
Álex Márquez rozó el podio en Portimao, pero la Ducati de Jack Miller resultó intratable para la Honda. Pese a no poder alcanzarle, el de Cervera firmó su mejor resultado de la temporada con un cuarto puesto que da cierta tranquilidad.
El test de Misano volvió a ser clave para Álex Márquez. Al igual que pasó en el 2020, tras las pruebas en el trazado italiano, el del LCR Honda ha experimentado un paso adelante en las siguientes carreras, que se ha certificado con un cuarto puesto en Portimao. Pudo ser una posición de podio, pero ya sabía que pasar a la Ducati no iba a ser una tarea sencilla. De hecho, hasta su hermano, Marc Márquez, lo entendió, porque le preguntó por ello en una conversación telefónica tras la carrera. Pese a rozar el podio con los dedos, Álex pudo dar una alegría a la marca del ala dorada siendo la mejor Honda de la cita y el primer independiente. Poco a poco va levantando cabeza.
Desde Misano se aprecia un cambio en el box: «Hemos cambiado la dinámica, lo hicimos desde los test de Misano. Tanto en Austin como en Misano 2 no se vio el fruto de lo que probamos allí. Tenemos que seguir con la misma dinámica. En el test de Misano probamos un chasis diferente que notamos bastante mejora que esperamos tener la última mejora. No hay mucho secreto. Son pequeños mejoras que te hacen estar más cómodo encima de la moto y que te ayuda a dar este paso adelante».
Mucho trabajo en equipo: «Es una recompensa al trabajo de todo el equipo en momentos malos donde no salía el resultado y sin malas caras en el box. Esto quita una losa y da confianza y ese extra de motivación que nunca me ha faltado. Esto ayuda a ver que el trabajo da sus frutos».
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