El piloto madrileño comparte su visión sobre el camino hacia el título, sus desafíos personales y su ambición por dejar una huella en la historia del motociclismo.
Jorge Martín, el piloto madrileño que acaba de consagrarse campeón del mundo de MotoGP en 2024, no ha dejado de sorprender con su pasión, determinación y visión sobre su carrera. Después de una temporada llena de altibajos, con momentos de gran dolor y dudas personales, Martín ha conseguido lo que muchos consideraban una utopía para un piloto que no corre en la casa oficial: coronarse campeón mundial.
El piloto confesó en una entrevista a MotoGP que, a pesar de haber logrado el campeonato mundial, aún le resulta difícil procesar la magnitud de su logro. “Todavía es difícil de aceptarlo después de la carrera. Estaba emocionado, pero realmente estaba en estado de shock. Lloré mucho solo en la cama. María estaba durmiendo y yo lloraba”, relató con sinceridad, mostrando la intensidad emocional del momento. Recordó los momentos más difíciles de su carrera, especialmente las lesiones sufridas en Portimão: “Recordé todos los malos momentos, lo difícil que fue. Pero lo importante es que nunca me rendí”. Estas palabras reflejan el enorme esfuerzo y sacrificio que ha puesto en su carrera, así como su gratitud por haber superado los obstáculos que le parecían insuperables.
“Ducati me hizo campeón mundial”
Jorge Martín no escondió su admiración por los rivales a los que derrotó en la lucha por el título, especialmente por Pecco Bagnaia y Marc Márquez. “Es increíble. Ganarle al mejor Pecco, porque ganó 11 carreras. Creo que Marc también fue su mejor versión. Quizás no tenía la mejor moto, pero fue el mejor Marc”, destacó el piloto madrileño. Aunque se mostró orgulloso de su logro, Martín también reconoció que su camino hacia el campeonato no fue perfecto. “Te puedo asegurar que estuvo al límite y les gané a los dos. Seguro que necesito mejorar porque fui muy consistente, pero solo gané tres domingos. Me caí dos veces cuando estaba liderando, así que siempre hay margen para mejorar, y lo intentaré”, expresó con humildad, dejando claro que, a pesar de haber logrado el título, sigue con la mentalidad de seguir aprendiendo y evolucionando como piloto.
También expresó su profundo agradecimiento hacia Ducati, reconociendo el papel fundamental que la marca italiana ha tenido en su carrera. “Estoy muy agradecido con Ducati porque me trajeron a MotoGP y me hicieron campeón mundial. Es increíble”, afirmó el piloto madrileño, subrayando la importancia del apoyo de la marca en su ascenso a la élite del motociclismo.
“Sufrí mucho con mi salud mental”
El piloto español compartió una parte muy personal de su proceso mental y emocional durante la temporada, revelando cómo enfrentó serios desafíos con su salud mental. “Después de la temporada pasada, en enero, empecé a sufrir mucho con mi salud mental. No quería correr más. Tenía muchos miedos que aparecieron”, explicó Martín, reflexionando sobre el miedo al fracaso y la falta de motivación que sintió en ese momento. A pesar de haber hecho una temporada increíble, su mente no lo acompañaba, y llegó a dudar de su propio potencial: “No sé por qué, pero aparecieron… ‘Quizás nunca seré tan rápido como el año pasado, o nunca ganaré de nuevo, o nunca ganaré este campeonato‘”. Este periodo de incertidumbre lo llevó a afrontar los test pretemporada sin entusiasmo.
“Era rápido, pero sin motivación. Solo hacía mi trabajo. Me pagaban, así que hacía mi trabajo y decía: ‘Está bien, corro, gano dinero y me iré a casa’“. Sin embargo, a medida que avanzaba la temporada, Martín logró recuperar la motivación al centrarse en el proceso, no solo en el resultado. “Recuperar esa motivación, mirar no solo el resultado final, sino también el proceso y disfrutar del proceso, fue la clave. Creo que la mejor lección es vivir el presente“, explicó, subrayando cómo esta nueva perspectiva lo ayudó a superar sus miedos y dudas. Además, recurrió a la espiritualidad para encontrar equilibrio: “Los últimos meses medito mucho, y creo que eso es como rezar. Recuperé esa fe en algo más grande. Mi fe está regresando”. Para Martín, rezar es una forma de conexión personal, algo que le permitió encontrar la paz y la fuerza necesaria para superar sus dificultades. “Al final del día, rezar es como hablar contigo mismo, tratando de ser una buena persona, intentar dar para recibir. Y creo que esto es realmente poderoso”.
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