
La firma italiana alineará seis motos idénticas en MotoGP, apostando por la GP25 como arma única en 2026.
La temporada 2026 marcará un antes y un después para Ducati en MotoGP. Por primera vez en su historia, el fabricante de Borgo Panigale equipará a sus seis pilotos con motos completamente idénticas: la Desmosedici GP25. La decisión, adelantada por Motorsport, supone un cambio radical en la estrategia técnica de la marca italiana, que hasta ahora había diferenciado entre especificaciones dependiendo del estatus del piloto o del equipo.
La GP25, que ya está en pista esta temporada, ha generado mucho debate desde la pretemporada, especialmente por su comportamiento frente a la que se consideraba la moto de referencia: la GP24. En Tailandia, durante el último test de invierno, los responsables de Ducati anunciaron que homologarían un solo motor para todos los pilotos. “El motor será el de 2024 para todos los pilotos de Ducati. ¿Si llegaremos a tiempo para conseguirlo? Pues todo eso tiene que suceder en unos ocho o nueve días, cuando el calendario habitual nos daría unas tres semanas”, reconocía entonces Davide Tardozzi, team manager de la marca.
Sin embargo, esa intención inicial cambió en cuestión de días. Ducati optó finalmente por mantener dos especificaciones diferentes. Marc Márquez, Pecco Bagnaia y Fabio Di Giannantonio recibieron una versión actualizada del propulsor, mientras que Álex Márquez, Fermín Aldeguer y Franco Morbidelli compitieron con una especificación más conservadora. “Efectivamente, son dos especificaciones distintas. La que corresponde a Marc, Pecco y Diggia, incorpora algunos cambios, pequeños, respecto de la de Alex, Franco y Fermín”, confirmó un portavoz de Ducati a Motorsport. “En la especificación más moderna hemos tenido en cuenta los comentarios de Marc y Pecco”, añadió.
El rendimiento en pista ha evidenciado que, aunque las diferencias técnicas fuesen sutiles, su impacto ha sido significativo. Ducati ha ganado diez de las doce carreras disputadas hasta ahora, con Márquez acumulando ocho dobletes en sábado y domingo. Su dominio ha sido tan aplastante que Ducati se ha convencido de que la mejor manera de mantener su ventaja y optimizar el rendimiento colectivo es eliminar las diferencias entre sus motos.
Una inversión estratégica pensando en 2027
A nivel estratégico, la decisión también busca resolver una de las preocupaciones que han surgido este año: la pérdida de datos por la reducción de motos en pista. Al pasar de ocho a seis Desmosedici, la marca italiana considera que el volumen de información se ha resentido.
Otro factor clave ha sido el equilibrio económico. Al no desarrollar una nueva GP26, el coste de fabricar más GP25 se amortiza a lo largo de dos temporadas. Esta medida permitirá a Ducati centrar recursos en la gran revolución técnica que se avecina en 2027, cuando el reglamento cambiará de forma sustancial.
El gran beneficiado de esta decisión será Marc Márquez. Su adaptación a la GP25 ha sido inmediata y eficaz, contrastando con las dificultades que enfrentan Bagnaia y Di Giannantonio para exprimir su potencial. A partir del próximo año, ningún rival interno tendrá un modelo anterior con el que pueda compararse, lo que consolida aún más la figura del 93 como referencia del paddock.
Mientras tanto, pilotos como Álex Márquez o Aldeguer han demostrado que merecen condiciones de igualdad. Aunque su contrato no les garantizaba acceso a la moto más evolucionada, su rendimiento les ha colocado en posición de merecerla. El próximo curso será también el último antes de que se reabran los contratos, un punto de inflexión que puede redefinir el mapa de MotoGP.
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