
Joan Mir ha concedido una entrevista exclusiva donde ha hablado de cómo está afrontando su mejor temporada en MotoGP
Sin lugar a dudas, Joan Mir se ha convertido en la gran sorpresa de esta atípica temporada. El piloto mallorquín de 23 años se encuentra disputando su segundo, y mejor, curso en la categoría reina. En 2019, el joven de Suzuki no pudo demostrar todo su potencial debido a las dificultades encontradas a raíz de la terrible caída en los test de Brno. «No he cambiado. Es verdad, fue un grave accidente: venía de una mala carrera, pero estaba encontrando la clave, entonces esa caída vino, no por mi culpa. Pero sé que es una experiencia que es común en todos los pilotos de MotoGP. Y esta experiencia me hizo más fuerte«.
En las últimas semanas el campeón del mundo de Moto3 de 2017 ha estado espectacular, por su velocidad y, sobretodo, por su regularidad. Pero también ha destacado fuera de pista. Su imagen educada y reflexiva le han llevado a estar en el punto de mira. «Me considero un tipo bastante normal, un hombre trabajador, a veces obsesionado con mi trabajo. Pero en el fondo soy feliz con lo que hago«.
«Es cierto que correr a este nivel no es un trabajo convencional. Todo lo relacionado con MotoGP, desde los medios de comunicación hasta la presión, no es normal, pero me considero una persona normal que sale de casa para hacer su trabajo. Tengo la suerte de haber convertido mi pasión en mi trabajo«.
La personalidad de Joan Mir se ha hecho más latente en estos grandes premios. Sus grandes actuaciones le han hecho situarse en el foco, donde ha demostrado contar con esa sinceridad que ha cautivado a todos los medios de comunicación del mundo del motor.«Eso a veces me hace pasar un mal rato. Porque no puedes decir ciertas cosas, por cuestiones políticas y de confianza. Pero soy sincero y prefiero decir las cosas como son«.
«Admiro a las personas que son transparentes, sinceras, que no tienen dos caras y que no actúan un día de una manera y al día siguiente de la manera opuesta. Creo que puedo identificar rápidamente quién es transparente, y aprecio a estas personas. A mi edad ya he experimentado el trauma de ver la confianza de uno traicionada por una persona. Ser traicionado por otra persona: eso es lo que más odio«.

«Soy exigente con los demás porque soy exigente conmigo mismo»
En la entrevista que el piloto ha concedido para el medio italiano, MotoSprint, Mir ha sacado su lado más personal. «No me veo a mí mismo como perfecto. De hecho, soy un perfeccionista. Sé que no sé mucho de la vida, soy joven, pero creo que tomo las cosas con calma».
«Creo que soy lo suficientemente humilde, me gusta escuchar a la gente, especialmente a aquellos que saben más de la vida que yo. Saber escuchar es una cualidad importante, en mi opinión. Sé cómo desconectar de mi trabajo, pero no por mucho tiempo. A menudo pienso en cómo mejorar y ser más rápido. A veces, estar obsesionado te hace un poco obsesivo…»
El piloto de Suzuki ha admitido que la intensidad con la que vive su profesión y sus ganas de mejorar constantemente le han llevado a ser una persona muy exigente. «Soy exigente con los demás porque soy exigente conmigo mismo. Estoy de acuerdo, todo está conectado: la profesión y la personalidad. Tengo 23 años, pero comparado con muchos de mis compañeros, parezco más maduro. Pero ciertamente no por inteligencia, en la escuela no tenía las mejores notas. Simplemente viví estos años más intensamente que muchos de mis compañeros«.
Pero, al igual que el resto, el piloto también tiene una debilidad, la más importante. «La familia. Porque cuando vuelves de las carreras, y de un entorno con toda esa presión y competitividad, volver a un lugar que puedes llamar hogar… no tiene precio. Y es cuando he hecho un buen trabajo, pero también cuando las cosas han sido menos buenas. Cuando he conseguido un buen resultado, volver a casa es pura felicidad. Tengo un lugar al que puedo llamar hogar, si no lo tuviera, mi vida estaría vacía.»
«Empezar la experiencia de MotoGP junto a un piloto establecido como Álex Rins fue difícil»
Mir se encuentra en un año de ensueño. A pesar de que le falta conseguir esa victoria que tanto ansía, el mallorquín ha vuelto a reencontrarse con ese feeling con el que no llegó a conectar en su primera temporada en MotoGP. «En ninguna de las categorías anteriores fui el segundo piloto del equipo. Admito que empezar la experiencia de MotoGP junto a un piloto establecido como Álex Rins en Suzuki fue difícil. Así que he estado entrenando aún más en casa. Como novato en MotoGP, tuve la experiencia como todos los demás, es decir, con las caídas: es normal, porque nadie más que Márquez ganó la primera vez. Tal vez los resultados no llegaron, pero siempre di el 100%, el progreso se vio al final de la temporada, pero los resultados no eran lo que queríamos todavía».
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