El piloto alemán que recientemente cumplió 67 años, lleva casi 30 años sobreviviendo tras su gravísimo accidente en Rijeka ’90. Un día negro en nuestro deporte que quien lo vivió no puede olvidar.
Hace poco le recordábamos en Motosan en el Faltan 5 días para MotoGP, siendo nuestro protagonista del día. Reinhold Roth es un gran desconocido para esas nuevas generaciones que se aficionaron al Mundial de motociclismo a mediados y finales de los ’90, con la llegada de Valentino Rossi o con el título de 500cc de Álex Crivillé. Aunque hablamos de un piloto que ninguno de los que lo vio correr puede olvidarle.
Como piloto llegó a ser subcampeón del mundo de 250cc en dos ocasiones, en 1987 tras Mang y en 1989 tras Sito Pons, cuando el catalán conseguía su segundo campeonato consecutivo. Su estética era muy llamativa, luciendo calva y un bigote de los que hace ya mucho no se estila, siempre con una sonrisa, era muy querido entre los aficionados y en el paddock. Era un gran compañero y rival, siempre deportivo.
En 1990, a sus 37 años, había anunciado que a final de temporada se retiraba. Ya había aceptado que nunca podría ser campeón del mundo. Su compañero, el joven compatriota Helmut Bradl (padre de Stefan, actual probador de HRC en MotoGP), le había superado sistemáticamente esa última campaña en la que él vio claramente que había llegado el momento de “colgar el mono”.
Eso no hizo que aflojara en sus últimas carreras, siendo cruelmente golpeado por la tragedia en el último Gran Premio de Yugoslavia, antes de la guerra civil que rompería el país. En un desastre absoluto de organización y mientras peleaba en el grupo de cabeza por la victoria de la carrera de 250cc, se empotró literalmente contra un doblado que iba parado en medio de una chicane rápida.
Otros pilotos pudieron esquivarlo pero Roth no pudo ver a Milner, siendo inevitable el accidente. El piloto australiano, causante del desastre, no debió salir a pista al haber acabado a más de seis segundos del “poleman” el sábado, siendo doblado varias veces en carrera. Los daños cerebrales ocasionados a Roth le dejaron en coma y poco después cuando “despertó”, su estado era prácticamente vegetativo.
Una historia muy triste y es que aún se me saltan las lágrimas cuando recuerdo las imágenes del accidente y de como su mujer, que lo esperaba en el paddock, se derrumbó al verle salir de la ambulancia en tan mal estado. Ella en un primer momento pensó que él fallecería, pero ha sido quien más se ha preocupado por él, cuidando que no le falte de nada desde entonces.
La historia de Elfriede Roth
Con motivo de su reciente cumpleaños, en Speedweek han conseguido hablar con ella, Elfriede Roth, para ver como está el añorado Reinhold. Ha explicado que el ex piloto alemán aún no puede hacerse entender ni expresarse, que la relación de amor de ambos está a otro nivel diferente a lo que podría entenderse de un matrimonio. “Reinhold es adorable, no puede no gustarte. Llevamos casados ya más de 40 años”
Llevaban 12 años juntos cuando Reinhold sufrió aquel terrible accidente en Yugoslavia. Reconoce que los primeros meses creyó en la recuperación y recuerda que en 1991 por su aniversario de bodas deseó con todas sus fuerzas que volviera a “abrir los ojos”, algo que como ella misma reconoce con tristeza, nunca hizo. Con el paso del tiempo tuvo que aceptar su nueva situación, y que a sus esposo debía cuidarlo como si de un niño se tratase.
