Loris Reggiani, piloto de 250cc y 500cc en los años ’80 y ’90 cuenta cosas muy interesantes, comparando el motociclismo de entonces con el que ve ahora.
Loris Reggiani, echemos un vistazo al pasado. ¿Qué te parecía? “Un motociclismo más humano, más verdadero, donde la gente contaba más y el negocio menos, pero también me gusta el motociclismo de hoy, sigo siguiéndolo como un espectador normal, sentado en el sofá. Aunque si tuviera que ir al circuito, no estaría muy contento. Por suerte ya no corro porque no podría hacer la vida de los pilotos de hoy: tienen demasiados compromisos no deportivos. En cuanto a mis años en las carreras, me quedan muchos recuerdos, inmensas alegrías y profundas penas.”
¿Cuál fue el mejor momento? “Sin duda, mi primera victoria con Aprilia en el Gran Premio de San Marino, en Misano, en 1987, se me quedó grabada en el corazón. Pero también hay muchos otros.”
¿El más doloroso? “Todavía tengo esos momentos delante de los ojos, un dolor imposible de borrar, que permanece dentro. Estaba en mi segundo año en la categoría de 500, durante los entrenamientos libres en Le Mans. Tuve un problema con la moto y me quedé sin frenos. Hubo un accidente y el piloto de pruebas japonés de Suzuki Iwao Ishikawa se vio implicado y perdió la vida. Han pasado muchos años pero es imposible olvidar, ciertos momentos marcan.”
Al final de su carrera, ¿pensó en ser director de equipo? “Intenté ser mánager de pilotos, seguí a Marco Melandri, pero no, no es para mí. Soy un verdadero aficionado y no puedo ver el motociclismo como un negocio, preocupándome del beneficio, del negocio, y gestionando ciertas situaciones con el debido desapego. Fue una experiencia negativa: no estoy hecho para ello. Ser director de equipo sería aún peor: nunca, jamás.”
Usted ha sido comentarista de televisión y hablamos de ello más adelante, Loris Reggiani, ¿a qué se dedica ahora? “Tengo una empresa que fabrica motos eléctricas: la Thundervolt. La idea nació en Galliano Park, una pista que regentaba la familia de mi hermana. No se podía circular de noche por el ruido, así que junto con unos amigos pensamos en fabricar motos eléctricas para alquilar y para la gente que quiere divertirse”.
Loris Reggiani, ¿por qué dejó de ser comentarista de televisión? “Se ha dicho tanto, lo hice durante diez años y al final el esfuerzo superó con creces el disfrute. Es un trabajo estúpido, porque la gente suele decir perogrulladas, que requiere poco esfuerzo y te permite ganar un buen dinero sin esfuerzo. Es un trabajo que realmente considero poco interesante. Coges muchos aviones, ves siempre las mismas mil personas y los mismos lugares porque pasas todo el tiempo dentro del paddock”
“Es cierto que cambias de país, pero te quedas allí el fin de semana, lo mínimo. Nunca hay tiempo para conocer las otras culturas y visitar bien las ciudades. Es como si estuvieras encerrado unos días en el mismo país, pero te mueves de un país a otro. Es más, al principio no me gustaba como se hacían los comentarios y no ha mejorado, al contrario. Cuanto más avanza, peor”.
¿Han cambiado tanto los comentarios, pero no sólo eso, también la vida de los propios pilotos? “Sigo las carreras desde casa, a menudo me identifico con los pilotos y me dan ganas de llorar por ellos. Todo se hace en nombre del espectáculo, del dinero, el MotoGP se parece cada vez más a la Fórmula 1. Duplican el número de carreras, introducen carreras al sprint, toman decisiones en la piel de los pilotos sin contar con ellos para nada. Sólo tienen que sufrir. Ahora los jóvenes, incluso los muy jóvenes, tienen que ser todos profesionales y se ha perdido el entusiasmo, la pasión, el empuje de antaño.”
¿Los pilotos quieren hacer otra cosa? “Un piloto realmente sólo quiere pilotar, dar gas, y por dentro le importa un bledo todo lo demás. Incluso correría gratis, lo hace por pasión. Cuando empieza, desde luego no lo hace pensando en ganar quién sabe cuánto dinero, no le interesan los patrocinadores. En cambio, ahora los chicos tienen que ir al circuito ya los jueves completamente vestidos, para estar disponibles para las televisiones que tienen que crear contenidos para llenar. Tienen que acudir a los actos institucionales y hacer lo que les mandan desde arriba. Son todos iguales y uniformes. Es una locura. El motociclismo debería ser pasión no estas cosas, esto es un negocio, pero así es ahora.”
¿El Campeonato del Mundo de 2023, en general, consigue entusiasmarle? “Me gustan bastante las carreras de hoy, hay una Ducati dominando y bien por ellas. Por supuesto, sería más bonito ver más batallas entre los diferentes fabricantes. En teoría el cincuenta por ciento debería ser sobre la moto y otro cincuenta por ciento sobre el piloto, pero no es el caso en absoluto. Hoy en día la moto cuenta mucho más y no está demasiado bien, no se ven todos los valores reales sobre la pista. Pero también hay carreras interesantes y bonitas que ver.”
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