Con muchos excesos es como vivió los meses posteriores a su retirada Jorge Lorenzo una vez dio por terminada su carrera en MotoGP
Jorge Lorenzo ya ha vuelto a su casa de Lugano (Suiza). Antes, el pentacampeón mantuvo una charla por redes sociales con el ciclista Ibon Zugasti, donde hablaron de nutrición, rutinas, deporte y, con varias bromas, del reto del balear que ha planteado estos días para ponerse en forma. Según el deportista, no ha pasado por su mejor momento y, por ello, ha decidido retomar el buen rumbo fichando por Yamaha. “Estaba yendo cada día a restaurantes para comer o para cenar y me pedía lo que me apetecía: ‘risotto’, pizzas, hamburguesas con patatas… Todo lo que no sea dietético. Casi todos los días pedía eso. Durante dos o tres meses. Al final, llegué a pesar 68 kilos, cuando mi peso ideal es 63 o 64“.
Su vida tras la retirada ha tenido su parte negativa, pero también una parte positiva. Y es que este período de inactividad le ha servido al piloto balear para disfrutar de otras cosas sin estar tan centrado en el motociclismo.“Sabía que la vida que estaba llevando de vacaciones no era una vida equilibrada. Pero estaba disfrutando el momento después de haber tomado la decisión de retirarme de las carreras. Digo: ‘pues ahora me tiro dos o tres meses…’. Tuvo unas consecuencias y un resultado. Me empecé a ver gordito y me dije: ‘Ostras, no me gusta lo que estoy viendo'”.
“Sabía que la vida que estaba llevando de vacaciones no era una vida equilibrada”
“Un día me hice una foto al espejo y dije: ‘En vez de publicarla y ver la mejora yo, guardándola en el móvil, por qué no la enseño e incito a la gente a que haga lo mismo en sus casas, ya que tienen tanto tiempo libre. Que empiecen a ganar conocimiento de entrenamiento y alimentación’. Hay que encontrar el compromiso para un día a la semana comer lo que te dé la gana para relajar la mente, pero los otros seis, comer bien. Cuando vas a la playa o te miras al espejo, estás orgulloso de tu cuerpo. La analítica es perfecta, te mantienes más joven, tienes más energía“, añadía el balear.
Lorenzo ha confesado que en estos momentos siente que se encuentra mejor, no sólo por tener menos estrés sino también porque ha entendido que tantas horas obsesionado con el deporte no es bueno para la salud. “Yo estoy mejor, más relajado, con menos estrés. El deporte extremo no es del todo saludable. Lo tienes que hacer porque es tu trabajo y es de lo que vives. Con moderación, media hora, es saludable. El deporte de élite te trae muchas satisfacciones si logras mundiales, pero para la salud no es lo mejor. Dedicaba 16-18 horas a ver cómo podía ser mejor piloto, mejor en mi deporte. Ahora, dedico una hora y media para hacer deporte y las otras, para hacer otras cosas: formarme y aprender inglés, ver cómo están otros temas y para disfrutar de la vida que no he podido hacer antes”.
Este cambio de vida también le ha proporcionado una paz que hace muchos años no sentía y con ello se siente mucho más feliz. “Mucha paz. Desde pequeño he tenido mucha presión por conseguir resultados. Siempre he sido muy perfeccionista, me he exigido el máximo siempre. Cuando empecé en el mundial, la presión era lograr resultados para que no se me acabara todo, para no irme a casa y tener que hacer otro trabajo. Haces 18 años con mucha presión, con muchas caídas, lesiones. Momentos buenos, muchísimos. Mi día más feliz, seguramente, fue el 10 de octubre del 2010. Cuando fui el primer campeón del mundo español de MotoGP, ahí toqué el cielo. Ya había conseguido lo máximo. Ya me podía morir tranquilo, a nivel profesional. Pero ahora soy mucho más feliz“.
“Ahora soy mucho más feliz”
Durante la charla, Lorenzo también ha reflexionado sobre toda la situación generada por el coronavirus. “Cada día me paso diez minutos intentando mirar cómo evitar el contagio del coronavirus. Si se ha armado tal jaleo es porque el virus es potente. No es una tontería, muchos dicen que se pasa muy mal. Eso de que se muere sólo gente mayor no es del todo cierto“.
Después de una temporada en la que el balear vio bajar su rendimiento, decidió que era el momento de retirarse. En estos momentos, tal y como dijo, en su cabeza existe un 98% no y un 2% sí a la pregunta de si volvería a la competición. Lorenzo se ve altamente capacitado y no cree que haya perdido facultades a lo largo de los años, pero para su futuro también tiene otras cosas en mente.
“Ahora mismo soy descubridor. Voy haciendo cosas, lo que me gusta, lo voy siguiendo. Lo que no, lo voy descartando. Hace unos años, empecé a hacer una colección de cascos y monos de pilotos de MotoGP y F1. Llegué a tenerla de más de 100 piezas, inmensa. Mantengo la mayoría. Luego, empecé a comprar coches de colección. Eso es una pasión. Pero me gustaría aprender más de economía. Leo libros de economía y de inversiones. A nivel humano, en un futuro muy lejano, tener un hijo sería algo que me gustaría hacer“.
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