
El piloto de Cervera vuelve a rodar tras su lesión y da el primer paso en su proceso de recuperación, sin marcar plazos para su regreso a la competición.
Marc Márquez vuelve a subirse a una moto. Y cuando eso ocurre, el mensaje va mucho más allá de una simple imagen. El piloto de Cervera ha compartido este lunes sus primeras sensaciones tras volver a rodar en el circuito de Alcarràs, en una jornada marcada por el trabajo progresivo y la prudencia, pero también por un paso clave dentro de su proceso de recuperación.
“Primer día sobre la moto. Mucho trabajo por delante, pero es momento de empezar a sumar horas y sensaciones. Paso a paso”, escribió el propio Márquez en sus redes sociales, acompañando el mensaje con imágenes que confirman lo que muchos esperaban: el ocho veces campeón del mundo ya ha iniciado su regreso a la actividad sobre dos ruedas.
Un paso importante en su proceso de recuperación
La vuelta de Marc Márquez a la moto llega tras un periodo de recuperación en el que la prioridad ha sido clara: sanar completamente antes de acelerar plazos. El piloto sufrió una lesión que le obligó a detener su actividad deportiva y a centrar todos sus esfuerzos en la rehabilitación, con el objetivo de evitar recaídas y construir una base sólida de cara al futuro.
En este contexto, Alcarràs no es una elección casual. Se trata de un circuito conocido, cercano a su entorno habitual y perfecto para volver a sumar horas sin la presión de la competición. El objetivo en esta primera toma de contacto no es el rendimiento, sino recuperar sensaciones, evaluar respuestas físicas y empezar a acumular rodaje de forma controlada.
Sin prisas y con un plan claro
El propio mensaje de Márquez deja entrever la hoja de ruta: “paso a paso”. No se trata de un regreso inmediato y eso, lejos de ser una debilidad, es una fortaleza estratégica. Tras una etapa marcada por lesiones y procesos de recuperación complejos, el enfoque ahora es completamente distinto. Menos impulsividad, más método. Menos urgencia, más visión a largo plazo.
Rodar en Alcarràs permite a Márquez reencontrarse con sensaciones básicas: postura, frenada, aceleración y confianza. Es el escenario ideal para evaluar cómo responde su cuerpo a las exigencias reales de pilotar, aunque sea lejos del límite.
Este tipo de jornadas son clave para cualquier piloto tras una lesión, y más aún en el caso de un referente como Marc Márquez, cuya exigencia personal siempre ha estado por encima de la media.
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