
La mirada de un ingeniero que lo ha visto todo
Gigi Dall’Igna, una de las mentes más influyentes del paddock, aparece en el episodio 2 del documental “Marc Márquez: Volver” dejando una reflexión que define como pocos el carácter del nuevo campeón del mundo. “Siempre he pensado que un campeón que no puede ganar se acostumbra a perder, y por lo tanto, deja de ser campeón. En el caso de Marc esto no es así”, afirma, remarcando una diferencia esencial entre Márquez y el resto. Para Dall’Igna, la clave está en que el piloto del #93 jamás permitió que el sufrimiento de los últimos años erosionara su identidad competitiva. Ni lesiones, ni operaciones, ni resultados mediocres consiguieron arrancarle el instinto de depredador.
El ingeniero italiano, que conoce a Márquez desde sus primeros pasos como campeón del mundo, explica que la esencia del piloto viene de lejos. “Lo conozco desde que ganó su primer título, la determinación que tiene es algo extraordinario y difícil de encontrar incluso entre campeones”, comenta. Ese concepto de “determinación” reaparece continuamente en el documental, donde se analiza cómo el catalán fue capaz de resistir un periodo que hubiera sepultado la carrera de casi cualquier otro piloto.
El peso de las dudas y el largo camino del regreso
Dall’Igna admite sin pudor que la incertidumbre rodeó el futuro de Márquez. “Todos tenían alguna duda, incluso Marc, y es algo normal, porque seguramente el periodo que ha tardado en volver ha sido largo y eso te lo hace pensar”, señala en el documental. No es casual que el ingeniero subraye ese matiz: el proceso no duró meses, sino años, con operaciones sucesivas, recaídas, dolores y una Honda que ya no era la misma moto que un día dominó la categoría.
Ese tiempo prolongado alimentó interrogantes: ¿podría Marc volver a pilotar como antes? ¿Sería capaz de reencontrarse con la agresividad que lo convertía en único? ¿Tendría su cuerpo margen para otro intento? El propio Dall’Igna reconoce que esas dudas estaban en el ambiente, pero insiste en que algo permaneció intacto: la actitud.
Un 2024 que confirmó lo que muchos habían olvidado
Para el ingeniero de Ducati, la temporada 2024 fue la prueba definitiva de que Márquez no había cambiado en lo esencial. “Durante 2024 se pudo ver que su determinación, su voluntad y su capacidad para pilotar la moto estaban siempre presentes, porque con una moto que, en comparación con las demás, era inferior, conseguía hacer cosas que nadie más con esa moto podía hacer”, sentencia. Esa frase resume por qué Ducati terminó apostando por él: no buscaban solo resultados, sino a un piloto capaz de moldear una moto con puro talento.
El testimonio de Dall’Igna no solo aporta contexto técnico; revela una convicción profunda dentro de Ducati: Marc Márquez no retornó al nivel de campeón en 2024… porque nunca dejó de serlo. Lo que cambió fue el escenario, no el piloto. Y por eso, cuando llegó la oportunidad de unir fuerzas en 2025, la decisión fue casi inevitable.
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