Esta temporada serán cuatro los rookies que suban a MotoGP procedentes de Moto2. Al final del año se verá en los resultados quién ha sido el mejor este 2019.
Son cuatro los pilotos rookies que en 2019 ascienden a MotoGP, cifra que estamos acostumbrados a presenciar en la clase reina. Todos provienen de la categoría de Moto2, y de entre ellos está el vigente campeón de la misma, Pecco Bagnaia. El italiano ha firmado con Pramac Racing, mientras que Joan Mir lo ha hecho con el Suzuki Ecstar, siendo el único en un equipo oficial. Por otro lado, Miguel Oliveira estará en el Red Bull KTM Tech3 y Fabio Quartararo en el Petronas Yamaha SRT.
Joan Mir, el talento
El piloto balear de 21 años es el único de los cuatro corredores que ha llegado a un acuerdo con un equipo oficial. En el caso de Suzuki, siempre han apostado por la juventud tal y como hicieron en 2017 con el que será primer compañero de Mir, Álex Rins. La pasada temporada ya mostraron un alto potencial haciendo en total nueve podios que hicieron que este año no tuvieran concesiones. Ésto tiene pros y contras en cuanto al desarrollo de la GSX-RR. Para los pilotos rookies es una tarea difícil de hacer.
Joan tiene una trayectoria brillante. Se proclamó campeón del mundo de Moto3 en 2017 y actualmente es el piloto con más victorias en Moto3, 11 en total. Sólo ha estado un año en Moto2. Aun así, ha demostrado que puede dar más de si y por eso quiso aprovechar la oportunidad y subir a la clase reina este año. Pete Benson, jefe técnico del mallorquín el año pasado, lo tiene claro: “Joan tiene mentalidad de ganador”. Además, añadía que vio que Mir seguía los pasos de Viñales y Rins, arrasando por donde pasan. A su vez, Hervé Poncharal le ha estado observando en los primeros test: “Me impresioné con Mir. Era agresivo, pero va en buen camino”, dictaron ambos según Crash.
Primera impresión: comodidad
Normalmente y con su complexión, una moto más grande sería perfecta para él. Por eso en su primera toma de contacto con la Suzuki afirmó que se sintió muy cómodo, por lo que fue acertado dar el salto de categoría. “Estas motos son mucho más eficaces cuando la pilotas con dulzura, teniendo buenas trayectorias y enlazando bien las curvas entre ellas. La salida de curva también es muy importante”, confesaba para GPone. Como buen novato, ha dicho que su objetivo esta temporada será aprender y reducir al máximo el espacio entre él y los pilotos cabeceros.
Miguel Oliveira, la actitud
Este piloto de procedencia portuguesa es actualmente el único de su país en el mundial de motociclismo. De hecho, él mismo tiene una escuela para aumentar las cifras de Portugal en este deporte. Miguel no ha ganado ningún título en su camino a MotoGP, y es que la suerte no ha estado precisamente de su lado. Ya en 2015 quedó segundo en Moto3 por detrás de Danny Kent, y el año pasado le ocurrió lo mismo con Pecco Bagnaia, otro de los rookies en 2019.
Estos datos no suponen ningún factor negativo, ya que ha podido subir a la máxima cilindrada con el Red Bull KTM Tech3 e intentará dar su máximo. En Moto2 ha competido tres temporadas, una con el Leopard Racing y dos con KTM. “Soy un novato, y ser campeón, por ahora, está fuera de mi horizonte. Los entrenamientos son importantes, pero la experiencia sólo se gana en las carreras. Mi objetivo esta temporada es terminar la carrera y ganar kilómetros”, se muestra realista Oliveira.
“Ser campeón está fuera de mi horizonte”
Además, es un piloto tan ambicioso que quiere ser “lo más competitivo posible”. En los test de Valencia, su primera vez en la KTM, tuvo varios sustos por los frenos: “Mi impresión es que el frente es demasiado rígido. No se puede frenar de la misma manera que en Moto2, porque frena más y tiene más potencia. Realmente hay que frenar con precisión, lo que es muy difícil”, declaraba a Speedweek. Sin duda, el control de los frenos es una asignatura pendiente para él.
