El piloto británico, que el año pasado en Australia sufrió un grave accidente que le fracturó el tobillo derecho por 17 partes, reconoce que está sufriendo en este inicio de temporada. Las secuelas del accidente le están limitando encima de la moto y denuncia la imposibilidad de poder pasar por quirófano durante la temporada debido a lo apretado del calendario.
El motociclismo es un deporte de riesgo en el que las lesiones se suceden. Sin embargo, tan importante es una buena cirugía como una buena recuperación de la zona dañada. Cal Crutchlow, en 2018, sufrió uno de los peores accidentes de su carrera. Una fuerte caída en Phillip Island terminó con su tobillo derecho fracturado en 17 partes, llegando a poner en riesgo su trayectoria profesional. En su regreso al Mundial en Catar, Crutchlow logró un tercer podio cargado de mérito y de emotividad. Sin embargo, con el paso de las carreras, el británico reconoce que cada vez se siente más lastrado por la zona que se lesionó.
“Tengo más problemas con el tobillo y los nervios ahora que en el inicio de la temporada”, afirmó Crutchlow con contundencia a Speedweek. Hay que remarcar que el británico lleva en su maltrecho tobillo una placa de metal que pesa casi un kilo. Para quitarla, el piloto del LCR Honda tendría que pasar por el quirófano, algo que reconoce haber hablado ya con los médicos. “Ya he hablado con los médicos sobre la eliminación del metal, pero probablemente no podrán operarme hasta finales de año”, reconoció.
El apretado calendario, un inconveniente
¿Por qué no se puede operar antes de terminar la temporada? El motivo es claro: el calendario del campeonato. Ya no solo en lo que a las carreras se refiere, sino también a los test. El británico explicó que necesita un plazo de 10 días de reposo absoluto tras esa operación, un plazo del que no podrá disfrutar hasta el mes de diciembre. Es en este punto en el que Cal se ha mostrado más crítico, especialmente con el papel de los equipos en este conflicto. “El año pasado, todos los pilotos, excepto Tito Rabat, acordaron que quieren irse de vacaciones después de la temporada, de ahí que ahora tenemos que hacer el test de Jerez. Los pilotos estuvieron de acuerdo, pero los equipos lo anularon. Les pediremos que no realicen pruebas, pero eso no sucederá”, sentenció.
Los equipos aluden que esas pruebas son las más importantes para preparar la siguiente temporada. Cabe destacar que, tanto el test de Valencia como el de Jerez se disputan antes del parón invernal que marca el reglamento. La progresiva reducción de los test durante las últimas temporadas es otro factor a tener en cuenta. Sin embargo, Crutchlow sugiere que el papel de los pilotos de pruebas sea más importante para hacer esa función. “¿Qué costaría hacerles correr? 300.000, 400.000 o 500.000? Deben pilotar, se les paga por ello”, zanjó el británico.
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