Lleva diez años trabajando en el Mundial de MotoGP. Empezó vendiendo camisetas, fue periodista y traductora simultánea. Desde el 2019 se encarga de la comunicación del Leopard Team.
Irene Aneas se encarga de toda la comunicación del Leopard Team en Moto3, siendo una de las mujeres más importantes del paddock. En mowmag.com la española ha explicado cómo ha llegado hasta donde está: de vender merchandising de MotoGP a llevarle las redes sociales a uno de los equipos más relevantes de la categoría pequeña. Todo, tras aprovechar una gran oportunidad que se le brindó en 2015 en Sepang. “Trabajaba en los puestos de merchandising de los pilotos y mientras tanto pensaba en cómo podía hacer para poder entrar al paddock con trabajo. Mientras preparaba mi tesis, mi profesor me dijo que Ernest Riveras dejaba TVE tras treinta años. Mi profesor me dijo ‘tienes que hablar con él, involúcrate’. Lo contacté en Twitter y luego, lentamente, las cosas evolucionaron”, explica Irene.
Empezar de cero en el paddock y descubrir un mundo completamente diferente. “Por mucho que me guste el paddock, es el lugar que más alegrías te puede dar y al mismo tiempo te puede hacer sufrir. Tienes que aprender a hacer solo tu trabajo y tus cosas, no pensar en lo que pueden decir los demás y nunca rendirte, sobre todo tienes que saber muy bien en quién puedes confiar. Es un mundo hermoso porque te sientes como en familia, te encariñas con tanta gente y pasas más tiempo con ellos que en casa”.
Esas personas con las que pasa mucho tiempo son, en muchas ocasiones, los pilotos. “Lo que todavía me sorprende es ver a muchachos tan jóvenes con tanta determinación y una capacidad aterradora para manejar la presión, que siempre es enorme. Tienen una gran determinación, trabajan por un sueño, lo hacen todos los días hora tras hora. Si eres piloto tu vida no es normal, pero eres una persona. Tú eres un ser humano. Yo he trabajado mucho en el manejo mental. Es muy importante para un piloto tener un ambiente positivo a su alrededor, esto realmente marca la diferencia en cada trabajo. Algunos te cuentan mucho sobre su vida, otros menos. Pero saben que siempre estoy ahí para cualquier cosa”.
2019, un año inolvidable para Irene. “Lorenzo Dalla Porta y Marcos Ramírez fueron una buena pareja como compañeros. Trabajamos bien, era un ambiente hermoso. Y luego ya sabes, ganar el campeonato mundial es algo muy especial. Además de todo lo que ha hecho en la pista, Lorenzo es una persona que trabaja mucho, hace todo lo que puede: tiene una tenacidad increíble. 2019 fue el año más significativo, pero también con Jaume Masia o con Dennis Foggia hubo momentos… A veces hasta trabajo de guardaespaldas, cuando vamos a países donde la afición está un poco loca soy yo quien los tiene que proteger. Sin embargo, también peleo con los pilotos”.
Valentino Rossi también marcó, y mucho, a Irene. “Valentino siempre me ha parecido muy carismático, que siempre sabe qué decir, siempre en el lugar. Y luego, cuando decía una frase un poco más… Debo reconocer que me gustaban las situaciones donde había un poco de trifulca: era más divertido, ¿no? Sabía cómo decirlo, solo necesitaba decir un poco para decirlo todo. Y se notaba que había trabajado mucho en eso, es muy inteligente. Había cosas, pero quiero ver cómo las escribes, que solo Valentino podía decir. O que, tal vez, dicho por otro piloto hubiera tenido un peso completamente diferente. Pero Valentino se había ganado esto”.
Marc Márquez también es muy bueno comunicando. “Marc Márquez en mi opinión creció en un mundo donde le explicaban cómo reaccionar ante determinadas situaciones. Hay que decir que los pilotos son un ejemplo para muchos chavales… gente que se queja de que los pilotos ya no dicen nada, pero hay formas y formas de decir las cosas. Márquez ha aprendido muy bien que detrás de él hay mucha gente que trabaja: patrocinadores, dinero y todo lo demás. Sabe que representa todo eso y es muy bueno manejando la situación”.
A nivel periodístico y profesional, entrar en MotoGP es muy complicado. “Vengo de una familia muy tranquila, humilde. No tenía más contactos que los que creé, me ayudó mucho a no tener miedo a fallar. Siempre lo he intentado así, directamente. No debemos rendirnos, cuando contacté a Ernest Riveras me hizo hacer una traducción simultánea y no salió bien, pero luego lo intenté por segunda vez a través de una pasantía, hice un segundo intento: hay gente que se rinde después de un primer no, pero en mi opinión si sabes hacer bien tu trabajo, eres tenaz y no te pegas un tiro en el pie lo puedes hacer. Realmente depende de tu actitud. No tienes que rendirte, pero si tienes algo que puede hacerlo diferente, tienes que explotarlo. Hay muchos periodistas en el mundo, pero por ejemplo yo tenía una licenciatura en traducción y un master en periodismo y sabía que era una carta para jugar”.
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