
Una propuesta que no convence a todos
El futuro de Moto3 se prepara para un cambio importante a partir de 2028, con un nuevo reglamento técnico que busca reducir costes y aumentar la competitividad. La idea que se baraja actualmente es introducir motos bicilíndricas de entre 700 y 780 cc, con unos 90 CV y un peso cercano a los 120 kilos. Sobre el papel, estas máquinas se venderían en un paquete completo de motor y chasis por unos 50.000 euros por piloto y temporada, lo que supondría una reducción considerable frente a los 170.000 euros que costará una Moto3 en 2025.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con la dirección que ha tomado la organización. Luca Boscoscuro, propietario del equipo Speed Up y actual campeón de Moto2 con Ai Ogura, ha mostrado públicamente sus dudas. El italiano considera que el proyecto puede ser atractivo económicamente, pero técnicamente no encaja con lo que necesitan los jóvenes pilotos para progresar en su carrera deportiva.
Una visión distinta de Boscoscuro
Boscoscuro recuerda que hace tres años presentó una alternativa: aumentar la cilindrada de Moto3 a 450 o 500 cc, con una potencia en torno a 70 CV. Con ello se buscaba hacer más exigente la categoría y reducir la gran diferencia existente con Moto2, donde los motores Triumph de 765 cc ofrecen hasta 145 CV.
Para el ex piloto, la propuesta actual tiene un problema evidente. “Un bicilíndrico de 700 cc significa una moto más pesada, con menos agilidad y que no cumple del todo con lo que se necesita para preparar a los pilotos del futuro. Si realmente queremos dar un paso adelante, lo más lógico sería apostar por motores de cuatro cilindros”, señalaba en una entrevista reciente con GPone.
Entrenar con 600 cc y correr con 250 cc
El italiano también apuntó a una contradicción que viven los pilotos más jóvenes. En sus entrenamientos privados, la mayoría utiliza motos deportivas de serie como la Yamaha R6 o la Honda CBR600, todas ellas con motores de cuatro cilindros y potencias que superan con facilidad los 120 CV. Sin embargo, al llegar al Mundial deben adaptarse a una Moto3 de 250 cc, un solo cilindro y apenas 60 CV.
“Hay una diferencia enorme entre lo que entrenan en casa y lo que se encuentran en el Gran Premio. Es un salto poco natural, que no ayuda a la formación de los pilotos”, subrayó.
El debate económico
El argumento de Dorna y de los fabricantes es el abaratamiento. Mientras que en 2025 el coste de un motor de Moto3 se disparará hasta los 80.000 euros y un chasis superará los 90.000, la idea de la nueva Moto3 monomarca es ofrecer un paquete completo mucho más asequible.
Boscoscuro, sin embargo, considera que esa cifra de 50.000 euros por moto es difícil de sostener sin comprometer la calidad. “No puedes reducir costes en más de dos tercios y esperar que la moto sea más rápida. Eso es una ilusión. Una Moto3 con 700 cc y 90 CV que pese 120 kilos puede sonar bien sobre el papel, pero en pista no funcionará como se espera”, advirtió.
El propio Boscoscuro puso ejemplos más prácticos: un motor de producción como el de la Yamaha R6 o la Honda CBR puede costar apenas 5.000 o 6.000 euros, ofrecer unos 135 CV y recorrer hasta 5.000 kilómetros antes de necesitar un cambio. Para él, ese es el modelo más sensato de futuro.
Respeto hacia Dorna, pero con diferencias
Pese a sus críticas, el dueño de Speed Up no cerró la puerta a la negociación. Reconoció el trabajo que Dorna ha hecho durante años y destacó la buena relación que mantiene con Carlos Ezpeleta, director deportivo de la compañía. “He hablado con él y le he presentado mi visión, basada en motores de cuatro cilindros. Estoy convencido de que al final encontrarán una solución adecuada, como siempre lo han hecho. Pero creo que es un tema que merece ser revisado con mucha atención”, concluyó.
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