Reinhold Roth tardó siente años en decir una palabra, dijo “mañana”. Un proceso de mejora con mucha terapia, muy lento, que ha hecho que 30 años después pueda entender frases cortas, comer algún pequeño bocado por sí solo o beber con una pajita. “Si él está bien, puedes comunicarte con Reinhold, incluso de una manera que tenga sentido”, dice Elfriede a Speedweek con el que ha llegado a comunicarse aunque sea con pequeños gestos. “El martes por la noche, un día antes de mi cumpleaños, dije: ‘Reinhold, mañana vamos a celebrar una fiesta. ¿Eres feliz cuando vienen los invitados? Él respondió: “Estoy muy feliz”. A veces obtiene más de lo que piensa.
La vida de Elfriede Roth ha sido durísima, al hacerse cargo de la responsabilidad de cuidar a su marido, eso hizo que llegase a los límites de su salud mental y física. Llegó a desarrollar cáncer de colon hace 15 años y estuvo dos meses hospitalizada. Algunos días le salía gritar “tengo derecho a la vida” y asumía que no podía seguir así.
Después de salir del hospital Elfriede decide que su vida debe cambiar, si sigue volcada en cuerpo y alma a Reinhold, le va a costar la vida. Así contrata un servicio de enfermería que vaya a casa a cuidar de su marido. Afortunadamente cuando tuvo el accidente, tenía un seguro que le dio la tranquilidad económica necesaria para cubrir estos gastos.
Elfriede después de 15 años volvió a tomar unas vacaciones, se fue a esquiar y realizó varios viajes. Recupera energía y encuentra trabajo. Pronto vuelve a enamorarse, Markus, con el que lleva saliendo ya 14 años. Ella misma reconoció que Reinhold ya no era como una pareja para ella, sino como un niño al que tenía que cuidar. Su actual pareja le apoya para poder seguir adelante pese a la carga en los cuidados del accidentado piloto.
Rainey y Cornu visitan a Reinhold Roth
En 1996 Reinhold Roth recibió la visita de un piloto muy especial, Wayne Rainey. El tres veces campeón de 500cc, en silla de ruedas tras su grave lesión en Misano ’93. “Reinhold, te ves muy bien” – le comentó para animarle, como recuerda su esposa. “La visita de Wayne fue una gran experiencia” dice Elfriede. “Incluso nos firmó el radiador”.
Lo triste fue que otros compatriotas con los que compartió pista, como como Helmut Bradl, Toni Mang o Harald Eckl nunca han llegado a Amtzell para visitarle en estos 30 años. «Además de Wayne Rainey, solo Jacques Cornu estuvo allí una vez. Después del accidente, la respuesta de los extranjeros fue mayor que la de los compatriotas alemanes” – Afirma su esposa a Speedweek.
Reinhold Roth celebró el 4 de marzo su 67 cumpleaños en casa. “Estaba de muy buen humor la noche anterior”, dice Elfriede. “Sin embargo, hace medio año pensábamos que no podríamos celebrar otro cumpleaños con él. Reinhold tiene neumonía y estuvo ingresado en el hospital. Estuvo muy enfermo en Navidad y nos temíamos lo peor. Pero ahora se ha recuperado bastante bien.”
«Los médicos de la clínica especializada donde Reinhold fue atendido por la neumonía, dijeron nuevamente que Reinhold había salido adelante con un milagro médico. Pero él tiene una voluntad muy fuerte. Siempre digo que todavía tiene algo que hacer aquí en la Tierra” – Reconoce su mujer. “Y nadie puede saber cuándo le llegará su hora. Todavía le gusta estar aquí. Reinhold tiene tal carisma, calidez y calma. Él es feliz y humilde. Puedes aprender mucho de él”
Sus vidas cambió para siempre en aquel Gran Premio de Yugoslavia ’90, el destino le guardaba un camino cruel que para nada merecía. Pese a todo Elfriede admira a su marido Reinhold, “Tiene un aura increíble, él llena la casa. Y si él está bien, estamos contentos el uno con el otro”. Cada vez que los pilotos salen a pista, se juegan la salud y la vida, nunca hay que olvidarlo, como los que lo vivimos, no podemos olvidar a Reinhold Roth.
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