
Joan Mir ha dejado ver su lado más personal, lo que se esconde detrás del piloto. Pero, además, también ha hablado de su paso por Moto2 y su salto a MotoGP.
Joan Mir se ha consolidado como uno de los pilotos más fuertes de esta temporada. Sobre todo, después de sus actuaciones en las últimas carreras, donde ha demostrado tener un gran ritmo y ha conseguido varios podios. Incluso ha podido luchar por la victoria. Una victoria que, antes o después, llegará esta temporada, la que es su segunda campaña en MotoGP.
Ya conocemos al Joan Mir piloto. Y ahora, en una entrevista en exclusiva para Mundo Deportivo, ha mostrado su lado más personal y humano. «Me considero una persona bastante normal, trabajadora, igual algo obsesionada. Un chaval de 23 años normal y corriente, contento con lo que hace», ha comenzado el piloto esta entrevista. Aunque ha apuntillado: «En las carreras no me veo como una persona normal. Pero en casa, me veo como una persona que va a trabajar y vuelve. Y está en casa entrenando, haciendo lo que le gusta, privilegiado. En las carreras, si que no es un trabajo normal, todo lo que conlleva MotoGP mediáticamente, presión…ahí sí que no me siento normal».
Joan Mir ha confesado que le gustaría tener «más paciencia, ser más cariñoso«. Y se reconoce bastante perfeccionista, «siempre veo algo para perfeccionar«. Quizás esto, unido a escuchar a los demás, le está ayudando en su trayectoria ascendente en MotoGP. «Considero que la manera a la que me enfrento a la vida, a las cosas, es bastante correcta. Me considero una persona bastante humilde, que le gusta escuchar a las personas. Sobre todo a las personas que saben más. Es la base de este gran éxito que está viniendo, puede que sea una clave«, reconoce.

«Soy muy exigente porque yo me exijo mucho a mí mismo»
Y, haciendo gala de la sinceridad que le caracteriza, reconoce que ser perfeccionista le lleva a obsesionarse. «Sé desconectar de mi trabajo, pero a veces no por mucho tiempo. Siempre estoy pensando en cómo mejorar, cómo ser más rápido. Eso puede llegar a ser un poco obsesivo«. Y en esta búsqueda de la perfección, reconoce que se exige mucho a sí mismo. Y lo mismo a quienes le rodean. «Soy muy exigente porque yo me exijo mucho a mí mismo«.
También ha reconocido admirar mucho a «las personas que son transparentes, que son sinceras«. Además, asegura que a las personas que no son claras, las ve venir. «Las personas que no van de cara, que delante son de una manera y detrás de otra, las calo rápidamente. Me gusta llevarme bien con todo el mundo, pero calo rápidamente a esas personas«.
Pasando a un terreno más deportivo, Mir se enfrenta a su segunda temporada en la categoría reina. El año pasado, consiguió despuntar por momentos. Proceso que ha culminado esta temporada. La caída que sufrió en Brno en 2019, justo a mitad de temporada, lastró su desarrollo. «Fue un palo importante viniendo de carreras que no iba del todo bien. Estábamos empezando a remontar y justo fue esta caída por algo que no fue ni culpa mía», ha reconocido el piloto. «Esto me ha hecho más fuerte. Poco a poco me fui encontrando los resultados, el de Brno me hizo más fuerte. Igual influyó para algo, pero no noto un cambio en mí, todo sigue igual».

«Empezar en MotoGP con una persona ya consolidada ha sido duro al principio»
Mir llegó la pasada temporada a MotoGP después de un solo año en Moto2. Un año que, a nivel de resultados, estuvo algo alejado de su temporada anterior, cuando se alzó con el título de Moto3. «Empezamos Moto2 con sensaciones buenísimas. Entrené con los más grandes para que la transición fuera lo más fácil posible y considero que mi adaptación fue muy buena. En la segunda o tercera carrera ya estaba allí, empezaron los buenos resultados, luchar por las victorias, las primeras filas…«, recuerda el piloto. «Pero luego el equipo se desmontó por un problema de Michael Bartholemy con el equipo de Marc VDS y yo firmé por MotoGP. El lado de mi equipo se estaba desmoronando. Ellos hicieron un trabajo increíble, pero la situación no era la mejor para ninguno. No había buen ambiente con la dirección del equipo en ese momento y estábamos en Moto2, que es una categoría muy complicada. Donde nada puede fallar y todo estaba fallando. Esto hizo que los resultados a mitad de temporada no salieran».
De ahí, dio el salto a la categoría reina como segundo piloto, en teoría, junto a Álex Rins. «He pasado por todas las categorías y nunca he sido el número dos. Siempre he sido la punta de lanza. Llevo muy pocos años en el mundial y empezar en MotoGP con una persona ya consolidada y haciendo buenos resultados ha sido duro al principio», ha reconocido Mir. «Siempre hemos dado el 100%, todo el año pasado ya veíamos que despuntábamos en algún momento. Pero no acabamos de llegar a los resultados que queríamos, pero veíamos velocidad. Ahora, el segundo año, ya empezamos a recoger los frutos de ese esfuerzo y del equipo«, concluye.