El manager de Fabio Quartararo, Eric Mahé, habla de la actualidad del Mundial de MotoGP del que su piloto podría ser campeón este año.
Este año parece el decisivo para que Fabio Quartararo pueda llevarse el título de MotoGP, y bien lo sabe también Mahé como ha dicho a AutoHebdo. El francés que está disputando su primer año con el equipo oficial de Yamaha está desempeñando muy buenos resultados incluso salvando los muebles como puede en condiciones de mojado, que no le gustan nada ya que no se siente cómodo. No obstante, existe otro piloto fuerte llamado Pecco Bagnaia que le puede hacer frente en cuanto al campeonato, pero el de Niza se mantiene fuerte con 254 puntos en el primer puesto de la clasificación general.
La gran temporada que está haciendo Quartararo, Mahé se la esperaba. “En mi opinión, la temporada de referencia es 2019. Era un novato, luchó contra Marc Márquez en el manillar de una motocicleta spec-B. Para entender el potencial de Fabio, hay que mirar a 2019 y no a 2020. Sé las razones por las que terminó mal el año pasado y para mí no hubo ningún problema con el futuro”.
“Para entender el potencial de Fabio, hay que mirar a 2019 y no a 2020”
Sin embargo, el 2020 fue duro. “Debido al Covid-19, no hubo pruebas y tuvimos problemas con las válvulas. Fuimos nosotros los que pedimos esta moto, pero fue un error, porque estaba la pandemia. Pero al negociar en noviembre, fue imposible considerar el Covid-19 unos meses después. Pedimos esta máquina y, aunque no valió la pena, no pudimos quejarnos. La M1 de 2019 fue mucho mejor a finales de 2020. Ganamos dos carreras en Jerez y luego estaba el problema de la válvula. En algunos circuitos nos ha costado el descenso de la asistencia electrónica y en otros ha sido la falta de enfoque. Por lo tanto, Fabio tuvo que lidiar con cosas que eran técnicamente imposibles de manejar y la temporada terminó como sabemos”.
“Se molestó el año pasado porque estaba lejos de lo que esperaba. Este año está cerca de lo que buscaba. Entonces hay menos nerviosismo y ha aprendido las lecciones del año pasado. Es la combinación de estos dos aspectos. Tiene menos dificultades con su paquete y, por lo tanto, está menos nervioso, naturalmente. Y, dado que aprendió las lecciones de 2020, ha avanzado en el manejo de los desafíos. Ya no es el Fabio de 21 años, sino el que ahora tiene 22 años. Es la evolución natural de un piloto que luchó contra Márquez con una moto B en 2019… Este es el punto de referencia. No hubo ningún nuevo Fabio, no hay nada mágico. Es la progresión lógica de un chico talentoso y motivado”.
El futuro de Quartararo. “Fabio irá donde mejor le convenga y hoy todo está abierto. Por el momento, no hay nada claro sobre 2023. Por supuesto, Fabio está contento con sus actuaciones, pero hay que mirarlo desde el punto de vista del rendimiento de Fabio y no del de su paquete. La tendencia es firmar con un año o año y medio de antelación. Si hay perspectivas claras, hay que ir a por ello. Pero la estrategia principal es no precipitarse nunca, así que ya veremos qué pasa. Se han puesto en contacto con nosotros 2,5 equipos: dos aproximaciones reales y otra que no parece nada… Lo evaluaremos a su debido tiempo con serenidad. Fabio es joven, tiene el futuro por delante”.
“Bagnaia, para mí, estaba claro que tenía ese talento”
La rivalidad con Bagnaia. “Cuando se trata de talento puro, Bagnaia es un cliente. El año pasado demostró que tiene el talento, pero también le cuesta un poco ponerlo todo junto. Cuando digo talento me refiero a la capacidad natural, no me refiero a la agresividad ni a la psicología, sólo a la capacidad de conducir una moto lo más rápido posible. Bagnaia, para mí, estaba claro que tenía ese talento. No sabíamos si era capaz de reunirlo todo. En mi lista de talentos de 2021 había puesto a Bagnaia, Márquez y Fabio”.
La temporada de Marc Márquez. “Para mí, Márquez era perfecto. Ganó dos carreras. Sabemos que todavía está débil y no sabemos si seguirá estándolo o no. Las consecuencias psicológicas de este periodo son muy difíciles de evaluar. Algunos, como Kevin Schwantz, creen que quedará marcado para siempre. Sí, estará en su carne, pero no en su cabeza. Se ha caído 20 veces este año y cada vez se ha vuelto a subir a la moto. Teniendo en cuenta su fuerte caída en Assen, si hubiera quedado marcado psicológicamente, habría dicho a los japoneses ‘me voy a casa'”.
“No tiene la actitud de un piloto afectado psicológicamente, sino la de un piloto que no está completamente curado. Al mismo tiempo, los demás han progresado en su ausencia. Personalmente, no creo que vuelva a ser tan dominante como antes. Pero creo que puede volver al nivel que le permita jugar por el título el año que viene dependiendo, por supuesto, del paquete que tenga”.
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