Hace ya una década que Jorge Lorenzo reescribía una historia que comenzó Crivillé en 500cc. El mallorquín ha compartido con el Diario AS cómo lograba convertirse en el primer español campeón del mundo de MotoGP y cómo lograba su primer título en la categoría reina.
Tal día como hoy, un 10 de octubre, hace diez años exactos desde que Jorge Lorenzo alzaba a la gloria de nuevo al motociclismo español dejando huella en el Campeonato del Mundo de MotoGP. Hace una década que celebraba su primer título de campeón del mundo en la categoría reina, cruzando la línea de meta tercero en el Gran Premio de Malasia. El mallorquín se convertía en el sucesor del único título de firma española que había hasta ese entonces en 500cc, un título logrado por Alex Crivillé.
Lorenzo ya había sido proclamado dos veces campeón del mundo pocos años atrás en 250cc. Él mismo iba formando una suave estela que se dejaría sentir en una brillante carrera deportiva. Lo que no podía imaginarse es lo que vendría después, cuando se convertiría en uno de los mejores pilotos de la historia de MotoGP reuniendo un total de 5 títulos mundiales. Tres en la categoría reina. Así pues, el pentacampeón lo ha celebrado con el Diario AS ofreciéndole una entrevista en exclusiva para recordar cómo vivió ese 10 de octubre de 2010.
«Conseguí ser el segundo español capaz de ganar el título en la categoría reina y el primero en MotoGP. Para mí eso fue alcanzar lo máximo que se puede alcanzar como piloto de carreras«, comenzó explicando. Nos remontamos al GP de Malasia de 2010, Jorge Lorenzo aterrizaba en el trazado malayo tras dos carreras consecutivas sin subir al podio. Pero lo más importante, con grandes opciones de salir vencedor. «Desde que llegué a Sepang, me costaba dormir. Ya era algo especial desde el inicio con respecto a otras carreras. Sabía que no lo tenía hecho, pero relativamente fácil para conseguirlo. No sabía si llegaría en Malasia, pero si no, lo haría en la siguiente carrera«.
No le hizo falta decir más, su tarea ese domingo era finalizar la carrera como mínimo tercero para proclamarse de nuevo campeón del mundo. Y eso hizo. Tras completar un fin de semana casi redondo, al caer la bandera a cuadros Jorge Lorenzo alzaba su obra maestra en tercera posición y con un nuevo título mundial. Una carrera en la que era Valentino Rossi quien subía al cajón más alto del podio. «Cuando ya eres campeón del mundo y tienes que repetir, es una sensación muy distinta a cuando vas a serlo por primera vez. Los nervios se notaban e intenté aislarme de todo. Hice un poco de meditación en la parrilla, pero fue complicado no estar nervioso».
El mallorquín subió a la categoría reina en 2008 haciéndose notar entre los mejores logrando su primera victoria. Una imponente exhibición. Ello con una firme evolución que le llevó a clavar la bandera de campeón en el suelo por tercera vez. «En 2010 conseguí el récord de puntos y fui, en general, más constante que los demás y más rápido. Me merecí el título independientemente de las lesiones. Cuando te quedas sin unos rivales como Valentino o Pedrosa te allana más el camino para conseguir victorias, pero creo que era el más fuerte«.
La situación daba la talla para una celebración a lo grande. Jorge había hecho historia siendo el primer español campeón de MotoGP. «Cuando gané en 250cc dije que podía morir tranquilo, deportivamente hablando, pero con el de MotoGP mucho más. Luego tocaría repetir y demostrar que no fue un golpe de suerte, aunque no lo fue. Lograr dos o tres significa que durante una época has sido el más fuerte y que te merecías esos títulos«.
Sin embargo, el pasado año se cerraba una etapa sellada en el Campeonato del Mundo de MotoGP. Jorge Lorenzo decía adiós a las carreras como piloto profesional, entre despedidas y recuerdos por todo lo vivido durante años. A día de hoy, continúa a lomos de una Yamaha como piloto probador. Y a pesar de haber tenido una clara oportunidad de regresar a la competición con Ducati, parece que se ha terminado un capítulo para iniciar otro.
«Llega un momento en la vida que tienes que decidir y esto es lo que toca ahora. Hay que recoger los frutos de todo lo que he sembrado, porque fueron décadas de tremendo sacrificio y a disfrutar de la vida, que sólo hay una. No todo son motos en la vida, aunque no se olvidan los momentos mágicos. Ya no hablo de ganar un título, sino una sola carrera, lo que hace que te sientas el rey del mundo por unas horas«, concluía.
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