El catalán tuvo que retirarse de una manera precipitada tras su incidente en el Gran Premio de Francia de 1995 donde se lesionó la pierna.
Como en la vida misma unos llegan mientras otros se van, es ley de vida, la naturaleza. En el motociclismo, aunque en ocasiones resulte difícil, también ocurre. A la vez que surge un nuevo talento, otro se aparta de la competición que tanto le ha dado y muchas veces tanto le ha quitado. El ying y el yang, la frescura de lo nuevo y la experiencia de la veteranía. Sobre todo ello han hablado los pilotos de MotoGP en la última entrega del documental de Dazn ‘Yo, piloto: una vida a contrarreloj’.
La decisión más difícil de su vida
En algunas ocasiones la vida te obliga a tomar decisiones complicadas, en el caso de los pilotos de MotoGP las lesiones suelen ser decisivas a la hora de tomar la decisión de retirarse. Ese fue el caso de Alberto Puig, el catalán sufrió una fractura en una de sus piernas en el año 1995 durante el Gran Premio de Francia, el detonante de la que sería su última etapa, bastante negativa por problemas físicos, dentro del Mundial como piloto.
Desde entonces tuvo que vivir una mala racha de resultados insuficientes para un piloto como Puig que le llevó a retirarse en 1997. «En los casos dramáticos es en los que te retiras sí o sí. Yo me retiré porque tuve un accidente fuerte y ya no iba rápido«, asevera Alberto Puig, expiloto y actual Team Manager del Repsol Honda Team.
Su salida del Mundial no fue para nada premeditada, ese tipo de casos en los que el motociclismo saca su peor versión para cambiar la vida de los pilotos. «Me retiré de una manera traumática. Luego está el retirarse por no tener posibilidades de correr y los que se retiran a destiempo. Si has sido un piloto muy importante, es importante saber retirarte a tiempo«, concluye el ex piloto catalán.
