
El vigente campeón del mundo de MotoGP afronta 2025 marcado por las lesiones, la superación personal y una nueva mentalidad con la que mira ya hacia 2026.
Jorge Martín vive un 2025 marcado por la resiliencia. El vigente campeón del mundo de MotoGP, que hizo historia al conquistar el título en 2024 con un equipo satélite, vio truncada su preparación este año tras sufrir una grave lesión en el primer día de pruebas de pretemporada, en febrero. Un accidente que desencadenó un periodo agotador de operaciones, hospitalizaciones y rehabilitación que lo mantuvo alejado de la competición hasta finales de julio, cuando reapareció en el Gran Premio de República Checa.
Lejos de obsesionarse con recuperar de inmediato su estatus de aspirante a la victoria, Martín ha afrontado la segunda mitad del campeonato con otra perspectiva. “Esta segunda parte de la temporada es solo la preparación para 2026”, aseguró en una entrevista con Germán García Casanova para Motorsport, dejando claro que el gran objetivo ya no es inmediato.
El madrileño no esconde que su hazaña del año pasado sigue siendo difícil de dimensionar. “Doce personas contra una fábrica de doscientas. En general, la gente no se da cuenta de lo difícil que es”, explicó sobre aquel título con un equipo privado. “Sinceramente, no creo que vuelva a ocurrir. Puedes pensar que tienes el mismo material técnico, pero los mejores motores y las mejores piezas van al equipo de fábrica. No hay comparación”.
«Tenía dudas sobre si podría volver a montar en bici»
Esa gesta quedó en suspenso tras el accidente en Qatar, donde permaneció hospitalizado diez días. Una experiencia que, según confiesa, le cambió la vida: “Cuando te despides de tu madre porque crees que vas a morir, creo que sientes un clic en la cabeza y te replanteas muchas cosas. El punto de inflexión es poder superar esa situación y volver a competir al máximo nivel, dando lo mejor de ti”.
Martín reconoce que en los momentos más duros no se planteó la retirada, aunque sí tuvo dudas: “Lo que tenía eran dudas sobre si podría volver a montar en bici, lo cual es diferente. En ningún momento pensé en dejarlo; siempre quise recuperarme para volver a montar”. Para sobrellevar esa incertidumbre, recurrió a desconectar: “Durante tres semanas, tuve que olvidarme de todo, simplemente ir a la playa y contemplar el mar; eso era la felicidad para mí”.
En este proceso, el trabajo con su psicólogo ha sido clave. “Lo he contratado como parte de mi equipo. Considero al psicólogo como un mecánico más, como un entrenador; para mí es importantísimo”, afirma. Su profesional ya le había advertido de lo duro que sería este reto: “Me dijo que venía de ganar y ahora sería el 18.º, y eso no es fácil. Me ayudó a prepararme, y me preparé. Quizás si no hubiera estado preparado, me habría dado por vencido. Ahora es al contrario: ser el 18.º en un entrenamiento me hace sacar lo mejor de mí”.
«La gente no se da cuenta de cuánto sufren los padres»
El piloto subraya, además, la importancia de su entorno en estos meses. “El entorno lo es todo para mí, sobre todo en los momentos bajos, cuando vuelves a la autocaravana triste y frustrado. Tener a alguien que sabe cómo estar ahí, no alguien que te saque de ese momento, sino alguien que sabe cuándo cambiar de actitud y hacerte sonreír”. Entre esas figuras cercanas destaca su padre, que incluso llegó a responder públicamente en redes sociales durante la polémica con Aprilia: “La gente no se da cuenta de cuánto sufren los padres con el odio en las redes sociales. Sinceramente, después de tantos años, me da igual. Incluso me río. Pero mi familia sufre, y en algún momento necesita desahogarse”.
Otro pilar fundamental en su vida es su pareja, María: “Tener una pareja estable te da un impulso profesional extra. Personalmente, con María no me falta nada; soy muy feliz con ella. Ojalá crezca un poco y pueda casarme, porque solo tiene 23 años y aún es un poco pronto. Si fuera por mí, me casaría con ella mañana mismo”.
«Aprilia y yo estamos contentos»
Y en lo deportivo, Martín no oculta la influencia de Aleix Espargaró, con quien mantiene una estrecha relación personal: “Aleix tiene una gran influencia en mi vida; me considero un ‘mini Aleix’, pero mejorado. Nos ayudamos mucho en nuestros malos momentos. Aprendo mucho de él, de su estilo de vida, de su forma de ser feliz. Es admirable cómo siempre es capaz de ver el lado bueno de las cosas”.
Sobre la polémica negociación con Aprilia, que ocupó titulares meses atrás, Martín zanja con contundencia: “No se trataba solo de dinero, ni de la moto, ni de proyectos; al final, fue una decisión de vida, después de estar tres semanas en el hospital. Lo único que me importa es que mi entorno, mi grupo, Aprilia y yo estemos contentos. Lo que piense la gente, sinceramente, me da igual”.
Con esa nueva mentalidad, Martín encara el futuro convencido de que el éxito ya no se mide en victorias inmediatas, sino en crecimiento personal y profesional. Porque, como él mismo asegura, “ya no estoy obsesionado con ganar, estoy obsesionado con mejorar”.
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