Jorge Lorenzo ha hablado de los momentos más difíciles de su carrera.
Jorge Lorenzo ha estado en el podcast ‘Media Power’, donde ha hablado de algunos de los momentos más duros de su carrera deportiva. Uno de ellos, sin duda fue la lesión sufrida en 2019; durante la primera sesión de entrenamientos libres en Assen. El entonces piloto de Honda sufrió una caída a gran velocidad que se saldó con dos vértebras aplastadas; y la decisión de retirarse de la competición a finales de esa temporada.
Sin embargo, Lorenzo también recordaba una lesión, una década antes, que le hizo cuestionarse cómo estaba afrontando las carreras. «En 2008 en Montmeló, cuando me quedé inconsciente y no me acordaba de nada durante dos o tres días. Y siempre preguntaba a mi mecánico de confianza, ‘¿cómo me he caído delante, de atrás?’. Y una pupila, según el doctor, estaba más pequeña que la otra. Eso quiere decir que te ha afectado en el cerebro. Y ahí me di cuenta que si seguía arriesgando tanto y yendo tan loco, me iba a pasar algo grave, me iba a hacer daño de verdad. Entonces ahí estaba a punto de ‘¿sigue valiendo la pena seguir en este mundo que me puede causar estar en silla de ruedas o matarme?'», reconocía.
«El motociclismo es bastante cabrón, porque cuando llevas tiempo sin caerte te vas confiando»
A pesar de todo, con el paso del tiempo, ese miedo fue pasando. «Pero el motociclismo es bastante cabrón porque cuando llevas tiempo sin caerte, te vas confiando. Y como estás encima de la moto con el mono, te ves protegido, con la adrenalina, con el calor de esforzarte ahí encima de la moto y tal, te crees un poco Superman. Y crees que no te vas a volver a caer. Entonces te vas confiando, te vas empujando, empujando más, demasiada confianza, vas cogiendo demasiada confianza hasta que te metes otro palo fuerte», ha afirmado.
El mallorquín también recordaba cómo vivió la cara y la cruz de MotoGP en Phillip Island. «En 2007 ya estaba luchando por ganar mi segundo mundial con Dovizioso. Hice la pole position con un segundo de ventaja. Y llegó a carrera, hacía mucho viento y por lo que sea, los demás parecían que iban en 125cc y yo iba en 250cc. Le saqué 20 segundos al segundo. La distancia más grande en toda mi carrera deportiva».
«Doce años después, mi última temporada en Honda. Volví a de esa lesión de vértebras. Ya no me quería caer, no quería coger riesgos. Esa moto no estaba hecha para mí. Era seguramente la peor Honda hasta ese momento. Era horrible. Pero en cambio Márquez hizo su mejor temporada de siempre. Pero era muy difícil esa moto. Entonces con eso, más las vértebras, más que no me quería hacer daño. Y que hacía frío, hacía viento y las condiciones de la pista estaban horribles. Terminé último a 10 o 12 segundos del penúltimo. En el mismo circuito», recordaba.
«Cuando me daban por muerto en Ducati, llegó Mugello y gané»
No sólo su última temporada en Honda fue complicada. Para Lorenzo, también fue frustrante su paso por Ducati. «Cuando me daban por muerto y que era imposible que yo ganase con la Ducati, llegó Mugello y gané. Y con la Honda estaba encabezonado con eso. Estaba super encabezonado y creo que lo hubiese conseguido sin esa lesión de vértebra».
«En 2018, cuando empecé tan mal el año con la Ducati y nada salía. Y Ducati, de repente se le terminó la paciencia a Claudio Dominicali, que era el CEO de Ducati, y pensó, ‘bueno, ya le hemos dado suficientes oportunidades a Lorenzo, un año y medio, no ha ganado. Está haciendo más o menos los resultados de Petrucci, que le pagamos 15 veces menos, y es italiano. No lo renovamos y metemos a Petrucci’. Y cuando entendí eso, entré en tristeza, en depresión, porque digo, ‘estoy tan cerca de conseguirlo y no me entienden lo que necesito para volver a ganar’. Y lo veo tan cerca, y ellos tan lejos, que me daba una frustración brutal», finalizaba.
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