
Pasión intacta y heridas abiertas antes de soplar 200 velas en MotoGP.
En un anticipo exclusivo de una entrevista ofrecida a DAZN, Marc Márquez ha vuelto a desnudarse ante la audiencia, dejando reflexiones contundentes y declaraciones cargadas de sinceridad que nos invitan a analizar su trayectoria, su legado y sus cuentas pendientes con algunos de sus rivales más icónicos, que define su legado cuando está a punto de alcanzar la cifra de 200 grandes premios en MotoGP.
Recordando sus inicios, Márquez confesó la impresión que le causó compartir box con Dani Pedrosa: “Recuerdo la impresión de ver a Pedrosa en el muro delante de «The doctor», Valentino Rossi, eso impresiona mucho porque es la primera vez que estás conviviendo con tus ídolos”. Con la misma franqueza admite que se quedó con las ganas de coincidir de verdad con Casey Stoner: “Más que de batirme, de seguirlo en pista, o intentar seguirlo. Según lo que vi en datos, Casey tenía un estilo muy similar al mío. Pilotaba mucho con la rueda trasera”. A día de hoy, afirma que se sigue reconociendo en aquel joven piloto: “Me sigo reconociendo en las ganas y la pasión”, declaró con la naturalidad que le caracteriza.
Uno de los momentos más emotivos de esta charla llega cuando Marc revive su primer triunfo en la categoría reina: “La primera victoria, 2013, es como la primera impresión de ganar una carrera de MotoGP”. Sin embargo, no duda en situar al mismo nivel su reciente éxito con Ducati: “Una de las más especiales también fue la primera de este año, la primera victoria con Ducati oficial y luego que compartí podio primero y segundo con Álex”, subrayando la importancia de su hermano en cada paso.
La familia, por delante de todo
El vínculo familiar marca cada paso de Marc, algo que deja claro cuando le preguntan si Álex es su punto débil: “La familia va por delante de una competición, de todo”. Aunque sabe separar roles cuando se apagan los semáforos: “Álex, si nos tenemos que pasar, nos pasamos. Y si nos caemos, somos hermanos igual y vamos a seguir”. Una filosofía sencilla pero contundente, rematada con pragmatismo: “Y la semana que viene hay otra carrera. Y se quedó así, hablado, tal cual”.
Rivales, aprendizaje y cuentas pendientes
Sobre las rivalidades que más le han marcado, no esquiva ningún nombre: Dani Pedrosa como maestro silencioso, Jorge Lorenzo criticándole por preocuparse más del show y Valentino Rossi pasando de calificarle como su versión mejorada a definirle como peligroso para el deporte. Márquez reconoce que Dani Pedrosa fue un referente silencioso dentro del box: “Aprendí mucho de Dani, porque era compañero de equipo. Es el que más me ha enseñado de cómo se pilota una MotoGP. Intentaba pilotar como él, pero con más fuerza y un poco más agresivo”. A todos responde con serenidad: “Lo que destaco es que cuando llegas con 20 años es fácil que esas declaraciones te puedan afectar. Y no me afectan ni en el carácter ni en la manera de pilotar. De los rivales al final tienes que coger lo bueno y lo malo. Que te digan cosas malas me motiva”.
Cuando Izaskun Ruiz le preguntó directamente “¿Tienes algún interés de solucionar lo de Valentino?”, Marc respondió con la franqueza que le caracteriza: “Cuando una cosa no depende solo de uno, no puedes decir, no tengo interés, no”, zanjando cualquier posibilidad de reconciliación inmediata.
Márquez insiste en que nunca ha pilotado obsesionado con las cifras: “Durante toda mi carrera deportiva nunca me he fijado un número de victorias. No sabía yo cuántas victorias tenía Agostini ni cuántas tenía Valentino. Ahora lo sé, 89, ¿no? Pero llegar a 89 lo veo difícil”, aunque reconoce que igualar los siete mundiales de MotoGP del italiano podría ser más factible.
Errores que marcan una trayectoria
Quizá la confesión más cruda de esta previa sea su autocrítica sobre la lesión de Jerez, que tantos fantasmas arrastra: “Volver a Jerez fue el gran error de mi carrera deportiva. Porque si no me hubiera recuperado, hubiera estado en cabestrillo cuatro meses, cinco… Todo bien, se arrastran tres años. Me ha dejado unas secuelas que hoy día arrastro aún un poco”. Aun así, el Marc de hoy no se esconde tras excusas: su carácter sigue intacto y su forma de expresarse también: “Siempre he intentado decir lo que pienso, pero con educación. Siempre he intentado imponer mi carácter, pero sin faltar el respeto. Si me han faltado, era alguien que no me tenía que aportar nada”.
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