La lesión de Alex Márquez ha cambiado su objetivo de la temporada.
Alex Márquez comenzó la temporada siendo el mayor rival de su hermano Marc en la lucha por las victorias. El piloto de Gresini logró subir a lo más alto del podio en Jerez, logrando su primer triunfo en Gran Premio y confirmando su gran estado de forma. Sin embargo, una caída en Assen acabó con la tendencia positiva del piloto de Gresini; que se fracturó el segundo metacarpo de la mano izquierda y tuvo que pasar por quirófano.
Las cosas no fueron bien para Márquez tras esa lesión. Tanto es así, que se marchó de Brno sin ningún punto y con una sanción. En la Sprint Race, una mala salida y problemas posteriores le hicieron cruzar la línea de meta en décimo séptima posición. Mientras, el domingo, se fue al suelo, llevándose por delante a Joan Mir. Esta acción le supuso una doble ‘long lap’ de penalización de cara al Gran Premio de Austria, lo que pondrá aún más difíciles las cosas para el de Gresini.
Como resultado, Marc Márquez ha acumulado una ventaja de 120 puntos en la clasificación general con respecto a su hermano. Una distancia insalvable si el piloto oficial de Ducati mantiene su nivel en la segunda mitad de la temporada. Con esto, el pequeño de los Márquez sólo puede hacer una cosa: mantener su segunda posición en el campeonato.
«Convertirse en campeones es prácticamente imposible»
«Lo importante es no repetir ciertos errores en el futuro. Son equivocaciones que cuestan caro, que arruinan una temporada como la nuestra», contaba el piloto tras la cita checa al medio Marca. «Ha sido un fin de semana en el que estaba más nervioso de lo habitual, he corrido sin ese ‘flow’ que nos caracteriza. Debemos aprender la lección, mantener más frialdad y, cuando se sale desde atrás, tener mayor paciencia».
En cuanto a la pelea por el título, el pequeño de los Márquez casi se da por vencido. «Hay 12 carreras a las espaldas, quedan 10. Somos segundos en clasificación, esto nadie nos lo quita. Es verdad, ahora el líder está a 120 puntos de distancia y convertirse en campeones es prácticamente imposible sin eventos extraordinarios«, contaba.
Es por eso que Márquez mira a Pecco Bagnaia, tercer clasificado del Mundial a 48 puntos de distancia. «Para nosotros terminar segundos en el mundo sería impresionante. Es una lucha particular, pero es el objetivo. Obviamente, mientras no haya terminado, todo es posible. Pero siempre he dicho que mi objetivo es el segundo puesto en el mundial: sería grandioso, mágico», aseguraba.
Para ello, la clave está en no repetir errores. «No es el momento de tirar todo por la borda. Debemos ver los lados positivos. Nos hemos equivocado, será experiencia para el futuro», admitía el piloto. Estas semanas servirán además al pequeño de los Márquez para regresar a Austria recuperado al cien por cien de su lesión.
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