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Marini: “Muchos pensaban que no lo lograríamos… pero Honda está volviendo”

12 Dic. 25 | 21:00
RRSS Luca Marini

Luca Marini y el renacer de Honda: “Nunca dejé de ver luz al final del túnel”

La trayectoria de Luca Marini en MotoGP ha pasado en apenas dos años de la estabilidad competitiva en Ducati a la dureza extrema de liderar un proyecto hundido con Honda. Su salto del equipo VR46 al gigante HRC en 2024 se anunció como la gran oportunidad que llevaba tiempo esperando, el sueño de competir como piloto oficial en la fábrica más laureada de la historia del campeonato. Sin embargo, la realidad fue mucho más compleja: la marcha de Marc Márquez, la pérdida de competitividad de la RC213V y un entorno obligado a reconstruirse desde cero hicieron que aquel primer año se convirtiera en el más difícil de su carrera. Tras una temporada desastrosa, 2025 supuso finalmente el punto de inflexión. Marini volvió a asentarse en el top 10, acumuló 142 puntos y cerró el año 13.º, demostrando que Honda había empezado a levantar cabeza y que él seguía siendo una pieza clave del proyecto.

Una madurez forjada en el cambio: “Aquí he dado un paso adelante como persona y como piloto”

Marini reconoce  en una entrevista para SPEEDWEEK que el paso de un equipo familiar como VR46 al universo corporativo y exigente de HRC le transformó profundamente. Explica que en Ducati se sentía dentro de una familia en la que todo fluía de manera natural, rodeado de un grupo construido a su medida. En Honda, en cambio, tuvo que adaptarse a una estructura gigantesca, con procesos más rígidos, muchas más responsabilidades y un nivel de exigencia que lo obligó a evolucionar rápidamente. Lo que para otros habría sido un choque frontal, él lo convirtió en una etapa de crecimiento personal y profesional que ahora valora más que nunca.
Según cuenta, ese “cambio interior” no se percibe con números o estadísticas, sino en la fortaleza mental que desarrolló durante aquellos meses oscuros en los que la RC213V parecía incapaz de acercarse al top 15. A pesar de todo, nunca perdió la confianza: “Incluso en los momentos duros veía un punto de luz, un indicio de mejora tras cada test”, recuerda. Esa convicción fue la que lo sostuvo durante un año en el que Honda apenas avanzaba, pero en el que él sentía que la semilla de la reconstrucción sí estaba germinando.

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Honda, presión y evolución: “En este equipo sólo vale ganar”

Mientras los resultados no llegaban, Marini tuvo que convivir con la presión mediática y el escrutinio constante hacia Honda. Él mismo reconoce que, aunque todos los fabricantes viven bajo presión, en HRC la responsabilidad es especialmente grande: “Representas a un fabricante que siempre ha ganado y que sólo entiende este deporte desde la victoria”. Sin embargo, también insiste en que, a diferencia de los equipos que parten desde arriba, empezar desde abajo les permitió enfocar el trabajo con una energía diferente, más orientada hacia la construcción, la colaboración y la paciencia.
De hecho, uno de los puntos que más destaca es el vínculo técnico que formó con los ingenieros japoneses. Marini asegura que, pese a la imagen externa de rigidez, encontró un ambiente “muy bueno y muy cercano”, en el que pudo transmitir su opinión y ver cómo su feedback se traducía en mejoras reales. El progreso de la RC213V en 2025 —motor, aerodinámica y estabilidad— alimentó la moral de todo el equipo y le confirmó que el camino era el correcto.

El accidente de Suzuka: “Un mes entero despertándome con pesadillas”

Si la presión deportiva ya era enorme, 2025 añadió un obstáculo inesperado: el brutal accidente durante las 8 Horas de Suzuka. Marini sufrió lesiones en la cadera, rodilla, esternón y pulmones, un golpe que él mismo define como el peor de su vida. Pasó semanas reviviendo el impacto en sueños, incapaz de desprenderse de la imagen del momento. Aun así, afrontó la recuperación como parte de su responsabilidad como atleta, y hoy habla del incidente con serenidad, casi como una prueba superada que refuerza su convicción. Con cierta ironía, admite que quizá “una vuelta menos habría sido suficiente”, pero también reconoce que competir en Suzuka era un desafío que quería vivir, aunque muchos se lo desaconsejaran.

Ser piloto y ser padre: “No son dos vidas distintas; es una sola y hay que vivirla plenamente”

El otro gran cambio personal de Marini llegó con el nacimiento de su hija Angelina. Para muchos pilotos, la paternidad implica un proceso de equilibrio entre su rol en la pista y la vida familiar, pero Marini rechaza la idea de tener que ser egoísta para competir. Explica que el paddock está lleno de pilotos que han evolucionado hacia una mentalidad más respetuosa y profesional, en parte porque casi todos tienen ya familias y entienden mejor los riesgos que asumen cada fin de semana.
Para él, ser padre no divide su vida, sino que la completa: “En la moto sólo pienso en pilotar; cuando me bajo, vuelvo a mi familia sin mezclar una cosa con la otra”. Muy influido por lo que vivió junto a su hermano Valentino Rossi, Marini siempre quiso ser padre mientras aún era joven y activo, para poder disfrutar de ese proceso con la misma energía y pasión que dedica a su profesión. Hoy considera que ese equilibrio, lejos de restarle concentración, le ayuda a ser mejor piloto.

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