
Guintoli analiza la caída de rendimiento de Bagnaia: “Su historia este año ha sido difícil de ver”
La temporada 2025 de MotoGP dejó muchas incógnitas, pero una de las historias más desconcertantes fue la montaña rusa competitiva de Francesco Bagnaia. Entre altibajos nunca vistos en su etapa con Ducati, el piloto italiano pasó de rozar el liderazgo a caer hasta la quinta posición del campeonato. Uno de los analistas que más de cerca siguió su recorrido fue Sylvain Guintoli, expiloto de MotoGP, campeón del WorldSBK y analista para TNT Sports.
El francés, que además tiene una amplia trayectoria como probador de Suzuki y colaborador en el desarrollo de neumáticos Michelin para MotoGP, habló con Crash.net y dejó reflexiones tan técnicas como humanas sobre lo que ha ocurrido este año con el bicampeón mundial.
Una temporada difícil incluso para quienes la observaban desde fuera
Guintoli fue claro desde el primer momento: “La historia de Pecco este año ha sido difícil de ver, la verdad, para mí”. Para alguien que conoce de primera mano cómo se gestiona una moto de MotoGP al límite, presenciar la pérdida progresiva de confianza del italiano resultó especialmente duro.
Bagnaia arrancó el año mostrando síntomas preocupantes: falta de sensibilidad en el tren delantero, dudas al frenar y violentas sacudidas de la moto a la salida de las curvas. Aunque Ducati introdujo ajustes y actualizaciones, el piloto nunca llegó a encontrar una base constante… salvo un fin de semana.
Motegi: el espejismo de perfección
En Japón, todo encajó. La GP25, que tantas dudas había generado, de repente funcionó exactamente como Pecco necesitaba. Ganó la Sprint, ganó la carrera larga y dominó con una superioridad que recordaba al mejor Bagnaia. Pero fue un espejismo. A partir de ese domingo, todo volvió a romperse: errores, falta de sensaciones y una nueva caída en su rendimiento. El propio Guintoli lo resume así: “No pudo hacer nada mal en Motegi… y luego volvió al mismo problema recurrente de todo el año”. Ese contraste dejó un balance final durísimo: tres victorias, diez ceros y un octavo puesto, una secuencia imposible de asociar a un piloto de su calibre.
El origen del problema: el tren delantero y la carga mental
Para Guintoli, el núcleo de la crisis es técnico… pero también psicológico. El francés lo explica con una claridad que solo un probador experimentado puede ofrecer: “La sensación delantera lo es todo con las motos de MotoGP actuales. Tienes que detener la moto sin alterar la carga, entrar fluido, mantener velocidad… todo está conectado”.
Y añade un detalle revelador sobre cómo percibe un piloto lo que ocurre bajo la rueda anterior: “Te llega a las muñecas. Sientes cómo el neumático se aplasta, se deforma, cómo resbala. Incluso frenando en línea recta lo notas. En la curva, todavía más. Y tienes que controlarlo todo estando al límite”.
Si esa sensibilidad desaparece, desaparece también la confianza. Y cuando un piloto como Bagnaia —preciso, técnico, obsesivo con las sensaciones— deja de creer en la parte delantera, todo se vuelve un reto. “La sensación frontal también puede ser mental”, admite Guintoli. Por eso cree que el problema fue un círculo del que Pecco nunca logró salir.
2026 en el horizonte: un fondo desde el que solo se puede subir
A pesar de la crudeza del análisis, Guintoli se declaró optimista. Para él, la mala temporada puede ser el punto de inflexión que el piloto necesitaba. “Creo que va a volver”, afirma. “Siempre dije que tendría que tocar fondo para resurgir. Motegi fue extraño, porque allí fue perfecto… pero lo normal es que el nivel real reaparezca”.
Mientras MotoGP mira hacia el futuro, Guintoli también prepara un reto muy especial: correrá el Maratón de Londres 2026, vestido con su mono de carreras, en memoria de su hijo Luca. Lo hará para recaudar fondos para la organización benéfica de cáncer infantil PASIC, una causa que el paddock ha recibido con enorme cariño.
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