Las motos satélites están adquiriendo un progresivo protagonismo en MotoGP. Sete Gibernau y su ex jefe técnico Juan Martínez, muestran su percepción sobre las diferencias respecto al pasado.
Si nos remontamos unos años atrás en el Campeonato del Mundo de MotoGP, nadie podría llegar a imaginar que una moto satélite estaría preparada y en su sitio para aspirar a las victorias. Como casi todo, el campeonato ha evolucionado con el paso del tiempo. Ello hasta tal punto que si observas la clasificación general actual puedes ver a una Yamaha satélite con Fabio Quartararo como líder del campeonato. Nada equiparable a la situación dada a estas motos allá por 2003/2004 cuando Sete Gibernau volvía a firmar con Honda en el equipo satélite de Fausto Gresini. Sin embargo, incluso pese a las diferencias entre oficial y satélite, el español fue capaz de llevar al límite a Valentino Rossi y luchar por el primer puesto del campeonato. Finalmente, sin suerte para Gibernau.
Durante dichas temporadas de 2003/04, el subcampeón del mundo fue capaz de sumar varias victorias frente a la Honda oficial de Valentino Rossi. Pero de nada servía tener patrocinadores de alta consideración que las diferencias entre una máquina iban más allá. Gracias al documental de ‘Rebelión satélite’ de DAZN, se ha podido conocer la percepción de Gibernau sobre aquel entonces. “La moto que teníamos era grandísima, pero no era la oficial. Era una situación particular, con Valentino en el equipo oficial de Honda. Repsol y Honda tenían un contrato en el que el equipo 100% de fábrica tenía que ser el oficial y nunca podía otro equipo disponer del mismo material. Algo pasó después de esta carrera (Alemania) que Honda le dio a Valentino el prototipo de 2004 (estábamos en 2003) y ganó todas las carreras restantes menos Motegi“.
Juan Martínez, el que fue jefe técnico de Sete Gibernau durante el recorrido de esas temporadas, corrobora a su vez para DAZN la existencia de esas grandes diferencias existentes respecto a la actualidad. Incluso reconoce que: “En 2003, cuando tuvimos la posibilidad de disputar ese campeonato a Valentino Rossi fue una situación inesperada. Empezamos por la moto siendo satélite, que ganamos en Sudáfrica. Una carrera muy emotiva para nosotros tras el fallecimiento de Daijiro Kato. A partir de ese momento heredamos una moto semioficial“, cuenta.
“Que hayan componentes comunes en todas las motos ayuda a que la igualdad suba”
Por tanto, con el paso de los años se ha tratado de combatir esa diferencia forjada entre oficial y satélite en la parrilla de MotoGP. Uno de los objetivos estaba encaminado en evitar que un equipo satélite se sintiera menos servido respecto al de fábrica. La impotencia podía invadir a muchos de los pilotos externos a los equipos oficiales. Sin embargo, la evolución en este sentido ha sido evidente en los últimos años. “A día de hoy todas las motos de la parrilla sean oficiales o satélites, tienen electrónica única, los neumáticos son únicos. Los motores están sellados a principio de temporada. El hecho de que hayan diferentes componentes que sean comunes en todas las motos ayuda a que la igualdad suba“, asume Juan Martínez.
Con este importante incremento de paridad entre ambas máquinas, la moto satélite ha adquirido un papel de mayor protagonismo en el campeonato. Durante esta temporada, las satélites han dominado parte de las pruebas del calendario acabando cada vez más con las diferencias, y haciéndose un hueco considerable en las filas de MotoGP. Según el ex jefe de mecánicos del mundial existen dos factores que favorecen ese papel protagonista: “La falta de prestaciones de algunos de los pilotos oficiales, coincidente con que haya pilotos satélites que están rindiendo a un altísimo nivel“.
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