El piloto de Ducati firmó un fin de semana perfecto en MotorLand y se mostró exigente consigo mismo.
Marc Márquez se reencontró con la victoria este domingo en el circuito de MotorLand Aragón, firmando un fin de semana impecable en el que logró la pole position, la victoria en la Sprint y un triunfo sólido en la carrera larga. Lo hizo en un trazado donde no se permitía fallar y donde, según sus propias palabras, “hemos intentado hacer el fin de semana perfecto. Lo hemos conseguido”.
El piloto del Gresini Racing, que ya había avisado durante el sábado de que esta cita era especial, se mostró especialmente concentrado desde el inicio. Tanto, que su entorno notó un cambio en su actitud: “Extra concentrado. Extra tensionado. Incluso había gente que me decía: ‘¿Qué te pasa?’ Por eso no estaba en Focus. No quería distracciones”, explicó tras bajarse de la moto.
Esa tensión tenía un motivo claro: MotorLand es uno de esos circuitos marcados en rojo por el ilerdense, y fallar aquí no era una opción. “No podía fallar en este circuito. Ya habrá otros, quizá solo puede ser uno, Holanda, otro que nos toque sufrir un poquito más, pero en este no se podía fallar. No lo hemos hecho y hemos tirado de experiencia y gestionar la carrera un poquito diferente”.
Durante la entrevista post-carrera, el propio Pol Espargaró en DAZN, destacó el rendimiento de Márquez, recordando la dificultad que entraña hacer “lo que todos esperaban”. Marc respondió con la naturalidad de quien conoce las expectativas, pero también con una reflexión técnica sobre los diferentes estilos de pilotaje entre él y sus rivales, especialmente Pecco Bagnaia: “Es un piloto que frena muy fuerte, recto y menos inclinado. Yo, en cambio, freno fuerte, recto, pero paro la moto muy inclinado, muy al vértice de la curva. Y esos 355 me sacan un poquito de confianza o de sensibilidad con la rueda delantera y la leva del freno”.
«Tenía que mantener la concentración»
Además, aclaró que el uso de discos delanteros hiperventilados no es necesariamente mejor, sino cuestión de adaptación: “Él en cambio, pues le va mejor pararla recto. Estilos de pilotaje diferentes al final. Efectivos o no, depende del circuito”.
Márquez reconoció que vivió momentos de máxima exigencia mental en las últimas vueltas. Aunque lideraba con ventaja, no bajó el ritmo, y eso tuvo un precio a nivel psicológico: “Ha habido un momento ahí cuando quedaban siete o seis vueltas que he entrado en bucle mentalmente. Me estaba girando, pero había veces que no sabía ni qué curva estaba. Simplemente iba encima de la moto”. Aun así, mantuvo el foco: “He visto que tengo que mantener la concentración en forma, apretar un poquito más”.
Lo logró con solvencia, marcando incluso su mejor vuelta en el tramo final. “Salían bien. Ha salido ese 46.7. Podía un poquito más, pero porque en la frenada de la uno-dos, que es donde hay riesgo, no iba a ese extra límite”.
Al ser preguntado por las diferencias respecto al año pasado —cuando también ganó en Aragón pero en circunstancias muy distintas— Márquez fue directo: “El año pasado era una victoria muy buscada e inesperada. Un regalo. He llegado después de muchos días. Hoy, en cambio, era lo que tocaba”. Y remató con una frase que define su momento actual: “No estoy contento. Estoy muy orgulloso de todo el equipo, de todo el trabajo que ha hecho. Pero es lo que tocaba. Si queremos luchar por este Mundial en circuitos favorables a nosotros, no podemos fallar”.
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