
Luca Marini cierra Valencia con un séptimo puesto que sabe a victoria
El último Gran Premio del año dejó un resultado que, a simple vista, podría parecer discreto: séptimo puesto y nueve puntos. Pero para Luca Marini y para Honda HRC, ese final en Valencia tuvo un valor muy superior a lo que dice la tabla. Fue la confirmación de un cambio de rumbo, el símbolo de que todo el sufrimiento de las dos últimas temporadas empezaba a transformarse en avances tangibles. Para un equipo que llevaba años sumido en un pozo competitivo, volver a respirar era, ya de por sí, un triunfo.
Marini, de 28 años, cerró su segunda mitad de temporada con seis top 7, una regularidad que permitió a Honda ascender a la posición de concesionario C, escapando por fin del último nivel en el que llevaba atrapada desde 2021. Junto a los dos podios de Joan Mir en Japón y Malasia, y al salto del dúo del 22.º y 21.º puesto al 13.º y 15.º en la general, el equipo más laureado de la historia del campeonato podía volver a hablar de progreso sin temor a sonar ingenuo.
“En 2023 entendí lo grande que era el agujero”
Su travesía con Honda había empezado precisamente en Valencia dos años antes. Llegó desde el VR46 lleno de motivación y curiosidad, pero también con el respeto que impone un desafío de semejante magnitud. Pronto descubrió que lo que se veía desde fuera no era ni la mitad. “Al principio pensé que el reto era enorme… y luego me di cuenta de que era todavía más grande”, recordaba con cierta ironía. “Marc y Joan habían tenido más de 50 caídas. Cuando ves eso desde fuera no entiendes el porqué. Cuando lo vives desde dentro, te das cuenta del nivel de descontrol que había”. El golpe de realidad llegó pronto: apenas un punto en los primeros 13 Grandes Premios. “Ese periodo fue muy duro a nivel personal. Pasé de hacer podios a no poder luchar ni por los puntos. Me pregunté muchas veces si había cometido un error”.
Entre los silencios del box y la frustración acumulada, Marini reconoció algo que hasta hoy no había verbalizado abiertamente: “Motivar al equipo tras la salida de Marc Márquez no fue fácil. Él era una referencia para todos, y de repente perdimos esa figura que mantenía a la gente unida, incluso en los peores momentos. Tuvimos que reconstruirnos desde cero”.
“El proyecto empezó a moverse… y eso nos salvó”
La llegada de Romano Albesiano y el aporte de pilotos de prueba como Aleix Espargaró cambiaron el guion. Por primera vez en mucho tiempo, Honda empezaba a moverse en la misma dirección. “Ese fue el momento en el que dije: ‘vale, aquí está pasando algo de verdad’. Honda empezó a moverse y eso nos salvó la temporada”. Con cuatro top-10 en las primeras siete carreras de 2025, Marini sentía que la luz, por muy tenue que fuera, aparecía al final del túnel.
El accidente de Suzuka: “Pensé que no volvería”
La progresión, sin embargo, se congeló de golpe. Durante los test de Suzuka sufrió una caída terrible: cadera dislocada, esternón y rodilla lesionados, un pulmón colapsado. Se perdió tres Grandes Premios.
“Fue el momento más oscuro”, confesó. “Pensé que quizá no volvería a subirme a la moto ese año. Cuando un médico te dice que respires y no puedes… te cambia la perspectiva”. Cuando regresó, volvió a encadenar su mejor racha como piloto Honda, una mezcla de resistencia, cabeza fría y hambre competitiva.
Un piloto distinto en un paddock ruidoso
Marini, lejos de los postureos y las escenografías del paddock, sigue siendo uno de los pilotos más accesibles. Camina sin séquito, sin fotos impostadas, sin ruido. “Cuando hablas y alguien te escucha, es una sensación genial”, admite. “MotoGP es mucho más complejo de lo que parece, incluso para los periodistas”. Entre risas añade: “Si pudiéramos contar algunas cosas… haríais mejor vuestro trabajo”.
Su curiosidad es casi infantil: “Siempre pregunto, siempre quiero entender. Pero a veces soy muy tímido en los eventos; prefiero observar antes que entrar en una conversación”. Ser “solo un número”, dice, forma parte de este deporte: “Eres quinto, sexto… y para el mundo no eres nadie. Si no ganas, desapareces”.
Mirando al futuro
Aunque no podrá probar la moto de 2026 por las concesiones, Marini no pierde el foco. “Quiero seguir ayudando a Honda a volver donde merece. Sé que aún queda camino, pero hoy hemos dado un paso real. Eso es suficiente para seguir creyendo”.
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