Un verano de hermanos y rivales
Marc y Álex Márquez se marchan al parón veraniego como líder y subcampeón provisional del Mundial de MotoGP. Lo que para cualquier familia podría convertirse en una fuente de tensión, en casa de los Márquez ha servido para unir más que nunca a los dos hermanos. Así lo explica su padre, Julià Márquez, en una conversación con CNN Sports, donde aborda cómo vive desde dentro esta situación única: dos hijos peleando por el mismo título mundial.
“Esta competencia los ha hecho más fuertes”
¿Le preocupa a un padre que sus dos hijos compitan por el mismo campeonato?
“No. Al contrario, creo que esta competencia realmente los ha unido. Su relación es mucho más positiva, más fuerte y más cercana. Estoy muy orgulloso de ello. ¿Qué familia no discute? Pero sus peleas duran cinco minutos. Después de eso, todo vuelve a la normalidad”.
¿Siempre fue así entre ellos?
“Yo empecé con mis hijos desde cero. Íbamos a todas las carreras juntos en autocaravana. Entrenábamos, vivíamos el motociclismo como una familia. Por eso ahora me gusta estar a su lado, pero sin mezclarme en lo profesional. Su relación personal es excelente, pero me aseguro de separar su trabajo de mi rol como padre. En la pista son pilotos. Fuera, soy su padre”
“Quiero ganarle en todo”
Marc y Álex llevan compitiendo en MotoGP desde 2020. ¿Cómo ha sido esa evolución?
“Complicada al principio. En su primer año juntos, en Repsol Honda, Marc se lesionó gravemente en Jerez. Alex tuvo que continuar solo esa temporada y luego pasó a LCR.
¿Cómo gestionan esa rivalidad directa?
Marc: “Hablamos de sensaciones con la moto, pero cada uno tiene su estrategia, su jefe de mecánicos, su estilo. Sentimos cosas distintas sobre la moto, pero al final los tiempos por vuelta están muy igualados.”
Alex: “Sé que estoy entrenando con mi rival por el campeonato, pero hay algo muy bonito en eso. Quiero ganarle en todo: en el gimnasio, en la bici, en la pista. Esa competencia diaria nos hace crecer a los dos.”
Un vínculo que el Mundial no puede romper
Por primera vez, los hermanos Márquez pelean cara a cara por el título de MotoGP. Una batalla que podría quebrar cualquier relación familiar, pero que en su caso ha servido para reforzarla. Como dice Julià Márquez, no hay drama, solo una rivalidad saludable: “Están compitiendo por lo más grande, pero su unión como hermanos está más firme que nunca”. La lucha continúa tras el verano. La relación, de momento, no se resiente. Todo lo contrario.
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