Durante sus más de veinte años de carrera en el mundo del motociclismo, Loris Capirossi ha pilotado diversas motos, pero, sin embargo, el binomio Capirossi -Ducati, dio a los aficionados tantas emociones, que automáticamente cuando se habla de Loris se le asocia a la moto italiana
En 2003, año de su debut con Ducati, el piloto de Imola consiguió cinco podios y una histórica primera victoria en el circuito de Montmelò. Las perspectivas de un glorioso 2004 eran altas, pero las cosas no acabaron de salir. La Desmosedici GP4 era una moto muy difícil de llevar al límite y demasiado agresiva con los neumáticos. Finalmente, dura esa temporada tan solo consiguió firmar un tercer lugar en el Gran Premio de Australia. A partir de 2005, sin embargo, las cosas empezaron a ir mejor gracias a la llegada de los nuevos neumáticos Bridgestone: los japoneses no brillaban por su constancia pero en algunos circuitos se adaptaban perfectamente al prototipo italiano. Capirossi, así, acabó consiguiendo dos victorias arrolladoras en Motegi y Sepang.
Pero, el verdadero punto de inflexión, sin embargo, llegó durante la temporada siguiente. En 2006, comenzó de la mejor manera con la extraordinaria victoria en Jerez, para luego continuar con más podios. Los Bridgestone funcionan bien en muchos circuitos y la Desmosedici se había convertido finalmente en una moto equilibrada: “En 2006 Ducati era una moto muy competitiva, desde 2003 habíamos trabajado muy bien, evolución tras evolución”, ha recordado Loris durante una entrevista en vídeo concedida a la Gazzetta dello Sport.
“Me faltó un poco de éxito en MotoGP”
En la temporada 2006, Loris Capirossi, llegó a Barcelona liderando el campeonato, pero ese fin de semana lo cambió todo. Una carambola colectiva desencadenada por su compañero de equipo Sete Gibernau, donde también se vio involucrado Capirossi, llevó al traste todas sus esperanzas por alcanzar ese título. “Ese contacto en la primera curva me sacó del juego, me lesioné y en las siguientes dos carreras fue como si no estuviera allí. Al final perdimos el título por 23 puntos, creo que los habría ganado en tres carreras sin demasiados problemas. Pero los “si” y “pero” en el deporte del motor no existen. Fue así, no lo logré, pero me alegro de que Nicky Hayden ganara. ¿Arrepentimientos? “Me faltó un poco de éxito en MotoGP, pero mi carrera ha sido larga y llena de satisfacciones: me siento muy afortunado“.
La temporada 2007 marcó la transición a las nuevas 800, motos que al principio de su desarrollo resultaban muy difíciles de interpretar para muchos pilotos de la “vieja escuela”. Paralelamente a esto, aterrizó en Ducati el piloto que lograría llevar la Desmosedici al más alto de todos los niveles: Casey Stoner. “Stoner marcó la diferencia, es un piloto muy talentoso aunque le ha faltado un poco de técnica. En 2007 subimos a 800, teníamos un motor muy rápida pero no guiable. Intentaba explicarle mis impresiones a Filippo Preziosi, pero mi compañero ganó y el equipo siguió sus indicaciones. Era un fenómeno, pero en retrospectiva sigo convencido de que tenía razón sobre la moto: Casey consiguió ganar un año, y luego empezó a golpearse la nariz un poco también“.
“La Ducati 2011 es la peor moto que he pilotado en mi carrera”
“Luché mucho ese año y gané una carrera e hice algunos podios. Pero según Ducati yo era un piloto acabado y decidieron cambiarme. En mi lugar vino Marco Melandri, que lo hacía muy bien en Honda, pero que no era ni la mitad de rápido que yo en la Desmosedici”. Tras cuatro años en Ducati, Loris se unió al equipo oficial de Suzuki, donde las cosas nunca acabaron de salir. A finales de 2010 Capirossi decidió aceptar la propuesta del equipo Pramac de correr durante un último año a los mandos de un satélite de la Desmosedici.
La última temporada, sin embargo, resultó ser una agonía. Loris nunca logró pasar del 9º lugar. El recuerdo de ese campeonato permanece, sobre todo, de la última carrera en Valencia, con el número 58 de Marco Simoncelli, fallecido trágicamente dos semanas antes en Malasia: “Cuando volví a Ducati, al equipo Pramac, en 2011, coincidiendo con la llegada de Valentino Rossi, las cosas no habían cambiado, al contrario, esa moto allí era realmente inexpugnable, la peor moto que he pilotado en mi carrera. Luego, finalmente se convencieron de que no iba bien y decidieron cambiar sus planes. Tuve la oportunidad de pilotar una Ducati de MotoGP hace un par de años y ahora es realmente algo mejor“.
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