El Dakar comenzará este sábado, 2 de enero, con la primera etapa ‘prólogo’ de 11 km de especial. Una edición que se llevará a cabo gracias a la implicación de la organización del rally, que no se dio por vencido incluso con el cierre del país.
Hace unos meses parecía imposible hablar de una nueva edición de Dakar 2021 en Arabia Saudí, pero se ha hecho realidad. El cierre del país 13 días antes de comenzar la competición encendía las alarmas de todos los participantes, que no sabían cómo podrían llegar hasta Jeddah para el inicio de la segunda edición en este país. Lo cierto es que la implicación de Amaury Sport Organisation (ASO), la organizadora del rally más duro del mundo, hizo que todo saliera adelante.
Han hecho falta 18 aviones chárter, es decir, vuelos privados a disposición de participantes, equipos y personal de prensa que se tenía que desplazar hasta Jeddah para el inicio del Dakar 2021. Se realizaron hasta 21 vuelos hasta Arabia Saudi y todos han tenido que cumplir una cuarentena de 48 horas en los hoteles que se han puesto a disposición de todo el personal de la competición. Tras el confinamiento, todos han pasado una nueva PCR que, sólo en caso de dar negativo, podrán participar a partir del día 2 de enero en la competición con su primera etapa prólogo -11 km de especial que determinarán el orden de salida de la primera etapa este sábado-.
La implicación de la organización, clave para este Dakar
“Estos días nos están dando las gracias antes incluso de empezar, la gente llegó a pensar que no había manera de hacer este Dakar y ahora que están aquí están muy contentos”, asegura David Castera, español dentro de la organización del Dakar a Motorsport.com. “Si estamos aquí es porque los saudíes lo querían. Yo vi la noticia muy tarde, sobre las 22.15 de la noche del domingo 20 de diciembre. Inmediatamente llamé a mis jefes y me dijeron que al día siguiente a primera hora de la mañana hablaríamos con nuestros contactos saudíes. Desde el primer momento ellos nos dijeron que el país estaba cerrado, pero que si nosotros lográbamos llevar a los competidores hasta allí, no habría problema alguno. Fue complicado, había que encontrar gente para trabajar en plena Navidad, hicimos un gran trabajo, pero la noche del domingo al lunes fue terrible”, añade.
A unos días de la Navidad, la organización del rally sumó ocho aviones charter más que tenían que cumplir con todas las medidas sanitarias -entre ellas, una ocupación del 80%-. Éstos salieron de Dubái, París y Praga. Y así se pudo obrar este milagro: se trasladó el tercio de competidores, asistencias y demás miembros del vivac (en torno a 700 personas) desde 47 países diferentes. Además, también contaron con ayuda: los británicos viajaron en un vuelo privado gracias al equipo Bahrain Raid Xtreme, gestionado por Prodrive, quien contrató el avión.
No todos los viajes fueron fáciles.
Además, Castera explica que ya fueron previsores en el tema del desplazamiento hasta Arabia Saudí: “Por suerte, cuando llegó el segundo confinamiento tomamos la decisión de poner chárter y teníamos ya 10, con más de la mitad de competidores en ellos. Afortunadamente, solo hubo que complementar y no crear un dispositivo desde cero. Lo más complicado fue el transporte inicial hasta el chárter, porque aquí hay 47 nacionalidades. Todos los que no están es por tema de COVID [como los españoles Francesc Ester y Jordi Ballbé o el eslovaco Ivan Jakes] y no por transporte, que ese era nuestro objetivo”.
Sin embargo, no todos los vuelos han sido fáciles. Algunos participantes procedentes de Argentina han sufrido horas de retraso en sus vuelos. Una odisea transoceánica con el tiempo justo para pasar todos los controles previos al inicio del Dakar 2021, ya no sólo sanitarios, si no también técnicos. Y es que parte de la expedición argentina ha tenido que cambiar los planes sobre la marcha ante la prohibición de las autoridades francesas para el aterrizaje de un vuelo regular desde Ezeiza con destino a París-Charles De Gaulle. Después, una vez en la capital francesa, deberían coger un vuelo chárter hacia Jeddah.
Unas 50 personas del mismo grupo tuvieron que cambiar de rumbo, esta vez hasta Frankfurt poder viajar a Praga y tomar en la capital checa un chárter hacia Jeddah. La otra parte de esta misma expedición tuvo que pasar por Río de Janeiro, de la capital brasileña a Dubai para coger el chárter a Arabia Saudí. Toda una aventura para disputar el rally más duro del mundo a partir de este domingo.
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