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Faltan 88 días para MotoGP con Jorge Martín y como el talento se sobrepone a la falta de recursos

8 Dic. 19 | 07:30
Faltan MotoGP Martin
Foto motogp.com

Nuestro protagonista de hoy no siempre lo tuvo fácil. Viniendo de una familia humilde y trabajadora, llevaron sus posibilidades económicas al límite para poder cumplir un sueño.

Tuve la suerte de conocer a Jorge Martín Almoguera cuando no era campeón del mundo. Un chaval muy majo luchando por un sueño, ese que hemos tenido todos los apasionados a este deporte alguna vez (fuese alcanzable o sólo en la imaginación), ser campeón del mundo. Tanto él como su familia sabían que no contaban con muchos recursos y que su único aval eran los resultados conseguidos en pista.

De esa forma como el propio Jorge Martín contó cuando se proclamó campeón del mundo de Moto3 en 2018: He tenido un par de momentos que eran de o hacerlo bien, o me iba para casa. Por eso mi padre siempre dice que trabajo mucho mejor bajo presión. Cuando tenía que entrar en la Rookies, o hacía primero o no entraba. Después cuando estaba en la Rookies o ganaba o dejaba de correr”

Cuanto más difícil parece todo, como cuando le tocó lidiar con Mahindra en Moto3 o en el difícil debut con KTM en Moto2, Jorge Martín trabaja y trabaja al 100% para volver arriba, él mismo contó que todas esas dificultades económicas le enseñaron a trabajar bajo presión. Como contaba, “De hecho, ni ganando la Rookies pude entrar en el Mundial, porque me pedían 200.000 euros por correr y para eso me quedaba en casa. Por suerte, en toda mi trayectoria he tenido becas y solo teníamos que pagarnos los viajes, pero al final todo ha salido bien”

Tras ganar la Red Bull Rookies Cup en 2014, delante de otro gran talento que ya está en MotoGP, Joan Mir, no tuvo hueco para poder participar en el Red Bull Ajo de Moto3, una oportunidad que suelen tener otros campeones de dicha copa de promoción. Para “sobrevivir” tuvo que aceptar una oferta de Mahindra, una moto en desarrollo que estaba claramente por detrás de Honda y KTM.

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2015 y 2016 fueron años muy duros a nivel psicológico para él, con Mahindra dentro del equipo de Jorge Martínez “Aspar”. Sencillamente a su falta de experiencia en la categoría mundial de Moto3, le añadíamos una moto con grandes deficiencias en el propulsor, para hacer que cualquier joven con ambición se hunda.

Recuerdo entonces una conversación de ánimo que tuve con él, en el que le recordaba casos históricos de grandes pilotos que habían sufrido una mala mecánica y como justamente eso, le habían hecho mejorar más que el resto al tener que desarrollar más su pilotaje sin escudarse en una moto superior. La clave era no venirse abajo y Jorge Martín hizo lo correcto, agachar la cabeza y seguir trabajando hasta que saliese la oportunidad adecuada.

Así en 2017 firmó por el Gresini Racing para llevar una Honda de Moto3. Desde el principio se mostró rapidísimo y demoledor a una vuelta, llevándose 9 poles y acabar 4º en el campeonato, ganando su primer Gran Premio en la última carrera de Valencia. Ya había pasado lo peor, ya estaba ahí y para 2018 “remató la faena” con 11 poles, 7 victorias y el título de campeón del mundo de Moto3.

Así llegamos al presente, con unos inicios en Moto2 muy complicados, luchando por entrar en los puntos. Afortunadamente Jorge Martín ya tenía experiencia en momentos difíciles y de nuevo le tocó trabajar con paciencia para ponerse en su sitio. Antes de acabar la temporada consiguió dos podios y tuvo las cosas tan claras que dijo “no” a subir a MotoGP para 2020. Se queda en Moto2 para ser campeón bicampeón del mundo. Tiene 21 años y muchas alegrías que regalarnos todavía… ¡Dale caña Jorge!

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