Después de su accidente durante un entrenamiento de SuperMoto, Max Biaggi había dicho por activa y por pasiva que no volvería a subirse a una moto. Pero al parecer la pasión pesa más y ya lo ha vuelto a hacer. A mandos de una Aprilia, el primer pensamiento que ha tenido el italiano lleva el nombre de Valentino Rossi.
Max Biaggi admitía dejar las motos para siempre y pasar a ser únicamente entrenador. Tras un accidente que sufrió en 2017 mientras entrenaba en el circuito de supermotard de Latina, el piloto italiano se rompió 11 costillas, se fracturó la clavícula, sufrió un neumotórax y estuvo 20 días en el hospital.
Dos años después, algo ha cambiado y ha sido el propio Max Biaggi quien a través de un escrito en sus redes sociales ha dado la buena noticia. “He terminado una sesión de práctica libre de dos días en el circuito de Mugello. Aprilia me dio mi RSV4 X y me preparé para la ocasión con un buen entrenamiento los días anteriores: mucho cardio, gimnasia funcional y algunas pesas”.
Las sensaciones de la vuelta parecen haber sido buenas. “El domingo por la mañana, me subí a la moto y salí a dar las primeras vueltas. Sin pretensiones, solo quería acostumbrarme a los movimientos y la velocidad nuevamente. Ningún entrenamiento reemplaza el hábito de la velocidad y todos los mecanismos necesarios para controlar un monstruo de 225 hp. Aunque la situación ha evolucionado tanto hoy en día, ningún entrenamiento funcional puede simular completamente la conducción de una moto, también porque todo sucede a una velocidad inimaginable”.
“Como dije, conduje sin pretensiones, pero créanme, después de pasar toda una vida en competiciones, debes mantener tu instinto bajo control, de lo contrario él se hace cargo”.
Las sesiones
Biaggi no solo se adaptó a las concisiones meteorológicas, ya que al parecer la lluvia estuvo presente, sino también a algunas de sus molestias. “Hice una primera serie de 5 vueltas y luego volví a boxes. Algunos ajustes a la suspensión y luego algunas vueltas más, hasta que la lluvia decida caer sobre el circuito. Todo se pospone hasta mañana. Cuando desperté, me dolía un poco la espalda, que todavía me duele. Esto me recuerda lo difícil que es el trabajo del piloto. Desafortunadamente, algunas vueltas terminaron nuevamente debido a la lluvia. ”
Si hay algo que el italiano ha querido recalcar por encima de todo es la dificultad de pilotar y permanecer en el nivel más alto pasada una edad. “Me gustaría compartir una reflexión difícil de aceptar: después de cierta edad, todo realmente cambia. Los tiempos de recuperación cambian físicamente, cambian su deseo de correr riesgos y cambian su capacidad de responder a situaciones que ocurren en milisegundos”.
La pasión por delante de la edad
Y esta declaración no puede llevar el pensamiento a otra parte que no sea a Valentino Rossi. Con 40 años, el piloto italiano de MotoGP sigue sorprendiendo cada fin de semana cuando tiene que enfrentarse a chicos de 24 o 26 años, como Viñales o Márquez. Es imposible no reconocer mérito enorme de Rossi por mantenerse en la élite durante veinte años. El elixir de juventud del 46 reside en su espíritu ultracompetitivo, que le hace seguir luchando otra temporada más por estar en lo más alto. Pero la edad pesa, aunque la pasión no deje verlo.
Así lo dice Biaggi, la pasión y la dedicación por este deporte siempre permiten dar algo más, pero parece ser que el futuro no les pertenece. “En resumen, el corazón es lo que era, ¡pero a veces la cabeza no lo sigue! Ciertamente, el entrenamiento constante, la voluntad de hierro y el talento tienden a suprimir estos sentimientos, pero créanme, tienen que hacer el doble de trabajo para competir con un conductor joven de igual calidad. He vivido en los últimos años SBK y repito cada vez que conduzco: la moto es mi vida, pero el futuro pertenece a los jóvenes”.
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