En verano, hay cierta ropa que nos puede ayudar a combatir el calor cuando vayamos en moto, como es el caso de los chalecos refrigerantes. Te explicamos cómo son y cómo funcionan
Con la llegada de las altas temperaturas, solemos tener la sensación de que nos sobra toda la ropa al ir en moto. Eso no es una buena idea cuando salimos de ruta o, incluso cuando vamos a hacer un trayecto corto. No se debe descuidar nunca la protección al montar en moto y, aunque apriete el calor, debemos buscar ropa ventilada o, como es el caso que nos trata, un chaleco refrigerante para que tu cuerpo te ayude a bajar unos grados.
Aunque tengamos la sensación de que, poniéndonos ciertas prendas pasaremos más calor, el resultado que percibiremos en este caso va a ser totalmente opuesto. Igual que en invierno hay cierta ropa térmica confeccionada en materiales de alta calidad, también las hay desarrolladas para conseguir el efecto contrario y refrigerar nuestro cuerpo.
Baja tu temperatura corporal yendo protegido
Los chalecos refrigerantes que vamos a tratar son una prenda interior que está pensada para ser vestida bajo la chaqueta protectora, en este caso cualquier chaqueta de verano ventilada, pero que nos ayudará a regular la temperatura del cuerpo cuando apriete el calor. El chaleco no será una prenda que podamos montar sola. Debe ir acompañada de una prenda que de verdad lleve protecciones que nos cubra en caso de caída.
En el mercado podemos encontrar una gran variedad de chalecos refrigerantes, los cuales, según los fabricantes, ayudan a bajar nuestra temperatura corporal entre 10 y 15 grados. Un dato realmente importante cuando empezamos a sudar dentro del casco.
Funcionamiento
Su funcionamiento realmente sencillo y dependerá del tipo de chaleco que llevemos. Podemos escoger entre los chalecos que se empapan o los de líquido interno. El primero de ellos se sirve de materiales absorbentes que, una ves se han sumergido en agua, y tras haber escurrido, nos lo pongamos y vaya liberando el agua restante para mantenernos refrigerados. Son muy frescos pero iremos con la sensación de ir mojados. Teóricamente, el chaleco debe de secar por completo antes de usarlo, pero de esta forma perdería efectividad.
El chaleco de líquido interno es el más avanzado y el último en haber aparecido en el mercado. Son chalecos que montan depósitos de agua que deben ser rellenados con agua. La diferencia entre nuestra temperatura y la temperatura exterior hará que el agua de su interior se evapore lentamente, reduciendo nuestra temperatura corporal. Aseguran un funcionamiento de 8 horas y, una vez evaporada toda el agua de su interior, podemos rellenarlo de nuevo.
¿Cuándo debemos utilizarlo?
Su uso dependerá de nosotros mismos, de nuestros trayectos habituales y la efectividad que queramos de él. También entra en juego el presupuesto que manejemos. En cualquier caso, si la zona en la que vamos a movernos supera con normalidad los 35 grados de temperatura, es más que recomendable llevar uno de estos. Si buscas un chaleco que sea de uso esporádico y con un presupuesto más ajustado, la primera opción es la tuya. Por otra parte, si lo que buscas es un chaleco de uso habitual, que te mantenga más horas fresco y no te importa invertir más de 100 euros en este artículo, merecerá más la pena un chaleco refrigerante de líquido interno.
En este punto es donde te debes plantear también si este sistema te merece la pena. Desde nuestro punto de vista, si. Son un elemento que cumplen con su función y nos permiten además, llevar una prenda extra que nos aporte protección, ya sea una chaqueta de verano o una espaldera. Además, no nos limita la movilidad, lo que nos permitirá rodar más cómodos y evitaremos los golpes de calor y el riesgo de deshidratación.
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