Pecco Bagnaia, el campeón
El italiano asciende como vigente campeón del mundo de Moto2, lo que le proporciona un plus de confianza. La regularidad que demostró el año pasado le colocó en lo más alto de la general tras un gran año de trabajo. Su potencial ya se vio en su primer año en la cilindrada media, y por eso en enero del 2018 ya le plantearon un contrato con Pramac Racing. Aunque no lo parezca, en Ducati están atentos a los jóvenes talentos y Pecco es uno de los novedosos rookies esta campaña.
Con la confianza totalmente depositada en él, tenía cierta presión por hacerlo bien la pasada campaña. Bagnaia fue capaz de vencer a Miguel Oliveira y se coronó como el mejor de Moto2 a falta de un GP para terminar el año. El de Turín ya probó la MotoGP en 2016 como regalo del Aspar Team, pero esta vez fue la definitiva y lo interpretó como un regalo. “Soy como un niño que disfruta un regalo de navidad; va a dormir, y el día después se levanta y el regalo todavía sigue ahí. El primer test, en 2016, piloté con cuidado, quería divertirme sin exagerar, caer en el primer contacto no habría sido lo mejor”.
Desmosedici es sinónimo de dulzura
Respecto a las metas que Bagnaia se propone (similar a la de los demás rookies), la principal es ser el mejor debutante. “Es mi deseo, pero no quiero que sea una obsesión”, admitía el italiano. Volviendo a su debut, comenta que la segunda vez que cogió la MotoGP (test de Valencia) salió con mucha calma. “La Ducati es una moto muy intuitiva, sientes bien el tren delantero y hay buenas sensaciones con el gas en la parte de atrás”, desvelaba Pecco. “Hay que pilotarla de forma muy ‘stop and go’ con el gas, al cual me tendré que acostumbrar porque me gusta sentir la potencia en la mano. El motor lo he encontrado dulce, la moto se pilota muy fluida”, zanjaba sobre la forma de pilotar la Desmosedici.
Fabio Quartararo, la juventud
Llegó al mundial por un cambio de normas tras ganar dos veces consecutivas el FIM CEV Moto3, ahí comenzó sus historia. Quartararo no ha tenido una trayectoria brillante, ya que en la categoría pequeña no pudo destacar y cuando iba a por su tercer año decidió dar el salto a Moto2. Su primera temporada en la cilindrada media no fue fácil, pero cuando cambió de equipo en 2018 todo cambió. Ganó en el GP de Catalunya e hizo podio en Assen gracias a un cambio en su estilo de pilotaje. También ganó el GP de Japón, pero por un error de su equipo en la presión de los neumáticos le descalificaron.
Se alzaron rumores de que podría cambiar de nuevo de categoría, esta vez a MotoGP, y así ha sido, de la mano del Petronas Yamaha SRT. Es actualmente el piloto más joven, por lo que podría marcar récords si tiene buenas actuaciones. En principio, dice que rodar por primera vez en la MotoGP le hizo sentir realmente raro, porque el objetivo de todos los pilotos es correr allí.
“No tengo ninguna presión”
“Me las arreglé por primera vez para probar la moto. Las primeras vueltas fueron increíbles. No me sentía nada cómodo, pero cuando tomé mi primer giro consecutivo y logré ponerla al fondo por primera vez flipé”, confesaba el de Niza. “Es cierto que me hizo sentir raro, porque ir de 80 a 300 km/h en tan poco tiempo es algo que nunca hice”. Además de la impresión por la potencia de la moto, ha declarado a Moto Journey que por ahora “no tiene ninguna presión”. Esto es positivo, porque puede tomarse su primer año siendo uno de los rookies para coger experiencia y aprender mucho.
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