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Cómo domar tus botas nuevas

1 Dic. 19 | 16:00
FOTO: MOHIUDDIN-FARROOQUI

No hay mayor ilusión que estrenar botas nuevas, pero ese comienzo nunca suele estar exento de problemas. Por muy cómodas que sean al principio no nos libraremos de rozaduras, ampollas y demás molestos contratiempos que harán que en un primer momento pensemos que esas botas que tanto deseábamos no están hechas para nosotros.

Aunque todos los zapatos nuevos necesitan un periodo de rodaje, el tiempo necesario para que tu calzado se adapte a tu pie se alarga cuando hablamos de botas para moto. No hay mayor molestia que una rozadura el primer día de uso. Las botas son una parte fundamental en la equipación de un motorista para evitar torceduras, roturas de huesos y un sinfín de lesiones en el tren inferior de nuestro cuerpo. Concebidas para ofrecer seguridad, es necesario que sean duras y tengan cierta libertad de movimiento. Aunque en un principio parezca que jamás podremos adaptarnos a ellas, o ellas a nosotros, hay varios trucos sobre cómo, lentamente y con seguridad, sentirse cómodo con nuestras botas y reducir cualquier lesión en nuestro pie durante ese periodo. 

1. Sin prisa

Vas a querer ponerte tus botas nuevas hasta para estar en casa pero deberás de ir un poco despacio al principio. Póntelas en una ruta de pocos kilómetros y procura que sea por la mañana, cuando el tiempo es más fresco y tus pies están más descansados. Hacia el mediodía, tus pies comenzarán a hincharse y sudar, lo que causará rozaduras y, después, ampollas. Así que no decidas deshacerte de tus antiguas botas en cuanto compres otras porque seguro que las necesitarás.

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FOTO: ERIK MCLEAN

2. Ablándalas

Si tus botas son de un material maleable como piel o cordura, puedes ablandarlas dejándolas a pleno sol y después aplastarla con las manos. Por extraño que parezca, esto no estropeará los zapatos. Suavizará la parte más rígida y la desgastará más rápido.

3. Camina

Aunque las botas deberán de ser cómodas encima de nuestra moto, también deberán serlo cuando nos bajemos de ella. Procura andar por casa unos minutos con ellas. Esto hará que se suelten y que sean más cómodas tanto en ruta como al andar con ellas.

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FOTO: DAN-GARRI

4. No todo son las botas

Invierte en unos buenos calcetines más densos y acolchados. Vas a querer unos que lleven un refuerzo extra en la parte del talón y el empeine. Los mejores son los calcetines diseñados para practicar senderismo o esquí, ya que en ambos se utilizan botas rígidas que hacen que salir exento de ampollas en la primera puesta sea todo un milagro.

5. Remedios caseros

Existen polvos fungicidas que eliminan la humedad de venta en farmacia que recomendados encarecidamente si eres una persona especialmente sudorosa o si vas a llevar tus botas favoritas durante los días más calurosos de verano. Esparce un poco de este producto dentro de las botas y de los calcetines para que absorba el sudor y minimice las rozaduras. Si no quieres gastarte el dinero en este producto también puedes recurrir a los polvos de talco de toda la vida. Si por el contrario notas que te va a salir una ampolla, otro remedio que puedes poner en práctica es untar un poco de vaselina de labios en la zona peligrosa para evitar que tus implacables botas te machaquen aún más.

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FOTO:ERIC-WELCH

5. Ponte una tirita

Si aun habiendo tenido en cuenta todo lo anterior no te has librado de lucir una ampollas como marca de guerra en los primeros compases, te recomendamos que te hagas con unos parches para ampollas. Funcionan como tiritas mágicas y alejan a tus pies de tan desagradable sensación.

Aunque existen multitud de remedios caseros de dudosa credibilidad como meter las botas en el congelador antes de ponértelas por primera vez o ponerte las botas y mojarlas con agua caliente… Recomendamos que no se haga caso a estas malas prácticas si no queremos que nuestras botas nuevas tengan el aspecto de unas de hace 10 años. 

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