólo había destronado a un campeón aparentemente invencible, sino que la formación Repsol Honda también encabezó la clasificación por equipos. Honda recuperaba el título de constructores, el último de la era 990: «Todo lo que conseguimos fue muy grande. Mirando atrás no pienso que fuera un título que ganara yo solo, sino más bien fue un logro toda mi familia; todos ganamos aquel título. Mis padres y mis hermanos estaban ese día en Valencia e hizo todo mucho más especial».
Hayden ganó finalmente el título por apenas cinco puntos, precisamente los mismos que Toni Elías había arrebatado a Rossi en la emocionante carrera Portugal, y el mismo piloto que había arruinado la carrera inaugural de la temporada del italiano en Jerez. Durante la vuelta de honor en Valencia, Nicky también tuvo tiempo de pararse a encender una de esas interminables tracas valencianas de fuegos artificiales en honor al nuevo campeón del mundo. ¿Adivinas de qué color era el humo de los petardos? Has acertado, amarillo.
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