
Seguimos con nuestra cuenta atrás hacia Catar 2020 y hoy lo hacemos con uno de los que será en principio candidato al título de Moto3: Albert Arenas.
Albert Arenas Ovejero nació el 11 de diciembre de 1996 y aunque tarde, para los tiempos que corremos, llegó al Mundial de forma más o menos constante en 2016. No fue un año fácil con las peores motos de la parrilla, la Peugeot y la Mahindra. Tan solo consiguió puntuar en Motegi, 14º y dos puntos en toda la temporada. Aquella moto era un suplicio para todos sus pilotos, adoleciendo en especial en aceleración y punta, tan vital en categorías pequeñas.
Su debut en Moto3 había sido en 2014, cuando con el Calvo Team reemplazó al lesionado Eric Granado para tomar parte en el Gran Premio de la Comunidad Valenciana. Así cerró la temporada acabando su primera carrera en el Mundial. Para 2015 tuvo una participación muy destacada en el Campeonato del Mundo Junior de Moto3, donde acabó subcampeón a cuatro puntos de Bulega, delante de pilotos como Canet, Mir, Masià o Dalla Porta.
Pese a su buen hacer, parecía que iba a quedarse sin sitio en el Mundial de Moto3 2016, pero como hemos comentado, finalmente pudo hacer muchas carreras para acumular experiencia. En 2017, ya dentro del equipo de Jorge Martínez «Aspar» tenía el reto de hacer su primera temporada como piloto con plaza fija.
De nuevo «le tocó bailar con la más fea» y es que Mahindra estaba muy lejos de otras marcas como Honda o KTM. El abandono de la marca India del campeonato fue una buena noticia y su equipo cambiaría a KTM para 2018. La mejora fue instantánea pese a un comienzo difícil. En la cuarta carrera, disputada en Le Mans, conseguiría su primera victoria en un loco final.
Lamentablemente su «Talón de Aquiles» era (y sigue siendo) la regularidad, punto en el que mejorar, porque para él en muchos casos es un todo a nada. Aquel 2018 volvería a pisar el podio… ¡Aunque en lo más alto! Haciéndose así con su segunda victoria mundialista en Phillip Island. En 2019 partía en principio como uno de esos pilotos que debían luchar por las victorias cada fin de semana, pero no fue así.
Empezó en Catar con un digno 6º lugar, pero después una lesión durante un entrenamiento lo dejó KO en las citas de Argentina y Austin, en las que no pudo participar. Al regresar el Mundial a Europa, en Jerez, finalizaría en 5ª posición. Parecía haber encontrado la regularidad, pero entonces cosechó una serie continuada de malos resultados que minaron su moral. Incluso se puso en duda su continuidad en el equipo de Aspar para la temporada siguiente.
Afortunadamente se recondujo la situación. En Tailandia nos emocionó con una nueva victoria y unas declaraciones muy sinceras al micrófono tras la carrera, con las lágrimas en sus ojos. Las tres veces que en su carrera deportiva había visitado el podio, había sido para subir a lo más alto. Albert, debía mejorar su regularidad y conseguir acabar arriba aunque fuese sin ganar.
Eso llegaría al siguiente Gran Premio, disputado en Motegi, donde sería segundo. Se había ganado de sobra la renovación y para la temporada que viene parte de nuevo entre los favoritos de la categoría. Queda por ver el nivel de KTM, que será su moto y que esta temporada ha estado por debajo de Honda. El reto para ser campeón del mundo es ser regular, algo que Albert Arenas debe conseguir este año para ir a por el objetivo.
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