
El catalán toca su parte más intima en MotorSprint-Corriere dello Sport; habla de su tiempo libre y de la relación con Marc.
Ver la parte más humana y cercana de los pilotos de MotoGP es cada vez más difícil. En contadas ocasiones pasa, y esta es una de ellas. Álex Márquez se abre en su faceta más personal para explicar cómo es vivir con su hermano Marc Márquez en Madrid o qué suele hacer en su tiempo libre. El parón veraniego fue más largo de lo normal, por lo que tiempo libre tuvieron de sobra. Ahora, a semana y media del Gran Premio de Montmeló, el catalán irradia felicidad.
Vivir con tu hermano debe ser muy productivo, más aún cuando no solo se comparte profesión sino paddock. Los Márquez, o al menos eso cuenta Álex, no hablan mucho de MotoGP. «Sólo comentamos algunas impresiones o episodios puntuales. Sucede el domingo por la noche. Los Grandes Premios son agotadores. Es mucho mejor desconectar, pensar en otras cosas«, confiesa el pequeño de los Márquez.
No hablar de MotoGP es un punto a tener en cuenta, pero Álex hace muchas otras cosas para evadirse durante los días libres de todo lo relacionado con el Mundial. «Salgo a pasear con los perros, entreno por diversión. Cuando puedo juego Play, desafiando a mi hermano. Nuestras batallas pasan de las carreras a la consola, de las dos ruedas a los videojuegos. Y no estamos bromeando, seamos claros«, dice el catalán.
En el ámbito más sentimental, Marc tiene ahora pareja estable; Álex, por su parte, se muestra muy feliz por ello. «Si él está feliz, yo estoy feliz. Los dos estamos felices, este es el aspecto más significativo e importante de la familia. Cuando nos detenemos en asuntos privados, Marc y yo somos uno, únicos y especiales. A veces ni siquiera recuerdo haber sido piloto y rival«, reconoce.
En clave MotoGP, Álex recuerda cómo fue subirse en 2020 a la Honda y ser compañero de equipo de su hermano: «La experiencia la recuerdo dura y no muy feliz. Debuté en MotoGP en 2020 y para mí todo era nuevo, desde la categoría hasta la moto, desde el personal hasta los rivales. Marc, por el contrario, era el vigente campeón, el hombre a batir. Él sufrió, pero yo también sufrí bastante«. «Sería bonito correr otra vez con él«, añade.
Por último, hace un balance del 2023 en el Gresini Racing. «Las diferencias entre Honda y Ducati son infinitas, empezando por la entrega de potencia: el prototipo japonés distribuye los caballos de forma violenta, la moto italiana es más suave. Ayuda, pero ir rápido sigue siendo un desafío. Siempre se está al límite«, zanja Álex.
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