
Davide Brivio ha recordado el fichaje de Valentino Rossi por Yamaha y ha desvelado algunos detalles muy curiosos de todo el proceso.
Antes de dar el salto a la Fórmula 1, Davide Brivio ha sido una figura clave en el paddock de MotoGP. El que fuese team manager de Suzuki durante la temporada en que logró, de nuevo, el título mundial, también fue determinante en otro de los grandes momentos de la categoría reina: el fichaje de Valentino Rossi por parte de Yamaha. Brivio fue contratado para ejercer las funciones de director del equipo un año antes de la llegada del italiano al box de Yamaha, y el resto ya es historia.
En una conversación con Motorsport, Brivio recuerda que en un primer momento Yamaha no quiso fichar a Rossi. «En un primer momento, Yamaha no quería fichar a Rossi, porque había una corriente que sostenía que, en caso de ganar, todo el mundo pensaría que ganaba él, que solo sería mérito suyo. Y que, si no ganaba, el foco de la culpa se fijaría en la moto. Quien cambió ese pensamiento fue Masao Furusawa, que en junio de 2003 pasó a ser el líder del proyecto. Fue él quien convenció al presidente de Yamaha de que había que contratar a Valentino. Entre todos convencimos a la cúpula de que, para ganar, era imprescindible disponer de un piloto top. Honda ganaba, sí, pero lo hacía con los mejores: Doohan, Rossi«, recuerda Brivio.
«Con lo que Yamaha llegó a vender, recuperó de sobra la inversión»
Cuando Yamaha tomó la decisión, Brivio confiesa que los encuentros entre el equipo y el piloto para negociar su acuerdo se hacían de manera clandestina. «Durante el Mundial de 2003 nos veíamos con Vale casi cada fin de semana de carreras, para hablar de multitud de cosas. De la formación del equipo, de qué mecánicos quería llevarse, cómo afrontar los test y demás. El problema era dónde nos veíamos, porque en el paddock estás a la vista de todo el mundo, y en los hoteles estamos todos los equipos mezclados», asegura.
«Uno de los episodios más extraños fue aquel de la Clinica Mobile, en Brno. Quedamos allí pasadas de las diez de la noche, cuando todos fisioterapeutas y médicos ya se habían ido. Abrimos la cremallera de la carpa, entramos y nos sentamos alrededor de una mesa que había, y comenzamos la reunión. De repente, escuchamos una moto que se acercaba, y tanto yo como Lin [Jarvis] nos escondimos debajo de la mesa«, recuerda Brivio en relación a estos encuentros ‘clandestinos’ con Valentino Rossi.
Otro de los escollos que tuvieron que salvar fue el tema económico. Brivio ha contado que Gibo Badoli, que era agente de Rossi, llegó con unas exigencias demasiado elevadas. «A nivel económico, las exigencias de Badioli fueron desproporcionadas en un primer momento. Después logramos llegar a un acuerdo. Y creo que después, con lo que Yamaha llegó a vender, recuperó de sobras aquella inversión«, asegura.
Cuando todo estuvo en su sitio, Valentino Rossi quiso ver la que sería su moto. Y el primer encuentro entre ‘Il Dottore’ y la Yamaha que tantas alegrías le daría en el futuro fue de lo más curioso. «Después de darnos la mano llegó el momento en el que Vale quería ver la moto. Fue en el circuito de Donington Park. Esperamos a la madrugada, porque queríamos que en el paddock no quedara nadie. Y él entró encapuchado para que no se le reconociera«, concluye Davide Brivio.
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