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Crivillé: “La liamos gorda. Fue un acto involuntario, aunque muchos digan lo contrario”

20 Jun. 20 | 14:41
Crivillé MotoGP
Foto: MotoGP.com

El campeón del mundo de 1999 recuerda cómo fueron sus más y sus menos con la leyenda australiana

Álex Crivillé es el protagonista de un documental en exclusiva de AMV Seguros donde explica cómo fue evolucionando su carrera. En este primer capítulo, el contenido se ha centrado en la relación que mantuvo el campeón de 500cc con el cinco veces campeón del mundo Mick Doohan.

La primera vez que coincidieron fue en HRC en 1994, donde Crivillé cuenta que ahí no lo consideraban un rival si no algo más parecido a un piloto escudero. “La primera impresión cuando llegué al equipo de fábrica de Honda con Mick Doohan fue que me acogieron bien y me dejaron claro que ese año podría correr sin presión porque era una temporada para aprender. Había mucho nivel en 500cc porque, además de Mick Doohan, estaban todos los grandes de la categoría: Kevin Schwantz, Wayne Gardner, Eddie Lawson… Ese primer año se trataba de aprender y el siguiente me marcaron como objetivo hacer podios, después ganar carreras y luego luchar por el título. Doohan me acogió bien: entrenábamos en Australia, me abrió las puertas de su casa, íbamos al gimnasio juntos… Yo creo que me veía más como un compañero de equipo, un segundo piloto, que como un rival”.

“La verdad es que durante esa primera temporada no hubo ningún problema. Él hacía su trabajo y yo, el mío. Intentaba no coger su rueda en los entrenamientos, porque sabía que le molestaba bastante, y luego en carrera cada uno hacía la suya. Estaba a un nivel muy alto y era el más rápido de todos. A mí me faltaban pulir esas siete décimas que, poco a poco, fue consiguiendo rebajar confiando en mí mismo. Me fijaba mucho en sus trazadas y en su estilo de pilotaje. No hubo demasiados problemas y Doohan, en este aspecto, fue un gran compañero de equipo en mis inicios en 500cc”.

Crivillé Doohan MotoGP
Foto: MotoGP.com

Precisamente con Álex en el equipo Doohan conquistó los cinco títulos de forma consecutiva. No obstante, temporada a temporada, el piloto catalán, embajador de AMV Seguros, le iba poniendo las cosas más difíciles al australiano y lógicamente la tensión iba en aumento. Todo empezó en la carrera de Jerez de 1996.

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“En 1996 estaba para ganar la carrera, después gané en 1997, 1998 y 1999. Era un circuito mágico para mí y me encantaba su trazado. Ahí es cuando rompimos la relación. Comenzó a haber tensión y crispación en el equipo. Lideraba la carrera hasta la última vuelta y hubo invasión de pista. En ese momento, levantando la mano, se hubiese parado la carrera y hubiese ganado. En ese momento, quedaban dos curvas y vi que Doohan estaba un pelín más atrás. No quedaba nada, pero tuve una caída. Aprovechó para hacerme un interior, se coló por dentro, pero yo abrí gas con agresividad y salí por el aire. Doohan celebró la victoria, obviamente contento de su carrera, pero no creo que estuviera contento con su acción porque él sabe perfectamente que, a día de hoy, no valdría esa carrera porque estaba todo el público en mitad de la pista y con tracas. Hicimos una reclamación y entonces fue cuando vimos que Doohan tenía más poder en el equipo que Honda. En Honda me dijeron que no podían reclamar mi victoria porque el número uno del equipo es Doohan. A partir de ahí, nuestra relación pasó de ser amigos a ser rivales totales”.

El conflicto de Australia ’96

Una de las escenas más recordadas fue la de dentro de los boxes en la carrera de Australia de 1996 en Eastern Creek. Tras caerse los dos y finalizada la carrera ambos se encontraron en los boxes y la tensión era más que palpable.

“La liamos gorda. Fue un acto involuntario, aunque muchos digan lo contrario. Nos levantamos y acabamos la carrera. Yo terminé por delante de él. Cuando entré en el box, había mucha tensión. Los japoneses estaban preocupados, pero no decían nada. Había un mecánico que tenía un martillo en la mano, que estaba muy cerca de mí. Bajaron la persiana del box y el público invadió la pista e, incluso, intentó forzar la persiana para liarla. Yo me quedó con que todavía tengo el récord de la pista y vuelta rápida, lo que quiere decir algo. Ya no volvimos a correr allí y en 1997 comenzamos a correr en Phillip Island. Todo quedó ahí y el fuego fue apagándose. Al final todo quedó en una anécdota, pero fue un momento muy duro a nivel de tensión del equipo y del público”.

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