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El de cuando Schwantz se dio cuenta que lo suyo era la velocidad

3 Dic. 22 | 21:00
Schwantz

Cuando Schwantz empezó a competir en carreras de velocidad se dio cuenta de que le divertía mucho más que todo lo que había probado antes, estamos en 1984.

La primera prueba de Schwantz en serio fue en el Aquafest de Austin donde el resultado no fue muy positivo, pero las sensaciones le hicieron sentir que sí, que era el camino. Así que su padre puso a su disposición del concesionario una Yamaha FJ600 y se pusieron en marcha para conseguir el resto del equipamiento. A partir de entonces dejaría de usar los cueros de su tío Darryl.

El apoyo de los padres es esencial en este deporte y en el 99% de los casos de éxito, que los progenitores apostasen por su hijo suele ser el primer factor clave que en caso de que no se hubiese dado, nos hubiésemos perdido todo lo demás. Así que gracias Jim, gracias Shyrley. De todas formas, a sus 20 años a Kevin le tocaba poner de su parte y acordó con sus padres que él pondría el dinero de los hoteles, comidas o viajes.

Así que Schwantz empezó a correr un fin de semana sí y otro también, en todas las pruebas que podía. La mayor parte de los gastos fueron cubiertos por los beneficios del concesionario de sus padres. Luego se compró una Yamaha RZ350 para participar en aún más pruebas. Por aquel entonces ya estaba volcado totalmente en competir en la velocidad, dejando del todo el motocross.

Comenzó a participar en el campeonato WERA. Ahí por fin empezó a despuntar ganando una carrera en el mítico trazado de Daytona, demostrando su talento. Venció en las categorías D Produccion y D Superbikes. Físicamente fue un año muy exigente, pero con la ilusión y la motivación que sentía, sus recuerdos son muy buenos. ¿Había más? Sí, seguía participando con su Yamaha FJ600 en todo lo que se organizaba cerca.

Kilómetros y más kilómetros para ser cada día más rápido. Lo estaba logrando, la prueba era que en algunas carreras incluso acababa delante de pilotos que lo hacían muy bien en el campeonato nacional americano. Schwantz guarda muy buenos recuerdos de este año donde se divertía, no sólo en pista, sino con compañeros y rivales.

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Cuando se acercaba el final de aquella temporada, Schwantz contaba sus participaciones por victorias con la Yamaha FJ600. Como consecuencia de ello llega una de las citas claves para Kevin en diciembre de 1984, la última carrera de resistencia en la categoría de Superbikes en Willow Springs, una auténtica lanzadera. Durante los entrenamientos con el Team Hammer impresionó a todos rodando dos segundos más rápidos por debajo del récord del equipo.

Consiguió rodar incluso más rápido de lo que había sido Fred Merkel, actual campeón del AMA, cuando acudieron allí meses antes. Schwantz venció luciendo un mono Yamaha y un casco Arai Réplica. Tan pronto había terminado, tenía un contrato sobre la mesa para firmar con el importante equipo Suzuki Yoshimura, para estar la temporada siguiente haciendo el campeonato nacional americano, el AMA.

¿Yamaha o Suzuki?

Kevin Schwantz y su familia siempre habían estado ligados a Yamaha, tanto con el concesionario que gestionaban como con las motos que habitualmente utilizaba. Aunque costó decidir el cambio lo tuvieron claro cuando el Suzuki Yoshimura apostó firmemente por él para participar en el campeonato nacional americano (AMA), categoría de Superbikes.

Yamaha contactaría con Schwantz al año siguiente para que corriera con ellos, aunque ya se había acostumbrado a trabajar con los chicos de Yoshimura y Suzuki le estaba dando una moto competitiva. Firmaron con el Suzuki Yoshimura. Se le brindaba una gran oportunidad que apenas unos meses antes apenas podía soñar. Empezaba su historia de amor con la marca que ya jamás abandonaría.

Empezaba el año 1985 donde ya tendría licencia profesional. La situación del AMA Superbikes donde Kevin participaría con el equipo Suzuki Yoshimura planteaba una gran oportunidad. Wayne Rainey, su futuro rival inseparable, había ganado el campeonato el año anterior sobre Kawasaki emulando a lo logrado anteriormente por Eddie Lawson. Honda, era la única marca que seguía apostando fuerte de manera oficial por la categoría, con Fred Merkel. Y Schwantz ya había demostrado en su breve experiencia con motos de 1000 centímetros cúbicos que podía rodar tan rápido como él.

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Las 200 millas de Daytona fueron la primera competición importante para Schwantz y su equipo. En entrenamientos no defraudó a nadie colocándose en tercera posición detrás de los pilotos oficiales de Honda con la VF750, Freddie Spencer y Fred Merkel. Aunque al empezar la carrera pagó “la novatada” quemando el embrague antes de que el semáforo se pusiera en verde. ¿A qué gran campeón no le ha pasado factura los nervios en sus primeras oportunidades?

Desde el equipo le permitieron participar también con Ducati en la categoría F-1, no confundir con los coches de Fórmula 1, donde no tuvo mucha suerte. Por un problema mecánico tuvo una caída y se fracturó la clavícula, cuestión que le impidió tomar parte en alguna carrera del AMA Superbike, algo que no gustó al equipo Suzuki Yoshimura que había apostado por él.

Para demostrar su compromiso con la marca y el equipo, sin estar al 100% recuperado de su clavícula, acudió a los “200 kilómetros de Suzuka” para participar en las pruebas de F-1 (1000cc) y F-3 (400cc). En la primera acabó fuera de carrera, pero en la siguiente consiguió colarse en el podio siendo segundo.

Tuvo encontronazos con un par de pilotos japoneses, su estilo de pilotaje era totalmente diferente a lo que se hacía por allí. Algún toque en pista a lo que Schwantz respondió diciendo que algunos se creían con el derecho de entrar cuando ambos querían la misma posición. Lo cierto es que el buen resultado le hizo asentarse en el equipo y con Suzuki.

Regresó a Japón ese mismo año para la prestigiosa prueba de las “8 Horas de Suzuka” compartiendo su Suzuki con el subcampeón de 500cc en 1982, Graeme Crosby. La convivencia entre ellos fue sencilla y la mayor dificultad estuvo en adaptar la moto a ambos ya que Kevin era mucho más alto que su compañero. El resultado devolvió la confianza que Suzuki había depositado en el joven talento de Texas. Fueron terceros tras los dos equipos oficiales Honda. Wayne Gardner y Masaki Tokuna ganaron delante de Mike Baldwin y Dominique Sarron.

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Estos éxitos contrastaron con la falta de presupuesto del equipo Yoshimura Suzuki, que le impidió participar en algunas carreras del AMA Superbikes. Suzuki América le apoyó para que pudiese correr las dos últimas citas, en Seattle y Sears Points, donde ganó, pero acabó el campeonato final en una discreta séptima posición. Al acabar 1985 tenía muy claro el camino a seguir.

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