Jorge Martín disfruta y celebra su reinado en MotoGP.
Jorge Martín está disfrutando de los días que siempre soñó. Desde que cruzó la línea de meta en Barcelona y se consagró campeón del mundo de MotoGP, su vida, aunque él lo niegue, ya ha cambiado. Este logro, perseguido durante toda su vida por él y su familia, representa la culminación de un sueño. El piloto de Aprilia, que ya mira hacia la nueva temporada, está siendo el gran protagonista en numerosas entrevistas y celebraciones. Sin embargo, probablemente la que más ilusión le ha hecho fue la de este sábado: un homenaje de la gente de su pueblo, San Sebastián de los Reyes, en Madrid, que cierra un círculo donde todo comenzó.
Rodeado de su gente, familiares, amigos y miles de personas congregadas en la Plaza de la Constitución del pueblo, Jorge Martín no podía pedir más. Seguramente pensó eso mismo mientras se dirigía a la multitud. El 89 aún no ha confirmado si llevará el número 1 la próxima temporada, pero hizo una entrada triunfal quemando rueda y cruzando una pasarela montado en una Ducati Panigale pintada con los colores del Pramac. En esta ocasión, sí lucía el número 1.
“El pueblo se merece haber conseguido este título”
Martín comentó que este era un día especial para él, para su pueblo y para toda la Comunidad de Madrid, y que espera seguir disfrutando antes de enfocarse en la preparación para 2025. “Esto es increíble, la verdad es que la celebración está siendo mucho mejor de lo que me hubiese imaginado”, declaró a los medios.
El madrileño, quien ya fue campeón del mundo de Moto3 en 2018, recordó que también celebró aquel título en Sanse, pero aseguró que esta ocasión es diferente: “Ahora estoy en la cima del mundo del motor”. “Para alguien como yo, de San Sebastián de los Reyes, de Madrid, poder haber sido el primero marca un precedente. Espero que en el futuro haya muchos más. Estoy muy orgulloso de ser de aquí porque creo que también el pueblo se merece haber conseguido este título”, afirmó.
Tendrá una plaza con su nombre
Reconoció que ha sido una carrera en la que nadie le regaló nada, destacando la lucha y el esfuerzo que lo llevaron a este momento. Visiblemente emocionado, comentó: “Solo espero que ese niño que fui esté orgulloso de en lo que me he convertido hoy”. La plaza estaba completamente llena, con miles de personas queriendo verlo a él y al trofeo de campeón del mundo que exhibió desde el balcón del Ayuntamiento, acompañado de su familia, su pareja y, como sorpresa, de su gran amigo Aleix Espargaró.
La alcaldesa de la localidad, Lucía Soledad Fernández, anunció que están realizando los trámites necesarios para que la plaza pase a llamarse Plaza Jorge Martín Almoguera. “Ha demostrado que Jorge es mucho Jorge, que el señor Martinator es el señor Martinator, y qué mejor que ir a su casa y pasar por una plaza con su nombre”.
El objetivo: regresar defendiendo el número 1
Martín tampoco quiso olvidar a las personas afectadas por la DANA en Valencia. Subrayó que el final de la temporada fue un momento muy duro debido a las condiciones que impidieron disfrutar plenamente de la última carrera en Cheste. “Lo importante es que llegue toda la ayuda y que los habitantes de las localidades afectadas se recuperen lo antes posible”, remarcó.
“¡Campeones, campeones!” era el canto que resonaba en la plaza. La gente y el piloto eran uno, mientras las banderas naranjas, características del número 89, ondeaban sin cesar. Fue una celebración que Jorge Martín y su familia nunca olvidarán. Ahora, el objetivo es defender el número 1, lo lleve o no, y regresar de nuevo a ese balcón con otro trofeo bajo el brazo. “No será un año fácil, pero daré lo máximo para volver aquí como campeón. No sé si el próximo año, pero seguro algún otro”, concluyó.
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