
El piloto madrileño reaparece tras siete carreras de baja con una mezcla de dudas, emoción y determinación, midiendo sus fuerzas frente a referentes como Marc Márquez y dejando claro que su ambición sigue intacta.
Pocas veces tenemos acceso a la trastienda emocional de un piloto cuando regresa a la parrilla después de una lesión grave. En el caso de Jorge Martín, su retorno al Mundial de MotoGP tras perderse siete Grandes Premios no solo fue una prueba física, sino también un intenso proceso de reconstrucción personal y deportiva. Una reciente pieza en vídeo difundida por MotoGP permite asomarnos a ese momento íntimo, y nosotros os traemos ahora las claves de lo que no se vio… hasta hoy.
Desde el primer momento en el box, la tensión era evidente. “Al principio sentía la moto bajísima de detrás, como si algo no cuadrara”, admitía Martín tras una de sus primeras salidas a pista. Las sensaciones no terminaban de encajar con lo que recordaba antes del parón por lesión. El piloto de San Sebastián de los Reyes mostraba dudas técnicas, pero también una ansiedad contenida por volver a sentirse competitivo, sabiendo que el listón seguía altísimo con rivales como Marc Márquez rodando ya en modo ataque.
La sesión estuvo marcada por la prudencia en la primera mitad. El equipo técnico planteó una estrategia conservadora, con un único run largo bajo condiciones mixtas y sin atacar el crono de inmediato. Jorge, consciente de sus limitaciones, preguntaba incluso si podía calentar con algo antes de salir a pista: “¿Hay algo para calentar un poco? ¿Para moverse un poco antes de entrar en faena?” Más allá del tono distendido, el comentario reflejaba una necesidad clara de reconectar cuerpo y mente tras la pausa forzada.
Un resultado que vale más que una posición
Pese a la incertidumbre inicial, Jorge Martín logró clasificarse para la Q2 y firmó una actuación que él mismo calificó de “casi un 10 sobre 10”. “Me preguntaba si volvería a tener el hambre, las ganas de forzar hasta el límite… pero aquí estamos”, confesó tras completar su regreso con un meritorio 11º puesto final en la Sprint y un séptimo en la carrera larga. Lo más significativo fue la referencia: quedó exactamente a seis segundos de Marc Márquez, el piloto que históricamente marca la pauta cuando se trata de maximizar el rendimiento sobre una moto complicada.
Durante el fin de semana, Martín incluso intentó seguir la rueda del ilerdense en pista. “He probado a ir con Marc, pero él llevaba neumáticos nuevos y yo ya tenía seis o siete giros…”, comentó resignado. Ese intento, aunque frustrado por las diferencias de material, reflejaba claramente su necesidad de medirse con uno de los referentes absolutos de la categoría. Y aunque no pudo sostener el ritmo, la referencia fue clave para calibrar su propio estado.
La carrera, sin embargo, no fue un camino de rosas. Martín describió cómo, tras una buena salida y una primera curva planificada al detalle, perdió posiciones por una maniobra que lo sacó de la trazada ideal. “Después me coloqué detrás de Marco… pero tuve que parar ahí. Sentía que tenía algo más, pero también que debía gestionar”, explicó.
Una promesa en voz alta: volver con más
El madrileño no se escudó en excusas. Al contrario, realizó un análisis minucioso de cada fase de la prueba: desde la respuesta del tren trasero y el desgaste de la goma blanda, hasta la dificultad para ejercer presión lateral con su brazo lesionado. “Siento que al principio me sostiene mucho, porque yo tumbo con el cuerpo. Pero a medida que se desgasta, noto que me saca fuera cuando derrapa”, detalló con franqueza.
A pesar de todo, el balance fue positivo. “Estoy contento. Los primeros cuatro giros fueron muy buenos. Me faltaba algo, sí, pero lo veía cada vez más cerca. Él (Marc) gestionó mejor al principio, pero yo lo tenía ahí”. Martín reconocía así la inteligencia táctica de Márquez en los compases iniciales, pero también se mostraba convencido de que, con más tiempo en pista y mejor forma física, podrá recortar ese margen.
Con un tono que alternaba la autocrítica con el entusiasmo, remató: “Buen trabajo. Qué maravilla. Una ingeniería increíble, una operación especial. Gracias a todos”. Su regreso no fue solo una puesta en escena, fue una declaración: Jorge Martín ha vuelto, y tiene claro contra quién quiere medirse.
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