
Jorge Lorenzo ha reconocido que, en algunos momentos, siente nostalgia por su época en MotoGP.
Jorge Lorenzo ha mostrado su lado más personal en una entrevista para su canal ‘Duralavita’. El mallorquín ha hecho una profunda reflexión sobre su éxito y las cosas que aún le faltan en la vida. Además, reconocía sentir nostalgia por su carrera deportiva en MotoGP. Lorenzo afirmaba que, a pesar de todo lo que había conseguido, «siempre te falta algo». No obstante, señalaba que «hay que aprender a conformarse y apreciar lo que tienes».
El pentacampeón contaba que ha estado trabajando en ello estos últimos años; pero no siempre le ha resultado fácil valorar lo que tiene. «En mis inicios en el Mundial, ganaba la carrera, hacía podio, ni lo celebraba y estaba pensando ya en la siguiente. Luego, a partir del 2015, empecé a celebrar las victorias. En mi motorhome, montaba unas fiestas de narices. Con la música a tope, bailando, gritando, cantando. Se unían gente de otros equipos, incluso de otros pilotos. Marc [Márquez] estuvo en alguna que entró a saludar».
«Luego ya pasamos a celebrar los podios. No solo las victorias, sino también los podios. Aprendí a disfrutar de esos momentos. Porque no sabes si será el último podio o la última victoria. Y de hecho llegó. Mi última celebración en mi motorhome fue en Austria 2018. Y a partir de ahí ya no hubo ninguna más. Yo en ese momento celebraba pensando ‘con Honda también va a ir bien; voy a seguir consiguiendo podios y victorias’. Y no fue así. Luego me caí en Assen y se terminó todo», recordaba.
«Si tuviese un hijo, le enseñaría a ser empático»
Más allá de la pista, uno de los sueños de Lorenzo es convertirse en padre. No obstante, se ve a sí mismo como un padre «mandón, duro». Aún así, espera poder enmendar algunos de los aspectos en los que considera que sus propios padres podrían haber actuado de forma diferente. «Sabiendo que yo no soy un gran experto en eso, enseñarle a ser empático, a tratar a la gente, a tener educación. Intentar enseñarle estos valores lo mejor posible. Porque yo, poco a poco, lo tenía que aprender conmigo mismo», ha admitido.
«Mi padre me enseñó los valores de nunca mentir, ser serio, ser puntual, todo esto sí. Pero a nivel de empatía, de educación y eso, lo tenía que aprender observando a otras personas o leyendo o a través de la experiencia. Yo creo que les ha costado, porque no han sabido hacerlo, mostrar más afecto, más cariño hacia mí o hacia mi hermana. No han sabido hacerlo. No porque no nos quisiesen», contaba.
El mallorquín también hablaba del éxito y la clave para lograrlo. «Podrías llegar más lejos sin talento pero con trabajo que con talento pero sin trabajo. Ahora si juntas las dos te conviertes en un fenómeno. Todos los fenómenos que han dominado los deportes han tenido las dos», ha afirmado. No obstante, uno de los inconvenientes que trae el éxito es el exceso de ego. Lorenzo hablaba cómo lo ha gestionado tras haber triunfado en MotoGP.
«Vi a Crivillé ser el primer campeón español de la categoría reina; diez años después yo sería el segundo»
«Este año ha sido el primer año en sentir un poco de nostalgia por el pasado de piloto«, reconocía. «Los primeros cuatro o cinco años no. Estaba muy feliz y orgulloso de vivir sin carreras, pero este año ha sido el primero de nostalgia. ¿Por qué? Porque el cómo te sientes cuando ganas una carrera de MotoGP o cuando eres campeón de MotoGP, ese subidón de adrenalina tan bestia, ya no lo vas a poder volver a sentir. Entonces, cuando estaba en Aragón y veía a mis compañeros de ahora más jóvenes que yo, que la gente estaba pendiente de ellos, que Marc Márquez disfrutaba de esa victoria con su equipo, eso no lo voy a tener más», ha contado.
Quien también disfrutó de la cita en Montmeló fue Àlex Crivillé; que celebró los 25 años de su título en 500cc. Un momento que, para Lorenzo, también fue muy especial. «Empecé a tener recuerdos de ese año, del año 99, que tenía 12 años. Vi esa carrera de Brasil con ese televisor tan antiguo en mi casa de Mallorca, esa casa tan antigua y tan humilde, y viendo a Grivillé haciendo esa gesta tan histórica de ser el primer campeón español de la categoría reina».
«Era una quimera, era imposible, solo los americanos podían hacerlo. Nueve millones de espectadores viendo esa gesta. Y sabiendo que diez años después yo iba a ser el segundo. Me emocioné y me dieron recuerdos de esa época, de los 99, de los 2000, de mis inicios; y se me empezaron a poner los ojos vidriosos», admitía. Esto le ha hecho tener ganas de volver a subirse a la moto, aunque sin todo lo que supone la competición. No obstante, «eso depende de Dorna. Yo estoy disponible».
¿Te SUSCRIBES GRATIS a Motosan.es en la campana ?? ¡SIGUE HACIA ABAJO para ver las ÚLTIMAS NOTICIAS!