Cuando Estoril acogió el Gran Premio donde Marc Márquez no dejó a nadie indiferente.
Corría el año 2010 cuando Marc Márquez hizo un hito en su carrera deportiva: una remontada de caída en la vuelta de formación, a salir desde la última posición de la parrilla y terminar ganando la carrera. Era entonces un muy joven piloto de 125cc encaminado a ganar el campeonato, y tanto que lo consiguió en la siguiente cita en Valencia donde se cerraba el calendario.
Marc Márquez salía en la undécima plaza de la parrilla, pero un giro inesperado de los acontecimientos por una bandera roja hizo que tuviera que salir desde la última posición. Aun así, poco a poco fue remontando posiciones durante la carrera, con solo 17 años y un potencial que no pasaba desapercibido dentro del Mundial de MotoGP.
El de Cervera llegó hasta la tercera posición peleando con el cuchillo entre los dientes, y no se dio por vencido ni se conformaba con el podio. Márquez quería ganar a toda costa. Evidentemente esto era porque el título estaba en juego, y solo quedaban esa carrera del GP de Portugal en aquel entonces en Estoril, y luego el campeonato se cerraba en Valencia.
Nervios de acero
Los nervios estaban a flor de piel por el campeonato en juego pero también por toda la tensión que había en el ambiente tras lo ocurrido al reiniciarse la prueba. Pero eso no impidió que Marc Márquez gestionara la situación de forma increíble: se sometió a una dura y tensa batalla con Nico Terol, uno de sus rivales en el título (el otro era Pol Espargaró). El pulso lo ganaba entonces el ilerdense.
Esta fue la última victoria para Marc Márquez en la categoría de 125cc en el año 2010, pero el campeonato se lo llevaba él en Valencia. Además, su celebración en Estoril fue llena de rabia y emoción, debido a toda la tensión que estuvo sometido en todo el proceso de reinicio de la carrera. Consiguió ganar diez citas esa temporada.
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