Jorge Lorenzo concede una entrevista a El Mundo en la que habla de cómo pudo retirar a Valentino Rossi de la competición. Además, el mallorquín cree que deberían haberle prohibido coger una moto a Marc Márquez tras su primera operación en el brazo.
Tras sus última polémicas en redes sociales, Jorge Lorenzo ha concedido una entrevista a El Mundo, en exclusiva, donde el campeón de MotoGP no se ha cortado en hablar de todo lo que se le ha puesto sobre la mesa. Disfrutando de su vida lejos del motociclismo como piloto retirado, el español sigue ligado al deporte, aunque más bien a las diferentes polémicas que surgen de vez en cuando a través de las redes. La última enfrentándose como Miller o Aleix Espargaró durante los test de pretemporada en Qatar.
En la entrevista con el diario El Mundo, Lorenzo habló del poder que tuvo en su mano para retirar a Valentino Rossi de la competición: «‘Vale’ siempre ha dicho que en 2012, después de su aventura en Ducati, estuvo cerca de retirarse. En ese momento, yo iba a ganar mi segundo Mundial de MotoGP, era el diamante de Yamaha y me hubiesen concedido todo lo que hubiese querido. Si llego a poner una cláusula para evitarle como compañero de equipo, Valentino Rossi se hubiese retirado… y ahora quizá yo seguiría siendo el piloto número uno de Yamaha«.
«Pedrosa y yo nos dimos la mano porque había mucha gente»
Hablando de la gran lesión de Marc Márquez en el brazo derecho, por el cual se perdió toda la anterior temporada y fue operado hasta en tres ocasiones, Lorenzo cree que deberían haberle prohibido probarse unos días después de la intervención en Jerez: «Yo hice la locura más bestia en el Mundial, la machada de correr en Assen 2013 justo después de operarme de la clavícula, pero creo que sí. No le tenían que haber dejado correr y a mí, tampoco. Nos dejamos engañar por el hecho de que vamos subidos en una moto, de que nuestro deporte no es de contacto, pero si te caes las consecuencias pueden ser realmente graves».
Y recordando el mítico apretón de manos de Lorenzo con Pedrosa, impulsado por el Rey Juan Carlos en Jerez como mediador de la pelea entre los dos españoles, el mallorquín asegura que «no sirvió para nada». «Nos dimos la mano porque había mucha gente, pero tardamos un par de años más en dirigirnos la palabra», añade.
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