Desde el título de Moto2 hasta el Ducati oficial, el técnico murciano es una de las figuras más discretas y determinantes del entorno del ‘93’, con una relación basada en la confianza absoluta y muchos años de trabajo conjunto
En el paddock de MotoGP hay historias que se construyen lejos de los focos, en el box y en los detalles que no siempre se ven en televisión. Una de ellas es la de Javi Ortiz, el mecánico que ha acompañado a Marc Márquez desde sus inicios en Moto2 hasta su actual etapa en Ducati, pasando por los años dorados en Repsol Honda y el salto a Gresini. Una trayectoria compartida que arranca en 2011 y que ha atravesado títulos, lesiones, dudas y nuevos comienzos.
Ortiz llegó al entorno de Márquez un año antes del título de Moto2 de 2012 y se convirtió en una de las piezas estables de aquel grupo que el propio Marc bautizó como su Dream Team. A diferencia de otros miembros del equipo, el técnico murciano ha sido el único que ha podido seguir al piloto en todos sus movimientos dentro del Mundial, algo que hoy le sitúa como uno de los mecánicos más reconocidos y respetados del paddock.
Cuando Marc decidió abandonar Honda para iniciar una nueva etapa en Gresini, el número de personas que podía acompañarle era muy limitado. Ortiz fue el elegido, y él mismo explica por qué en declaraciones recogidas por Marca. “Sinceramente, la posición más fácil de mover en ese momento era la mía. Lo tenía fácil en ese sentido”, comenta el mecánico, recordando que su rol estaba más centrado en neumáticos y carenados, a diferencia de figuras clave como el jefe de mecánicos.
Más allá de lo operativo, pesó también la confianza construida durante más de una década. “Aparte, sí la confianza que podamos llegar a tener, los años que hemos trabajado juntos, pero soy sincero, es verdad que la posición más fácil para poder llevarse una persona de confianza era mi posición”, añadía Ortiz en Marca.
Una relación que va más allá del trabajo
Con el paso de los años, la relación entre piloto y mecánico ha superado claramente el plano profesional. Así lo reconoce Ortiz; “Al final, es una relación de muchísimos años. Él para mí ya no es amigo, ya no es trabajo, que sí, que también, pero al final es familia”, explica.
El murciano describe una conexión casi intuitiva, fruto de muchas temporadas compartidas. “Es una persona con la que te miras y no hace falta hablar. Entonces, cuando nos miramos y ya sabemos lo que queremos o lo que nos queremos decir, si es sí o si es no, con una mirada, eso dice mucho”, relataba.
Durante los años más duros de Marc Márquez, marcados por las lesiones y la incertidumbre sobre su futuro, Ortiz siempre mantuvo una actitud optimista. En varios documentales y entrevistas llegó a afirmar que no tenía dudas de que el piloto volvería a ser campeón, algo que hoy cobra todavía más valor. “Esa fe había que tenerla. Me considero una persona bastante optimista”, explicaba en Marca. “Si en esos momentos te pones negativo y dices que no va a salir, podía haber pasado y no salir, incluso retirarse, pero intentas sacar lo positivo de todo”.
Ortiz reconoce que hubo momentos muy duros, incluso con la posibilidad real de retirada sobre la mesa, algo que el propio Marc ha admitido públicamente. “He visto momentos muy crudos y muy jodidos, de decir que esto puede ser que se acabe”, confesaba al diario, subrayando la importancia de apoyar al piloto cuando más lo necesitaba.
Mirando al futuro
Ahora, con Marc Márquez de nuevo competitivo y recuperando sensaciones, Ortiz no esconde su esperanza de que lleguen más títulos. “Espero que no sea el último. Cien por cien claro no hay nada en esta vida, pero si todo va bien, espero que éste no sea el último”, afirma. Sobre una hipotética reunión futura de aquel antiguo grupo en Honda, el mecánico se muestra más prudente, aunque deja la puerta abierta. “Nada es imposible en esta vida. Difícil es difícil, muy difícil, pero nunca se sabe”, concluye.
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