En una entrevista vía Skype para el medio italiano Moto.it, Matteo Flamigni, el ingeniero electrónico de Valentino Rossi en Yamaha explica el papel de la electrónica en una MotoGP.
La evolución de las motos de la categoría reina del mundial de motociclismo ha estado marcada por la implementación de la electrónica hasta niveles muy avanzados. En la época de 500 el control de la moto recaía directamente en las manos del piloto, sin ningún tipo de control por parte de ésta. Fue a finales de los 90 cuanto se empezó a implantar electrónica en ciertos aspectos de la moto, tal y como señala Flamigni: “la electrónica presente en el 500 se redujo al límite. Actuó, por ejemplo, para mejorar la combustión de los dos tiempos, cuando se introdujo el “Power Jet” en los carburadores así como en la primera caja de cambios electrónica: el piloto podía cambiar sin cerrar el gas”.
En esta época se comenzó a trabajar con sensores recogiendo datos en diferentes puntos de la moto, como los sensores en el chasis y en la parte térmica. “Había sensores que funcionaban mejor en la carburación: los sensores a menudo se rompían, necesitaban asistencia constante. Comenzamos a trabajar un poco en las especies de ‘control de tracción’ pero todo de manera rudimentaria”. Contaban a finales de los 90 con unos 20 canales, a diferencia de los más de 300 que cuentan hoy en día.
La llegada del 4t
El desarrollo real de la electrónica tuvo lugar con la llegada de las 990 y sus motores de 4t en el año 2002. En ese momento se desarrollaron unidades de control capaz de controlar diferentes parámetros, tales como el control de tracción, antiwheelie, freno motor y luego la inyección y el acelerador Ride By Wire. Flamigni recuerda que el avance más importante se produjo en el 2006 con la llegada de la plataforma inercial o IMU: “en la práctica, basado en el ángulo de inclinación, fue capaz de administrar la potencia y el control de tracción. Fue uno de los momentos clave en la historia de la electrónica de MotoGP“.
Un mapa para cada curva
Añade que “todos los fabricantes han desarrollado su propia unidad de control y software impulsados a los niveles más altos, con características específicas para hacer que la moto sea más competitiva. Con la introducción del software único, comenzamos desde un punto más bajo, pero ahora ya hemos vuelto a esos niveles“. Este nivel alcanzado permite que los equipos puedan crear un mapa electrónico específico para cada curva del circuito, lo que hace que el piloto pueda gestionar la potencia de la que dispone según sus necesidades: “en el centro de la curva, el control de tracción y el sistema que gestiona la entrega de potencia comienzan a funcionar según las necesidades del piloto”.
Esto hace que nos preguntemos si realmente se puede conducir una MotoGP sin todas las ayudas electrónicas de que dispone. Matteo cree que “todo se puede conducir, incluso una MotoGP sin electrónica, aunque sería mucho, mucho más difícil. Sería más de un segundo por vuelta más lento”. Además de convertise en “más física, más difícil y más peligrosa”.
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