
Marco Melandri ha hablado de su amistad con Valentino Rossi.
Marco Melandri ha sido el último invitado del podcast ‘Mig Babol’, con Andrea Migno. El italiano ha hablado sobre su relación con sus rivales; especialmente con Valentino Rossi. Ambos pilotos forjaron una gran amistad durante años; pero la rivalidad en MotoGP y el paso del tiempo la fue diluyendo. Aún así, Melandri la recuerda como algo bonito.
«Yo al principio de carrera conocí a Valentino [Rossi]. Nos conocimos y bueno, nos volvimos muy amigos. Íbamos a menudo a dar vueltas también aquí en Cattolica. A veces dábamos vueltas, en invierno, cuando nevaba, con las motos de alquiler. Horas y horas solos nosotros. Era mágico. Terminábamos de dar vueltas y poníamos los calcetines sobre una estufa de gas que si no hemos muerto en esos períodos ahí, ya sea quemados o por el gas, no lo haremos nunca», bromeaba.
«Pero eran épocas diferentes de hoy y entonces crecimos mucho juntos», recordaba Melandri. No obstante, esta amistad también le trajo momentos complicados. «Éramos fans el uno del otro cuando estábamos en categorías diferentes. Después a veces me robaba las ideas, tipo Imola 98 cuando se hizo el cabello tricolor. Yo le dije ‘esta noche quiero hacerme el cabello tricolor’. Llego ahí y se los habían hecho también él y Uccio. Pero para la gente yo era como el que copiaba».
«Me comparaban siempre, también involuntariamente»
«Desde ahí empezó a ser difícil porque me asociaban siempre, me comparaban siempre, también involuntariamente. Y no fue fácil cuando fui a dos y medio después. Tomé el equipo y el puesto de Valentino. En el 99 él ganó y yo llegué en el 2000″, recordaba. Esta situación se extendió hasta la categoría reina.
«Una vez llegado a MotoGP, empezamos a correr uno contra otro. Cuando yo veo amistades ahora me da un poco de risa. Porque cuando tienes un objetivo común y verdaderamente empiezas a jugártela no puedes ser amigo porque debes ser, deportivamente hablando, un bastardo, un egoísta. Porque sino nunca podrás ser un fuera de serie. Y seguramente a mí eso me faltó mucho», ha lamentado.
En esa etapa, la amistad se enfrió. «Entonces nos perdimos un poco de vista digamos. Y después no nos volvimos a encontrar. En el sentido de que no hablamos, no somos amigos. Pero por el simple hecho de que no nos vemos y no nos oímos. O sea, tenemos dos vidas diferentes. Tú no puedes ser amigo como cuando te veías cinco, seis días a la semana. De todos modos, cuando dejas de correr después ves todo de manera diferente. Los ánimos se extienden, uno se relaja. Y es hermoso con personas con las que has compartido de todos modos gran parte de la vida, los mismos ambientes, las mismas pasiones, miedos, alegrías… Según yo es justo tener una buena relación«, finalizaba.
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